El ruido nocturno de la zona de Coca no supera los límites

A.G.M. / M.R.I.
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Tres sonómetros instalados en Martí y Monsó, Caridad y Campanas no muestran los índices suficientes para la declaración de área ZAS que piden los vecinos. El Ayuntamiento completará el estudio cuando monte otros tres en el entorno de San Miguel

Jóvenes abarrotando la plaza de Martí y Monsó, en la zona de Coca.

Las zonas de copas de Valladolid no superan los límites máximos de ruido que determina la ley regional; al menos en el entorno de Coca. Es el resultado inicial obtenido tras las primeras mediciones efectuadas por el Ayuntamiento en tres puntos del entorno de esta zona, donde no se estarían rebasando los valores establecidos para poder impulsar la implantación de esas áreas ZAS que demandan los vecinos y que podrían dar pie a restricciones en el desarrollo de estas actividades nocturnas y a la implantación de nuevos locales de hostelería en las calles con mayores problemas de ruido.

La declaración de Zona Acústica Saturada es una de las principales reivindicaciones del colectivo de vecinos Zona Centro, dentro de una serie de acciones impulsadas hace un par de meses para conseguir lo que ellos definen como su «derecho al descanso». Este grupo 'empujó' al Ayuntamiento a retomar la mesa del 'ocio nocturno responsable' que había enterrado la pandemia y en la primera reunión celebrada el 29 de octubre se acordó, además de la puesta en marcha de una campaña informativa entre los jóvenes con la colaboración de los hosteleros, el desarrollo de un estudio sobre el nivel de ruido que dejan las zonas de copas, a través de la instalación de seis sonómetros.

Los tres primeros equipos para la medición acústica ya estaban montados en junio de 2020 en la plaza de Martí y Monsó, en la calle Caridad y en Campanas, es decir, en el entorno de 'Coca' y arrojan unos niveles de decibelios que «no son suficientes para declarar Zona Acústica Saturada, como establece la ley de la Junta», según explica María Sánchez, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento, que puntualiza que «esto no quiere decir que ahora, que ya hay más actividad, los resultados puedan cambiar».

MEDICIÓN EN PANDEMIA

En igual sentido, desde este colectivo vecinal se apuesta por poner en cuarentena esos datos iniciales, ya que «se ha elegido un periodo que no es representativo, porque ha cogido un tiempo importante de la pandemia y por eso ahora se va a volver a analizar en época de mayor normalidad». Además, las mismas fuentes tienen sus dudas sobre la metodología de cálculo elegida y aseguran, que «pese a que se han tomado datos de una época de pandemia, alguno de los sonómetros sí registran valores que están por encima».

«Nuestro único objetivo es que se mida, que se declare zona ZAS si se superan los índices y, si no, que se adopten otras soluciones, otras medidas para garantizar el derecho al descanso de todos los vecinos», tal como apostillan las mismas fuentes, que dicen estar «satisfechos de la línea de trabajo que se ha adoptado» durante los primeros encuentros con el equipo de trabajo compuesto por cuatro concejalías del Ayuntamiento, la UVa y los hosteleros.

«El compromiso es que se va a continuar trabajando y que se van a poner otros tres sonómetros, antes de fin de año, en tres puntos de la zona de San Miguel, que este es el compromiso. Y seguir estudiando los datos que arrojen todas estas mediciones que ya se efectúan en muchas otras ciudades», señalan desde este colectivo de vecinos.

La Ley del Ruido de Castilla y León especifica que las áreas ZAS son «aquellas en las que existen numerosos establecimientos de ocio», de modo que provocan que «los niveles sonoros ambientales producidos por la adición de las múltiples actividades existentes y por las personas que las utilizan sobrepasen en más de 10 decibelios los valores límite marcados». Las consecuencias de la declaración de un área ZAS van desde «no otorgar nuevas licencias a actividades potencialmente ruidosas» a «no permitir la modificación o ampliación de actividades, salvo que lleven aparejadas la disminución de los valores de inmisión», pasando por «limitar el horario» e «imponer las medidas correctoras o restrictivas necesarias».

Mientras se completa el estudio del ruido en las zonas de copas, la línea de trabajo de esta mesa del 'ocio nocturno responsable' se centrará en diseñar una campaña informativa que se definirá en «las primeras semanas de 2021», según apuntan fuentes del colectivo de vecinos Zona Centro, que avanzan que «mientras tanto, se ha decidido repescar, de cara a las Navidades, el material que sobró de hace dos años».

Y CUÑAS EN LOS BARES

«Todos tenemos claro que es absolutamente necesario efectuar una campaña de información, que sea mucho más completa que en 2019», añaden. La nueva campaña se extenderá por redes sociales, medios de comunicación, colegios y hasta en los propios bares, con «cuñas para introducir entre las canciones que pinchen dentro de los locales de ocio nocturno».