La investigación como defensa ante la pandemia

Óscar Fraile
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El Instituto de Biología y Genética Molecular desarrolla varios proyectos relacionados con el coronavirus, entre los que destaca un tratamiento a base de células mesenquimales

De izquierda a derecha, Margarita González-Vallinas, Eduardo Tamayo, David Bernardo, Carlos Villalobos y Mariano Sánchez.

Decía Benjamin Franklin que «invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios». Una filosofía que aplica el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) para impulsar diferentes proyectos relacionados con el coronavirus que la pasada semana se presentaron en un encuentro virtual en el que también mostraron sus trabajos investigadores de otras comunidades de la zona norte. La organizadora del mismo fue la plataforma interdisciplinar Salud Global, integrada por más de 300 grupos de investigación y cuyo objetivo es proporcionar soluciones a corto plazo sobre los problemas generados por el coronavirus e impulsar un protocolo de actuación frente a posibles rebrotes y futuras pandemias.

Su coordinadora en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Margarita del Val, explicó que esta plataforma consta de seis áreas: prevención de la infección, conocimiento del virus y la enfermedad que causa, contención y diagnóstico, tratamiento, impacto social de la enfermedad y comunicación social de la ciencia. El IBGM, miembro de esta plataforma, es un centro mixto de la Universidad de Valladolid (UVa) y del propio CSIC.

Uno de los proyectos más destacados que tiene entre manos es el de la utilización de células mesenquimales para pacientes covid en estado grave con insuficiencia respiratoria, cuya investigadora principal es Julia Barbado. La encargada de presentarlo, en representación de su grupo de trabajo, fue la investigadora Margarita González-Vallinas. Se trata de un proyecto en el que trabajan de forma coordinada el propio IBGM, el Hospital Universitario Río Hortega, el centro donde se realiza este ensayo clínico, y Citospin, la spin-off de la UVa que lo financia. «El objetivo es estudiar la eficacia y seguridad de estas células, en las que nuestro grupo tiene ya amplia experiencia porque las hemos utilizado en distintas patologías de muy diversa índole», señaló González-Vallinas. Por ejemplo, este tratamiento se ha aplicado en el Río Hortega con éxito a personas que padecían nefritis lúpica tipo IV, es decir, muy severa. El resultado en ese caso fue que mejoró su situación renal, así como el resto de manifestaciones clínicas e inflamatorias que tenían los pacientes. «Estas células tienen propiedades tanto regenerativas como inmunomoduladoras, y por eso decidimos utilizarlo con la covid-19», añadió la investigadora del IBGM.

El producto resultante de este proyecto es el MSV, aprobado ya por la Agencia del Medicamento. González-Vallinas hizo referencia a la aplicación de este sistema en pacientes graves de China con resultados prometedores. «El más grave de todos fue tratado con células mesenquimales al segundo día de entrar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y al día siguiente la fiebre desapareció y la tasa respiratoria bajó a niveles normales», explicó. Una semana más tarde salió de la UCI  y dos semanas más tarde su PCR fue negativa. Además, con este producto se trató al primer paciente en España al que se aplicó células mesenquimales con muy buenos resultados.  Este grupo de investigación realizó después su propio ensayo clínico entre 24 pacientes. Aunque todavía no se pueden avanzar resultados de eficacia, las expectativas son más que positivas.

Otros proyectos de investigación del IBGM

Caracterización biológica y molecular

El proyecto en el que trabaja Eduardo Tamayo se denomina ‘Caracterización biológica y molecular mediante el análisis del perfil transcripcional en pacientes covid-19’. En él participan, además del IBGM, la Facultad de Medicina y el Hospital Clínico, y está financiado por la Junta. El trabajo parte de la base de que «el desconocimiento de los perfiles de expresión génica de las personas infectadas dificulta la comprensión de la fisiopatología de la enfermedad», de modo que el objetivo es «obtener el perfil de expresión diferencia entre pacientes covid y controles sanos» para facilitar la obtención de nuevas dianas terapéuticas innovadoras. Tamayo también trabaja en el proyecto ‘Evolución del perfil inflamatorio y estatus redox en pacientes covid-19’.

Biomarcadores de pronóstico

El proyecto en el que trabaja David Bernardo se denomina ‘Biomarcadores de pronóstico y mecanismos de inflamación mediante citometría de masas y multiplex’ y está financiado por el CSIC y por la Junta. El trabajo tiene tres objetivos básicos: la identificación de marcadores pronósticos, la caracterización de la respuesta inmune y el desarrollo de un modelo con las propias muestras de los pacientes que permita una mayor personalización de los fármacos utilizados en función de las necesidades de cada caso. Para ello, durante marzo y abril se obtuvieron muestras de más de 1.500 pacientes de UCI y llegados Urgencias. Además, entre junio y agosto obtuvieron 283 muestras de pacientes tres meses después de haber sido dados de alta y en septiembre se continuó con la toma de más muestras en UCI.

Efectos de las viroporinas sobre calcio intracelular

El director del IBGM, Carlos Villalobos, presentó el proyecto ‘Efectos de las viroporinas del virus SARS-CoV-2 sobre calcio intracelular y su posible reversión para prevenir el covid-19’, financiado por la Junta de Castilla y León. Se trata, en definitiva, de determinar el papel de las viroporinas en el contexto celular de la enfermedad. «Lo más grave ocurre en los alveolos pulmonares, donde se produce el intercambio de gases», explica. El proyecto estudia el remodelado del calcio inducido por estas viroporinas en determinadas células. Un efecto que, según Villalobos, se podría prevenir, o al menos tratar, con moduladores de los flujos de calcio.

Estrés del retículo endoplasmático

Mariano Sánchez capitanea un proyecto que pretende estudiar la incidencia de estrés de retículo endoplasmático en las infecciones por covid-19. «La idea fundamental vino de algo bien conocido por los virólogos, que es el hecho de que la infección viral implica que las células del huésped tengan que reaccionar fabricando proteínas del virus, y ello sobrecarga organelos intracelulares y, en concreto, el retículo endoplasmático», explica. Se trata de un trabajo financiado por la Junta de Castilla y León y que cuenta con la participación del IBGM y de profesionales como la doctora Elena Bustamante, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del Clínico, y del Servicio de Medicina Interna del Río Hortega, Luis Inglada, entre otros.