El patrimonio verde de Valladolid no solo se cuida y preserva desde el área de Parques y Jardines sino que también goza de protección especial en el planeamiento urbano por su valor natural, histórico o cultural. En la reciente revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pendiente de la aprobación definitiva por parte de la Junta, se detallan diez espacios naturales catalogados en el casco histórico. En este caso, se explica que el sistema de espacios libres públicos del centro histórico de la capital, declarado Bien de Interés Cultural en 1978, supone el conjunto de espacios libres, plazas, parques y jardines urbanos «más atractivo y caracterizado del sistema urbano». Y se destacan los jardines de la ribera del río Pisuerga, espacio tradicional de ocio y paseo del centro histórico.
En la misma línea, se otorga una mención especial a jardines de los conventos que se apunta suponen «aún pequeños y valiosos oasis de gran interés, remansos de silencio y verdor, a proteger junto con las estructuras monumentales que los albergan» y se detalla que son las plantaciones de arbolado más «antiguas y valiosas» de la ciudad. El concejal de Urbanismo, Manuel Saravia estima que en un centro «muy denso y mineral, las plazas, pequeños jardines y recintos conventuales suponen las valiosas zonas por las que la ciudad respira».
Por eso se pretende que los entornos de los monumentos y la red de espacios libres públicos y zonas verdes asociados a ellos puedan ayudar a tejer un «sistema histórico-monumental» con pequeñas actuaciones de «cosido». Saravia considera esto que ofrece «grandes posibilidades». tanto para mejorar la calidad de vida de los vallisoletanos como para incrementar su potencial de atracción turístico.
LOS DIEZ ESPACIOS
Río y riberas del Pisuerga. Este es uno de los grandes patrimonio verdes de la capital y por eso figura entre los espacios de alto valor natural y que se protegen dentro del PGOU. En el planeamiento urbano se destaca la secuencia de jardines de la ribera del río Pisuerga, espacio tradicional de ocio y paseo del centro histórico, que se encontraba artificiosamente fuera de la delimitación actual del Plan Especial de Casco Histórico y del conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural en 1978, y en la revisión recién aprobada se ha procedido a ampliar el perímetro del Centro Histórico añadiendo los dos márgenes del río.
Parque del Campo Grande. En la revisión del Plan General de Ordenación Urbana se destaca que este jardín «de importancia histórica y monumental», situado en el centro de la ciudad, tiene un «muy alto valor paisajístico, ornamental y natural, además de ser un referente histórico, cultural y social de la ciudad, con grandes árboles de especies singulares y alta diversidad vegetal». También se apunta que tiene fauna silvestre propia de los bosques urbanos de elevado interés. Motivos por los que figura entre los espacios protegidos por su alto valor natural.
Parque de las Moreras. Este es otro de los parques urbanos tradicionales antiguos de gran calidad ambiental por su diversidad que hay en el centro de la capital. En este caso se destaca que está muy consolidado en el diseño urbano y dispone de un arbolado de gran porte, además de formar parte de la trama de la ribera del Pisuerga, con la playa fluvial.En este espacio hay diseñados varios paseos peatonales, pistas deportivas y áreas de juegos, que lo convierten en un espacio ideal para el ocio.
Parque de Poniente. En la misma línea que el parque de las Moreras, este es otro de los parques urbanos históricos y referentes de la ciudad. En este caso se destaca sus estructuras de ajardinamiento variadas con arbolado de gran porte, setos de arbustos y jardín de flor de elevado valor estético-paisajístico. En los últimos años ha sufrido diversos cambios, en parte motivados por la instalación de la nave provisional que albergó a los industriales del Val durante las obras de reforma del mercado, pero ahora ha recuperado su aspecto original y la fuente ornamental que había en el centro.
Cipreses de San Agustín. En la misma línea que el parque de las Moreras, este es otro de los parques urbanos históricos y referentes de la ciudad. En este caso se destaca sus estructuras de ajardinamiento variadas con arbolado de gran porte, setos de arbustos y jardín de flor de elevado valor estético-paisajístico. En los últimos años ha sufrido diversos cambios, en parte motivados por la instalación de la nave provisional que albergó a los industriales del Val durante las obras de reforma del mercado, pero ahora ha recuperado su aspecto original y la fuente ornamental que había en el centro.
Arbolado de la Colegiata. El PGOU también protege por su alto valor natural los cipreses que hay en el entorno de la iglesia de San Agustín. Estos árboles, situados en el patio aledaño, junto a algunos ejemplares de otras especies, se considera que constituyen una agrupación de «cierta singularidad y sobriedad, adecuada a la naturaleza de la edificación adyacente», De hecho, existe un huerto de plantas aromáticas, típicas de la zona, manzanilla, tomillo, espliego ...y junto a los cipreses hay nogales, arces y el árbol del amor.
Emblemático es también el conjunto arbolado de la antigua Colegiata de la Catedral. En el catálogo de patrimonio del planeamiento municipal se apunta que los árboles están dispuestos de forma geométrica siguiendo ubicación de los pilares que dividían las tres naves del desaparecido edificio. También se resalta que el conjunto se configura como un elemento plenamente integrado y adecuado a la naturaleza de las edificaciones presentes en esta zona monumental.
Arbolado del Viejo Coso. A finales de los años 70 la plaza del Viejo Coso se reconvirtió en viviendas protegidas, aportando la necesaria densidad residencial al ámbito. Pero el Plan General de Ordenación Urbano (PGOU) delimita este espacio como una plaza ajardinada, con numerosos ejemplares arbóreos, entre los que destacan varios tejos, plátanos, aligustres y robinias, entre otros. Unos ejemplares que generan un espacio a modo de bosquete fresco, combinado con el interés arquitectónico de la plaza.
Jardines del palacio de Ortiz Vega. En este conjunto arbolado, muy espeso y frondoso, destacan una decena de magnolios de características análogas, de grandes dimensiones y dispuestos geométricamente, entre lo cuales aparecen ejemplares también de porte relevante, correspondientes a las otras especies señaladas. Es de propiedad privada, perteneciente al Banco BBVA, en Duque de la Victoria.
Cedros de la Casa de Cervantes.Estos tres ejemplares de cedros del Atlas, ubicados en un parterre ajardinado con setos y pequeños arbustos, contribuyen, según se refleja en el catálogo de espacios verdes protegidos, al enriquecimiento estético del entorno de la Casa de Cervantes. Se los describe como una agrupación de cierta sobriedad, adecuada a la naturaleza de la edificación adyacente, donde se conserva la huella de Miguel de Cervantes.
Arbolado de la Plaza del Voluntariado Social. Esta pequeña área ajardinada, en plena casco histórico, a caballo de las calles San Ignacio y Encarnación -justo detrás de San Benito-, alberga distintos ejemplares arbóreos de diferentes especies, incluyendo un ejemplar de tejo, que también figura en el catálogo de árboles singulares de la capital. Es un ejemplo de jardín sobre los restos de un viejo convento.