El vino se abona a la crisis

Vidal Maté
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De marzo a junio las ventas en el mercado interior cayeron el 25% y el 10% en el exterior. Las cooperativas de Castilla-La Mancha retirarán cinco millones de hectolitros de producto

El vino se abona a la crisis

El sector agrario y la industria alimentaria no se hallan entre las actividades más afectadas por la pandemia. En relación con la industria alimentaria, diferentes informes señalan que más de una tercera parte mantuvo su actividad con normalidad. En el caso de las producciones agrarias, con la salud como justificante, hay una serie de producciones como frutas y hortalizas, zumos, aceite de oliva o productos lácteos que incrementaron y mantienen una línea de crecimiento con la demanda en los hogares. Sin embargo, en los casos en los que la demanda de un producto se halla muy ligada a la restauración, agricultores, ganaderos e industrias han sufrido un fuerte impacto negativo. Esta coyuntura se ha dado con algunas carnes como el vacuno, parte del ovino y porcino y fundamentalmente el sector vitivinícola, donde se puede hablar de una crisis global por haber afectado a todo tipo de vinos y además a todos los países productores con caída no solo de ventas, sino también de precios.

Esta situación ha dado lugar a que las cooperativas de Castilla La Mancha tengan en marcha una retirada voluntaria de hasta cinco millones de hectolitros de mostos de los que la mitad podrían ser de vino sin DOP de acuerdo con la reglamentación comunitaria para lograr una autorregulación del mercado. El responsable de las cooperativas, José Miguel del Real, espera que en las próximas semana se hayan incorporado a la iniciativa las bodegas de la comunidad autónoma, lo que supondría un paso adelante en el ajuste de los mercados y, sobre todo, un hito en la actuación de las cooperativas, tradicionalmente reacias a este tipo de acciones como una autodemostración de su fuerza para operar en los mercados.

El director del Observatorio Español de los Mercados del Vino (OEMV), Rafael del Rey, no tiene la respuesta para atajar los problemas que se han derivado de la pandemia en el sector, pero entiende que hay algunas estrategias para prevenir y que podrían contribuir a sortear la crisis: diversificación de la oferta y, sobre todo, de mercados, países, restauración y tiendas de distribución alimentaria.

Que la crisis del vino no ha sido solo cosa de un país lo pone de manifiesto el hecho de que las exportaciones mundiales de vino entre los meses de marzo y agosto se redujeran un 10% en volumen y en términos de valor casi un 13%, cayendo más de 2.000 millones de euros sobre el periodo anterior. El comercio mundial de vino supone unos 104 millones de hectolitros por valor de unos 31.000 millones de euros. 

En el conjunto del comercio mundial del vino, con carácter general se puede decir que, además de caer las ventas, cayeron sobre todo los precios. En los vinos envasados, el volumen descendió un 8,5%, pero el valor un 16,5%. Una situación similar se produjo en la venta de graneles y la única excepción fue la venta de vino en los llamados bag in box, envases de cinco o diez litros para los que las ventas crecieron un 13,7% en volumen pero en valor solamente un 3,9% por la caída de precios.

Este panorama de los mercados mundiales -menos ventas en volumen y descenso en los precios- afectó a la actividad de todos los países exportadores como España, Italia, Chile y especialmente a las exportaciones de vinos franceses que registraron la mayor caída en valor. La única excepción fue Argentina donde las ventas crecieron más del 40% a base de bajar los precios.

La menor actividad exportadora tuvo su equivalente en los datos de compras de los países importadores donde destacan las caídas de China en más del 30%, de Hong Kong, además de Bélgica, Italia o Rusia, mientras se registraban descensos más reducidos en Estados Unidos o Países Bajos. Destaca un ligero aumento en volumen de las compras en Reino Unido, en Canadá y muy especialmente en Australia, Noruega e Irlanda.

En el sector español, los resultados han ido por barrios. En el caso de los vinos de más precio en denominaciones de origen como Ribera del Duero, grupos como Protos o Cillar de Silos hablan de un descenso en las ventas superior al 20%. Otros grupos como J. García Carrión, bodega líder en volumen en el sector, señalan tener un comportamiento positivo en las ventas, en su opinión, por su buena relación calidad-precio que es lo que demanda el consumidor en tiempos de crisis.

Durante la primera ola de la pandemia, de marzo a junio, las ventas de vino en el exterior pasaron de 7,1 millones de hectolitros en 2019 a 6,3 millones en 2020 con un descenso del 0,7 (10,3%). En valor bajaron un 7,1% de 868 a 806 millones de euros. En el caso del mercado interior, las salidas pasaron de 3,8 a 2,82 millones de hectolitros con una fuerte caída del 25,8%.

Según los datos manejados por el OEMV, en los últimos doce meses, a septiembre de este año, la venta de vinos envasados con DOP caía un 2,2% en valor y en volumen, con los precios prácticamente estabilizados. Peor le fueron la cosas a los vinos envasados sin DOP donde las ventas en volumen caían un 3,1%, pero lo hacían un 5,8% en valor por el descenso en los precios en un 3%. Los vinos a granel cayeron en volumen un 10,9%, unos 126 millones de litros, pero solamente un 7% en valor ante el incremento de los precios en un 5%. Por el contrario, las ventas de vinos en envases de cinco o diez litros aumentaron un 20% en volumen, pero solo el 9% en valor por una caída en los precios del 10%. En total, ventas de envasados de 898 millones de litros por valor de 2.095 millones de euros, y de 1.077 millones de litros a granel por 510 millones, lo que supuso bajar por primera vez en los últimos años de los 20 millones de hectolitros.

España sigue vendiendo vino por debajo de la media mundial en todas las categorías. En los vinos envasados, la diferencia va de 2,31 euros litro, la media española, a la media mundial de 3,96 euros. En los vinos bag in box la diferencia va de 1,41 a 1,63. Finalmente, en los graneles, un vino español se coloca a 0,41 euros frente a la media mundial de 0,71 euros litro. Queda claro que vender la calidad ya existente en los vinos españoles a un mayor precio sigue siendo un reto para el sector.