Los positivos se disparan en la peor semana de la pandemia

A. G. Mozo
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La capital ofrece sus mejores datos desde la segunda semana de agosto, pero la provincia sufre los repuntes de las comarcas de Íscar, Medina del Campo, Cigales, Tudela y el área de Valladolid Rural II. Los hospitales ya superan los 200 ingresados

Zona de Urgencias del Hospital Clínico. - Foto: Jonathan Tajes

La segunda ola de la pandemia continúa su avance imparable en la provincia de Valladolid pese a las medidas de contención más o menos agresivas que la Consejería de Sanidad va aplicando en todos los territorios donde los servicios epidemiológicos sospechan de la concurrencia de una transmisión comunitaria del coronavirus. En menos de dos meses, entre agosto y lo que va de septiembre se han duplicado las cifras de contagios que había dejado la primera ola, llevando el total vallisoletano por encima de los diez mil infectados.
La labor de rastreo, inexistente en la fase inicial de la pandemia, es la que está haciendo aflorar unas gigantescas cifras de positivos que pulverizan, casi cada jornada, los récord de contagios diarios que fue dejando la primera ola. Los 234 que se notificaron el 12 de abril ya han sido superados cinco veces en los últimos siete días, en los que hasta se han sobrepasado los 300.
Una estadística que convierte a esta última semana en la peor de toda la pandemia con más de 1.500 positivos, de los que poco más de un tercio son ‘culpa’ de una capital a la que se le han levantado ya las restricciones y que ahora asume el reto de mantener esta tendencia, después de unas semanas en las que llegó a capitalizar ocho y hasta nueve de cada diez nuevos casos que se daban cada semana en esta provincia.
Verónica Casado, consejera de Sanidad, especificaba el jueves que la ciudad había pasado de los 1.500 positivos declarados hace solo una semana a los 580 de estos últimos siete días: «Ha bajado su incidencia mucho, en un 62%, cuando la OMS marca que al menos debe hacerlo en un 50% para poder avanzar», por lo que se han vuelto a suavizar las medidas de contención, puesto que, además, son los mejores números que logra reportar la capital desde la segunda semana de agosto.

SIN RELAJACIONES

Pero pese al fin de las medidas de contención en la capital, tanto Casado como Igea recordaron la importancia de que la ciudadanía siga teniendo «cuidado» para evitar el colapso de los hospitales que vuelva a derivar en la paralización de la actividad asistencial y quirúrgica: «Si el virus bloquea las UCI , no vamos a poder seguir trabajando con normalidad», advirtió la consejera de Sanidad. El vicepresidente, por su parte, recordó que «bajar de escalón no supone relajarse»: «Llevamos seis meses con esto y no creo que nos queden menos de otros seis meses. La realidad es que hay 500 infectados más en Valladolid, no mil menos», señaló en referencia a las últimas cifras de contagios de la capital.
Aunque, como siempre, todo va por barrios, y la mejoría no es aún uniforme a orillas del Pisuerga, ya que sigue habiendo algún centro de salud con unas elevadas tasas de infecciones, superiores a los 30 casos por cada diez mil habitantes, como ocurre con el de Tórtola y Rondilla I. En el lado opuesto, Casa del Barco ya ha logrado bajar de la ratio de cinco contagios y Covaresa está cerca de lograrlo. «Seguimos declarando muchos casos, pero esta curva no es como la de marzo», puntualizó la consejera.

MEDINA DEL CAMPO

Los problemas empiezan a estar ahora en algunas comarcas de la provincia, más que en la capital. Además de las ya confinadas Íscar, Pedrajas y Pesquera, Sanidad tiene en el punto de mira a Medina del Campo, tanto su área urbana como la rural, que superan la tasa de 50 contagios por 10.000 habitantes en la última semana.
«Nos preocupa Medina, sobre todo la zona de salud Rural, pero los epidemiólogos dicen que no es necesario confinar porque no hay transmisión comunitaria», señaló la consejera, pese a que en Medina se han declarado 171 nuevos casos durante la última semana y a que el hospital se acerca ya a las cifras de ingresos de la peor parte de la primera ola, con 38 hospitalizados en el Comarcal, casi el triple que hace una semana. En este sentido, Casado explicaba que se empezaría a «trabajar en red (con los otros dos hospitales de la provincia) para que Medina pudiese mantener, en la medida de los posible, su actividad habitual».
Las ratios de contagio que tiene la comarca de Medina del Campo son similares a las de Íscar (55 por 10.000 habitantes) y que ya están dando también en otras zonas de salud de la provincia, como Tudela de Duero (54), Valladolid Rural II (54), Cigales (49) y Esguevillas, en donde los 16 positivos de la semana se convierten en una tasa de más de 103 contagios. La excepción se encuentra en Villalón, que lleva más de 14 días sin casos. 

MENOS CONTACTO SOCIAL

Por ello, por este importante avance de la pandemia, tanto Casado como Igea insistieron en un mensaje de prudencia a la ciudadanía. Así, el vicepresidente de la Junta señaló que «la restricción del contacto es la única arma segura para evitar la infección».

Una idea sobre la que profundizó la consejera de Sanidad: «Quedarse en casa es importante y no celebrar reuniones familiares, ni comuniones multitudinarias. Sé que es muy duro, pero tenemos que minorar el contacto social».

207 HOSPITALIZADOS

La ‘curva’ de los hospitales continúa creciendo, pese a las medidas de contención que se van aplicando en cada zona de salud en que se sospecha que puede existir una transmisión comunitaria. Los 207 pacientes covid ingresados son más del doble de los que había a principios de septiembre. El Río Hortega tiene 86 (14 en UCI); el Clínico, 83 (18 en UCI); y el Comarcal de Medina, 38.