El 60% del agua que se consume en Valladolid viene del Canal

D.V
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La infraestructura celebra los 100 años de su reversión con un Plan Estratégico de conservación en ciernes

El 60% del agua que se consume en Valladolid viene del Canal

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha celebrado este miércoles con una jornada en Valladolid el Centenario de la reversión al Estado del Canal de Castilla, en un momento en que el organismo de cuenca trabaja en un Plan Estratégico dirigido a conservar y puesta en valor de esta infraestructura y de su entorno.

La jornada, celebrada en el Salón de Actos del Museo Patio Herreriano de Valladolid ha contado con la presencia de representantes como la presidenta de la CHD, Cristina Danés, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín; el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, y el alcalde de Medina de Rioseco y diputado provincial vallisoletano, David Esteban, entre otros.

Danés ha explicado que la idea de la CHD es poner en valor este "enorme patrimonio histórico, cultural e industrial" y relanzar una serie de proyectos y actuaciones dentro de un Plan Estratégico para conservar y rehabilitar tanto el canal como las infraestructuras asociadas.

La presidenta de la CHD ha indicado que el objetivo es compatibilizar sus usos actuales de abastecimiento, regadío, generación de energía eléctrica y el turismo, con una serie de actuaciones que coordinen esos usos, la conservación del patrimonio y la coordinación entre las administraciones.

El plan se vertebrará en varios ejes de actuación, que incluyen la restauración y rehabilitación del Canal y sus edificios vinculados, la potenciación de su entorno generando un área medioambiental diferenciada, así como la promoción de esta obra, que supuso un hito en la ingeniería civil de la España de los siglos XVIII y XIX.

Actualmente, el Organismo de cuenca contempla varias intervenciones en el entorno de la Dársena del canal en Valladolid capital, como la restauración y limpieza del vaso de, así como la renovación de la calle Canal y de los espacios verdes de la margen derecha, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad.

Además, hay otros proyectos en fase de licitación, como la restauración del acueducto Abánades, ubicado en la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental, en el ramal del Norte, que supondrá una actuación de limpieza y consolidación de esta estructura hídrica.

Entre los retos futuros, la CHD aboga, además, por la formalización de comunidades de regantes que se sirven del Canal de Castilla, así como por su modernización, con el objetivo de mejorar la gestión de un recurso valioso y escaso como el agua. Esta línea de trabajo se complementará con la creación de corredores ecológicos en los que se favorecerá la plantación de especies que actúen como sumideros de dióxido de carbono.

Para Cristina Danés "merece la pena hacer inversiones, rehabilitar, tratar el canal como un elemento de enorme valor patrimonial y ambiental", ya que ha recordado su importancia tanto en materia de histórica como de medio ambiente, pues la flora, fauna y su paisaje, pese a ser de origen artificial, ya se puede decir que se han "naturalizado".

Por su parte, el alcalde de Valladolid la reversión del Canal, que pertenecía a una empresa privada, al Estado fue un hecho histórico importante ya que sirvió para garantizar su pervivencia pues la infraestructura, al haberse situado ya el ferrocarril como un transporte más eficiente, no tenía ya rentabilidad en su utilidad inicial, el traslado de mercancías, sobre todo cereal.

Así, gracias a esa reversión, la infraestructura existe, está en "muy buen estado" y ofrece "muchas cosas" para la Comunidad y para la ciudad de Valladolid, como un ecosistema de ribera o el abastecimiento de agua. De hecho, ha recordado que el 60 por ciento del agua que se consume en Valladolid procede de esta infraestructura.

Mientras tanto, Mercedes Martín ha defendido que la infraestructura es "patrimonio de todos", forma parte del pasado pero también "tiene que formar parte del futuro", por lo que ha destacado la importancia de la puesta en valor que planea la CHD. "Tenemos que ver qué puede hacer el Gobierno de España para buscar otras alternativas de impulso", ha señalado la representante del Ejecutivo en Castilla y León.

La reversión del Canal al Estado se oficializó el 12 de diciembre de 1919, cuando concluyó el plazo de explotación que se concedió a la Compañía del Canal durante 70 años, por lo que se levantó acta en Valladolid de la entrega al Gobierno de la nación, representado entonces por el subdirector de Obras Públicas e ingeniero jefe del Canal, Luis Morales.

 

PRIMERA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA REVERTIDA

Como recogió la prensa en su día, esta "gran obra hidráulica" fue la primera infraestructura de este tipo que se revirtió al Estado por haber expirado el plazo legal de concesión.

El Canal recorre 207 kilómetros de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, entre Alar del Rey, Medina de Rioseco y Valladolid, con tres ramales. Garantiza actualmente la disponibilidad de agua a más de 21.000 hectáreas de cultivo y también el abastecimiento a una población de más de 300.000 personas repartidas en 50 municipios, incluidas las capitales palentina y vallisoletana.

En esta jornada han estado presentes también como ponentes el director técnico de la CHD, Gonzalo Gutiérrez; el catedrático de Historia Contemporánea, Pedro Carasa; el técnico de Turismo Rural y Naturaleza de la Fundación Siglo, Luis Ángel Díez; o uno de los últimos barqueros del Canal, Emiliano Hinojal.

Este barquero, de 89 años y nacido en San Llorente de la Vega, localidad que ahora pertenece a la provincia de Burgos, trabajó en su juventud en el Canal, al igual que otras dos generaciones de su familia. Primero, desde los 13 años, lo hizo como mulero, encargándose de los animales que tiraban de las barcazas, para luego pasar a ser patrón de una de ellas durante once años, hasta que en 1959 se cerró el canal para esta actividad.

Hinojal ha explicado que fue el último barquero que manejó embarcaciones por el Canal y ha recordado que había tres tipos de barca: las 'españolas', de 35 toneladas de peso y que iban movidas por dos mulas; las 'alemanas', de 40 toneladas, tiradas por tres caballerías; y las 'francesas', como la que el patronaba, que pesaban 55 toneladas.

El veterano barquero ha reconocido que era un trabajo "muy duro" en el que se pasaban "muchas calamidades", con heladas que dejaban "dos dedos de hielo", lo que provocaba patinazos que le hicieron caer al agua en alguna ocasión y que dificultaban el tiro de las mulas, que también acababan en el canal, por lo que había que rescatarlas.