Los quioscos sin actividad deben retirarse de la vía pública

M.Rodríguez
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Un informe de la Policía Municipal confirma que un tercio de los censados, 25 de 79, están cerrados. Se están tramitando los expedientes para la revocación de la autorización y ya se han desmantelado una decena

Los quioscos sin actividad deben retirarse de la vía pública

Las calles de Valladolid se están quedando poco a poco sin los tradicionales quioscos. Un siglo después de la aparición de los primeros puestos dedicados a la venta de periódicos, el Ayuntamiento de Valladolid está obligando a los propietarios de los que están cerrados, muchos de ellos por jubilación, a que los retiren de la vía pública. 

Inicialmente, el Consistorio se comprometió, vía moción en el Pleno, a buscar nuevas fórmulas para aprovechar los que estaban sin uso. Pero, finalmente, la Concejalía de Planificación y Recursos ha decidido tramitar los expedientes de rescisión de la concesión por falta de uso y pedir a sus dueños que los retiren de la vía pública. «Con la ley en la mano no hay otro solución. La concesión es muy clara al fijar los usos permitidos. Y para darles otros hay que rescindir la concesión actual y solicitar otra. Un trámite farragoso y largo, pero es lo que dice la ley», detalla Pedro Herrero, concejal del área del que dependen.

Desde el punto de vista administrativo, la mayor parte de estos espacios tienen en vigor una concesión (uso privativo del dominio público), que se aprueba por Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento y que supone el pago de un canon por ese uso privativo, que tiene la naturaleza de tasa, y que se determina en las correspondientes ordenanzas fiscales.

Los quioscos sin actividad deben retirarse de la vía públicaLos quioscos sin actividad deben retirarse de la vía pública - Foto: Jonathan TajesEl Ayuntamiento detectó a mediados de 2020, gracias a un informe de la Policía Municipal, que de los 79 que había distribuidos por la capital, 25 estaban vacíos. Una relación en la que no se incluyó el de la plaza Caño Argales, demolido hace dos años por las obras de remodelación de la plaza, el de la calle Claudio Moyano, que se usa por la Agencia de Innovación para albergar los sistemas auxiliares de la infraestructura de toldos verdes en la calle Santa María y el de la plaza Santa Ana, que extinguió la concesión en aplicación del Proyecto Europeo Urban GreenUP y se retiró de la vía pública el 29 de junio 2020.

Propietarios.  

Y el resto de los expedientes ya están en fase ejecutoria, donde a los propietarios que la concesión conlleva que cuando concluye deben levantar la instalación y reponer el pavimento en buenas condiciones. De momento, solo los propietarios de los puestos ubicados en la calle Torrecilla, plaza Batallas, la avenida de los Cerros, Duque de la Victoria y plaza Zorrilla 158 han pedido el cese de la actividad. Y el Ayuntamiento, por su parte, inició de oficio otros 14 expedientes.

Una decisión que no ha gustado nada a la Asociación de Vendedores de Prensa. «Nos han dejado tirados. Estábamos negociando alternativas y esto agrava todavía más la situación del sector, que es muy grave», denuncia su presidente, Juan Carlos García. En este sentido, detalla que la mayoría de los puestos están cerrados por la jubilación de sus propietarios. «Antes los podían traspasar por una buena cantidad, pero ahora eso es imposible. Y si no se permiten más usos pues no dejan más solución que regalarlos para no gastarse, además, casi 5.000 años en quitarlos de su ubicación», recalca.

De momento, ya se han retirado los quioscos de la plaza Caño Argales, plaza Batallas, calle Cadenas de San Gregorio, plaza Santa Ana, avenida de los Cerro, calle Canterac, plaza de los Arces, calle Duque de la Victoria, calle Labradores y plaza de Poniente. «La concesión conlleva que los quioscos tienen que estar abiertos, no pueden estar cerrados aunque se abone la tasa municipal por ocupación de suelo público», explica el edil. 

Herrero considera que hay «mucha confusión» en el sector y que la asociación «no está informando bien a sus asociados». «Los quioscos son propiedad privada y cuando se extingue los dueños tienen la obligación de desmontar», asegura. Una obligación que la asociación de vendedores de prensa critica porque considera que el gasto, que puede ir entre los 3.000 y los 5.000 euros, según la tipología del puesto, es «una puntilla» para sus asociados. «La única solución que les queda es regalarlos al que se lo desmonte para no tener más gastos. Y muchos están ofreciendo los puestos a chatarreros», lamenta García. 

 

Alternativas para los puestos sin uso

Asociaciones de vecinos, colectivos sociales e incluso uno de los socios de Gobierno en el Ayuntamiento de Valladolid han presentado una batería de ideas para salvar los quioscos cerrados y darles una segunda vida. Pero estas propuestas no han fructificado, salvo en el caso del de Claudio Moyano

Este puesto alberga ahora las instalaciones auxiliares de los conocidos como 'toldos verdes', dentro del proyecto europeo Urban Green Up,  para la renaturalización urbana y para mitigar los efectos del cambio climático.

Esta iniciativa no es nueva y en otras ciudades se ha empezado a plantear la posibilidad de dotar de nuevos usos a estos elementos urbanos que pierden uso por el cambio de hábitos de lectura. 

Iniciativas que motivaron una moción de Valladolid Toma la Palabra (VTLP) en 2017, que se aprobó en Pleno e instaba al Consistorio a recabar propuestas que, como esta, permitan encontrar alternativas viables de uso a los quioscos que se encuentran actualmente sin actividad. Entre las opciones se planteaba que puedan convertirse en espacios para otros negocios (venta de flores) o incluso utilizarse como oficinas de turismo o lugares para campañas divulgativas de asociaciones y ONG.

Posteriormente, se presentó el proyecto de la Asociación de Vecinos Caño Argales, para la recuperación de los quioscos de titularidad municipal que se encuentran vacíos, a través de actividades lúdicas, culturales y sociales. «El objetivo era contribuir a la activación del tejido social público y a fomentar la participación ciudadana», tal como se explicó en el laboratorio de ideas ciudadanas bautizado como 'La ciudad imaginada'.

El problema de todas estas propuestas es que los quioscos son del propiedad privada y el Ayuntamiento no tiene intención de comprarlos a sus propietarios, aunque esta sea otra de las peticiones que les ha realizado la asociación de vendedores de prensa.