Un hábito que provoca millones de muertes

Agencias
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Ocho millones de personas fallecen al año como consecuencia del consumo de tabaco, un vicio que preocupa especialmente por su prevalencia entre los jóvenes de entre 15 y 24 años

Un hábito que provoca millones de muertes

A pesar de que la pandemia del coronavirus se ha convertido en la principal preocupación del mundo entero, lo cierto es que el tabaquismo sigue siendo una epidemia que, pese a que no se contagia, mata a ocho millones de personas al año.

Esa es la conclusión de un estudio publicado recientemente, con motivo del Día Mundial Sin Tabaco -que se celebra hoy-, por The Lancet, con datos del año 2019, cuando el número de fumadores aumentó hasta los 1.100 millones a nivel global. 

Los investigadores, que analizaron 3.625 informes relativos a 204 países bajo el auspicio del programa Carga mundial de morbilidad, constataron que un 90 por ciento de los nuevos fumadores se hacen adictos antes de los 25 años. Prevenir el acceso de los jóvenes sería una medida efectiva para reducir el vicio en futuras generaciones, señalan los expertos, que reconocen que la interferencia del sector tabaquero es uno de los principales factores que impiden acabar con el hábito.

Según el estudio, una de cada cinco muertes de varones está provocada por el tabaco, que causa enfermedades cardiovasculares, pulmonares y traqueales, entre otras.

Los autores señalan que, si bien desde 1990 se ha reducido en general la prevalencia de su consumo (en un 27,5 por ciento en el caso de los hombres y en un 37,7 por ciento para las mujeres), en una veintena de Estados el vicio ha aumentado significativamente.

Los 10 países con más consumidores de tabaco en 2019, que comprenden casi dos tercios de la población fumadora mundial, son China (con 341 millones), India, Indonesia, Estados Unidos, Rusia, Bangladesh, Japón, Turquía, Vietnam y Filipinas, mientras que los lugares con mayor consumo por persona se sitúan en Europa. 

Preocupa especialmente su prevalencia entre los jóvenes: en 2019 se registraron el mundo unos 155 millones de fumadores de entre 15 y 24 años, siendo los 19 años la edad media para empezar a fumar de forma habitual. Ante este panorama, los autores, que no analizaron la incidencia de sustitutos del tabaco como los cigarrillos electrónicos, piden a los Gobiernos que adopten políticas eficaces para reducir la presencia en la sociedad del hábito de fumar y prevenir la iniciación entre los menores, lo que incluye eliminar productos de nicotina con sabores.

«La prevalencia persistentemente alta del tabaco entre la gente joven en muchos países, junto con la expansión de nuevos productos de tabaco y nicotina, subrayan la necesidad de redoblar el control», afirma una de las investigadoras, Emmanuela Gakidou, del Instituto de Medición y Evaluación Sanitaria de la Universidad de Seattle (EEUU).

Su colega Marissa Reitsma añade que, si no se reduce el acceso al tabaco de la gente joven anualmente, lo que disminuiría el número de adultos fumadores, «la epidemia del tabaco continuará durante muchos años».

Los autores lamentan que, después de que 182 países hayan ratificado en 2005 la Convención marco para el control del tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 solo 62 tenían programas amplios contra el hábito que incluyeran ayudas para dejarlo; advertencias sanitarias y prohibición de anuncios y patrocinios, y únicamente 38 tenían los niveles de impuestos recomendados.

Según este estudio, aumentar los impuestos sobre el tabaco es una medida «eficaz y rentable», sobre todo si la recaudación se invierte en programas de control y otros servicios de apoyo social y sanitarios.

 

La segunda pandemia

En este sentido, Joseba Zabala, miembro del Comité Nacional de Prevención (CNPT) y portavoz de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo, propone al Ministerio de Sanidad que acometa un verdadero plan de prevención y tratamiento del tabaquismo al estilo de Francia que «implique a las tabaqueras en la financiación», siguiendo su lema contra el cáncer: «El que contamina y mata, que pague».

Pero, además de la prevención, Zabala apela a cambios de comportamiento, porque el tabaquismo, dice, es una segunda pandemia o más bien «una superposición de pandemias» que supera en muertos a las víctimas de la COVID-19.

Las cifras hablan por sí solas. Según la Sociedad Española de Epidemiología, el consumo de tabaco mata cada año en España a 56.000 personas, mientras en 2020, el país cerró, según las cifras oficiales, con 50.837 fallecidos por la pandemia de coronavirus.