El Campo Grande no solo es el parque más emblemático sino que es un bosque urbano que se ha convertido en el pulmón verde de Valladolid. Esto lo ha convertido en uno de los espacios lúdicos de referencia para los más pequeños y también donde se concentra gran parte de la oferta de tiempo libre en verano.

La Concejalía de Medio Ambiente ha puesto en marcha un plan director para la joya de la corona del servicio de parques y jardines, donde se definen las posibles actuaciones y su gestión para las próximas décadas, así como las intervenciones de mejora del arbolado. En este sentido ya se ha ejecutado un plan de riesgo, además de un análisis de suelo y un estudio fitopatológico. Esto ha servido para realizar los trabajos de mejora sobre 234 árboles, tras esas inspecciones previas que determinaron el estado de los mismos. En concreto se han realizado actuaciones de poda de ramas secas y reducción de ciertas copas en, aproximadamente cien árboles. Además, han instalado anclajes aéreos en las especies que lo necesitaban para evitar la fractura y caída de ramas o troncos. «Se han eliminado riesgos importantes, pero hace falta continuidad en estos trabajos», explica el capataz del parque, Luis Magdaleno. Además, se acometieron también 27 talas de árboles que serán repuestos en los distintos espacios que queden libres y se ha dotado de puntales a distintos árboles, apunta Magdaleno.

En las doce hectáreas del parque hay 91 especies arbóreas y 60 arbustivas, que configuran un patrimonio forestal de entre 13.000 y 15.000 árboles, que está pendiente de inventariar. La idea es reflejar las diferentes clases de diámetros de cada una para determinar «la posible actuación desde el punto de vista silvícola». Cinco de estos ejemplares figuran en el catálogo de especies singulares de la ciudad, que se puede consultar en la web municipal. El área de Medio Ambiente también tiene pendiente la elaboración de un plan de uso público, oro de divulgación, además de un plan de mejora de la fauna porque en el parque hay unas cien especies silvestres de aves, donde destacan sus emblemáticos pavos reales.

obras. En el plan director también figura la restauración de los elementos arquitectónicos, donde destaca el proyecto de restauración de la gruta, dotado con 200.000 euros. Para ejecutar la obra en este espacio, que se encuentra en riesgo de derrumbe, se realizará un trabajo «bastante complejo», como explica la edil de Medio Ambiente María Sánchez, ya que su estructura data de finales del siglo XIX y está confeccionada en acero no corrugado, con el añadido de estalactitas y estalagmitas traídas de las cuevas de Atapuerca.