El legado en el olvido

Javier Villahizán (SPC)
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Los vínculos entre España y EEUU se remontan a hitos tan destacados como la fundación de la primera ciudad o la conquista del lejano Oeste

El legado en el olvido

En buena medida puede asegurarse que Estados Unidos fue diseñada por España. Durante tres largos siglos, entre el XVI y el XIX, la Corona española gobernaba en casi todo el continente americano, incluida Norteamérica y las tierras que estaban por encima de México, como lo demuestra la extensa toponimia y simbología de sus Estados actuales. 

Tal es así, que en su momento de máxima expansión, entre finales del siglos XVIII y principios del XIX, los territorios españoles comprendían más de la mitad de la actual EEUU. Es decir, los Estados de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Florida, Alabama, Misisipi y Alaska eran posesiones españolas que pertenecían al Virreinato de Nueva España.

Sin embargo, la triste noticia no es solo que la herencia española se ha convertido en la punta de lanza de la guerra cultural en EEUU, con el derribo de estatuas y el rechazo a los nombres de los colonizadores, sino también por el olvido de los propios españoles, que desconocen la inmensa huella de sus antepasados patrios en aquellas tierras.

Los vínculos de España con EEUU tienen unas raíces históricas y culturales tan profundas que se remontan a los primeros viajes de los descubridores a tierras norteamericanas en el siglo XVI. 

El país americano posee un destacado pasado español: fue Juan Ponce de León el primer occidental que pisó territorio de Estados Unidos y permaneció en él, concretamente en La Florida en 1513; y fue otro español, Pedro Menéndez de Avilés, quien fundó la primera ciudad estadounidense en 1565, San Agustín de la Florida; además los franciscanos establecieron numerosas misiones en distintos lugares del sur del país, como Texas, Nuevo México, Arizona y California.

Igualmente, las misiones fueron el germen de grandes metrópolis como Los Ángeles, San Francisco o San Diego en California y de ciudades florecientes como San Antonio, en Texas, que en 2018 celebró su tricentenario. 

Además, el primer libro redactado dentro de los confines del país se debió al hermano Báez, un jesuita de la delegación de Georgia en 1569, y España también llevó a Norteamérica la primera representación teatral.

Pero lo más destacado de la huella española en EEUU fue el primer Día de Acción de Gracias, obra de Pedro Menéndez de Avilés, que tras fundar San Agustín un 8 de septiembre de 1565 lo celebró con una misa y una comida entre españoles y nativos, 56 años antes de que lo hicieran los peregrinos de Plymouth Rock. Incluso hubo una segunda celebración patria del Thanksgiving Day, en este caso el 30 de abril de 1598 cuando 600 colonos, encabezados por Juan de Oñate, atravesaron el río Grande en El Paso y celebraron junto con los indios el final de una larga travesía por el desierto de Chihuahua. Hoy en día, dicha celebración se conoce en el Estado de Texas como el Día de Gracias Tejano.

Son muchos los nombres de los pioneros españoles que exploraron Norteamérica a través de rutas comerciales, expediciones militares y trazados marítimos.

Nombres muchos de ellos olvidados cuando no degradados como el del navegante Alonso Álvarez de Pineda, que cartografió el golfo de México; García López de Cárdenas y Vázquez de Coronado, que descubrieron el Gran Cañón; Álvar Núñez Cabeza de Vaca, náufrago que recorrió junto a otros tres supervivientes más de 8.000 kilómetros por Florida, Texas, Nuevo México, Arizona y California; Hernando de Soto, el primer europeo que conoció el Misisipi; Juan de Oñate, primer conquistador del Oeste americano; o Gaspar de Portolá que en su empeño de encontrar el puerto de Monterrey fundó la actual Pacífica, en la bahía de San Francisco.

 

Un idioma universal

Este importante legado no es un mero recuerdo, pues hoy en día lo español, incluyendo la lengua, está muy presente en la sociedad estadounidense. La comunidad hispana de EEUU alcanza los 57,5 millones de hispanohablantes y representa ya un 17,4 por ciento de su población. Además, el castellano es el idioma más estudiada en el país y en 2060 será el primer lugar del mundo por número de hispanohablantes, por detrás solo de México. 

 La comunidad española residente también crece y ya supera las 100.000 personas.