Lorenzo, el personaje más optimista de Delibes

D. V.
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El protagonista de 'Diario de un cazador' (1955), 'Diario de emigrante' (1958) y 'Diario de un jubilado' (1995) se caracteriza por un lenguaje popular, cargado de matices y con un estilo algo expresionista

Miguel Delibes es el autor de las tres novelas. - Foto: Europa Press

En 1955 Miguel Delibes ganó el primero de sus dos premios nacionales de Narrativa --por aquel entonces Premio Nacional de Literatura 'Miguel de Cervantes' de Narraciones-- con su obra 'Diario de un cazador', primera entrega que continuaría en 1958 con 'Diario de un emigrante' y concluiría en 1995 con 'Diario de un jubilado', todas ellas con el personaje de Lorenzo como protagonista, el personaje "más optimista" de todos los nacidos de la pluma del vallisoletano.

En 'Diario de un cazador', Delibes presenta al lector al personaje de Lorenzo, un bedel de instituto aficionado a la caza que comienza a recoger en un diario sus experiencias cinegéticas y su vida cotidiana junto a su madre viuda, con la que comparte una vida humilde, y su novia, Anita.

El lenguaje popular, cargado de matices y con un estilo algo expresionista con que Lorenzo escribe su diario, llevó al propio Miguel Delibes, cuyo centenario se conmemora este 2020, a definir a este personaje como el "más optimista y desenfadado" de cuantos había creado.

El mismo año en que se publicó 'Diario de un cazador', el escritor viajó a Santiago de Chile, experiencia que le inspiró la secuela de esta novela, 'Diario de un emigrante', publicada tres años después, en 1958.

En esta nueva obra Lorenzo, ya casado con Anita, emigra a Chile para huir de la escasez que soporta en Castilla, donde apenas ve la oportunidad de prosperar. En el año que pasa en Sudamérica buscando fortuna, el protagonista plasma en su nuevo diario el día a día de la vida en otro país con distintas costumbres.

ESPERANZA, DESARRAIGO Y DESENGAÑO

Las vicisitudes diarias con su mujer, la adaptación al uso que hacen los chilenos de la lengua castellana, las esperanzas con que viajan los emigrantes, el desarraigo que padecen después y el desengaño ante las ilusiones incumplidas son otros de los aspectos que Delibes refleja en este libro, siempre con la voz prestada de Lorenzo.

Si el uso del habla rural y tradicional de Castilla es una de las señas de identidad de la literatura de Miguel Delibes, 'Diario de un emigrante' destaca por el manejo que el autor hace del español propio de Chile, que el protagonista va incorporando a medida que se habitúa a su nuevo hogar.

Cuatro décadas más tarde, en 1995, Delibes cerraría esta trilogía con la que sería su penúltima novela, 'Diario de un jubilado', en la que a sus 60 años y prejubilado de una fábrica de automóviles --un perfil muy común en la ciudad del escritor--, Lorenzo disfruta de su retiro de nuevo con su escopeta en los cotos de caza de Castilla.

Aficionado a la práctica cinegética como su creador y envejecido de forma paralela a éste, Lorenzo se presenta como una suerte de alter ego del novelista, con un carácter mucho más optimista que el original, al cual el paso del tiempo ha convertido, de alguien con aspiraciones sencillas, a un miembro más de la sociedad de consumo desarrollada en España en la segunda mitad del siglo XX, lo que encierra una crítica por parte de Delibes hacia los nuevos valores imperantes.

Tras 'Diario de un jubilado' el vallisoletano ya sólo publicaría, en 1998, 'El Hereje', su última novela, con la que volvería a ganar un año más tarde el ya renombrado Premio Nacional de Narrativa, que había obtenido por primera vez en 1955 con la primera entrega de la trilogía de Lorenzo, 'Diario de un cazador'.