Cosecha del 76

M.B.
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Guillermo Rejón jugó en el CB Valladolid de 2002 a 2007: «Fueron cinco años de madurez deportiva». Se retiró en 2017 y desde entonces ha sido el director deportivo del Fundación Lucentum de Alicante, que este año ha ascendido a la LEB Oro

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Jugó once temporadas en la ACB, con un total de 292 encuentros, desde su debut un 19 de marzo de 1998 en el Pavello Nou Congost con el Adecco Estudiantes y hasta su último encuentro, el 6 de mayo de 2012, en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid... con el UCAM Murcia y ante... Estudiantes. Aunque antes y después disfrutó e hizo disfrutar en la EBA, en la LEB Oro y en la Plata. Pero Guillermo Rejón, uno de esos jugadores elegantes en la pista, siempre erguido, de espaldas al aro, de bote sencillo y movimientos prácticos, también tuvo sus momentos, y buenos, en Pisuerga. Aquí jugó con el CB Valladolid de 2002 a 2007, llegando a ser capitán, hasta que Javier Imbroda decidió cortarle.

Guillermo Rejón Miguel, o Willy Rejón, nació en Madrid el 1 de octubre de 1976. Allí comenzó a jugar al baloncesto muy joven, aunque como él mismo dice, «primero hice natación y todo lo que se jugase en el cole». Sus primeros pasos fueron en Móstoles para fichar por la cantera del Estudiantes en cadete de segundo año. «Por entonces jugaba de alero, posición en la que estuve hasta segundo año de sénior», recuerda. Sus 206 centímetros de altura igual ayudaron a que pasase a la bombilla, para jugar de ala-pívot o incluso de pívot: «Mi rango de tiro no era muy bueno y vieron que podía ser un cuatro móvil».

Debutó con Estudiantes en la ACB, jugando dos partidos sin anotar; y en 1998 se fue al Abeconsa Ferrol y luego al Lucentum Alicante, ambos de LEBOro. Para acabar en Cantabria Lobos la 2001-02. «El equipo descendió, me fui a jugar los playoffs de Francia y me llamó Chechu Mulero, que se iba a quedar al frente de Valladolid. Acepté encantado», apunta sobre su llegada a Pisuerga. 

Y aquí se mantuvo cinco años: «Valladolid es uno de los sitios donde más tiempo he estado, donde hice muchas amistades y donde estuve cinco temporadas seguidas, algunas con sufrimiento, en la ACB». Rejón reconoce que el primer año fue muy duro, «con un cambio de entrenador y casi un descenso, pero lo libramos y fuimos creciendo».

Mantiene amistad con mucha gente relacionada con el club vallisoletano y también con gente ajena al baloncesto. «El público siempre fue muy cariñoso conmigo. Incluso cuando he vuelto como rival. Sin ser una estrella ni destacar por anotación, siempre me ha recibido bien», añade sobre ese cariño de la afición. 

En 2007 se fue de Valladolid dirección a Palma de Mallorca pese a tener un año más de contrato: «Era el capitán, me encontraba bien, pero Imbroda decidió apostar por otros y me fui a Palma».

Desde entonces, pasó por Palma Aqua Mágica, Lucentum Alicante, UCAM Murcia, Quesos Cerrato Palencia, Ourense Baloncesto y HLA Lucentum, donde se retiró en 2017: «Lo hice, curiosamente, tras perder en el playoff de ascenso a la LEB Oro ante el Carramimbre, con aquella bandeja de Reyes que no entró». 

Desde esa retirada pasó a ser el director deportivo del Fundación Lucentum Alicante, con el que este año ha logrado el ascenso a la LEB Oro:«Lo rozamos los dos anteriores y, aunque he tenido una oferta para seguir, he dicho que no tras lograr el objetivo». 

«A Valladolid suelo ir a visitar a los amigos. Además fue el sitio donde descubrí una de mis pasiones, el vino. Teníamos muchas patrocinadores que eran bodegas y nos llevaban a catas. Luego, casi al final de mi carrera, estuve en Palencia, y me acercaba muy de vez en cuando», matiza sobre su cariño hacia la ciudad del Pisuerga.