La Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid ha recordado en un comunicado enviado a los alumnos que entre las obligaciones de los clientes de la cafetería del centro está "no consumir otras comidas o bebidas distintas a las que se sirvan en el establecimiento de restauración" y que cuenta con un espacio habilitado con 16 puestos para que los alumnos puedan comer.

En el comunicado, al que ha tenido acceso Europa Press, la Facultad muestra su malestar por la protesta llevada a cabo la pasada semana por varias decenas de alumnos que se sentaron en el suelo del vestíbulo y de los accesos al centro para comer la comida en sus 'túper' ante la prohibición de hacerlo en la Cafetería, algo que aseguran que sí que se permitía hacer en años anteriores, y al no contar con un espacio "adecuado" dentro de la Facultad para poder comer.

El decanato recuerda que la empresa que tiene la concesión del establecimiento hostelero del centro desde "hace al menos diez años" está sometida a un decreto de regulación en el que se establece que "entre las obligaciones de los clientes está no consumir otras comidas o bebidas que las que se sirvan en los establecimientos de restauración".

Además, recuerdan que para dar servicio a todos aquellos alumnos que no pueden abonar diariamente un menú del día el decanato instaló tres microondas en la planta baja del edificio de la Facultad y junto a ellos varias mesas con "16 puestos para comer". Actualmente, aseguran, están espaciados para respetar el distanciamiento de seguridad ante el COVID-19.

Igualmente, añaden que Se ha colocado material de limpieza y desinfección al lado de las mesas para que sean los propios usuarios quienes limpien las mesas y sillas.

De hecho, en el comunicado se plantea que en la hora de la comida, de 14.00 a 16.00 horas, se hacen "turnos rotatorios de 30 minutos" podrían comer 64 personas "y si se acortan un poco los tiempos podrían hasta 80", que es algo menos de la cifra de personas que, según los alumnos, comen cada día en la Facultad.

Asimismo, el decanato ha apuntado que desde 2012, año en el que la Facultad de Ciencias se instaló en este nuevo edificio, "nunca había habido tanta ocupación" en este espacio para la comida.