Del papel higiénico a los aplausos

Pablo Niebla (EFE)
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Los españoles han protagonizado en estos últimos tres meses algunas estampas inolvidables

Un hombre hace acopio de papel higiénico durante los primeros días del estado de alarma - Foto: Jorge Zapata

Han sido casi 100 días de confinamiento, de estado de alarma y de contención para frenar la COVID-19. Durante este tiempo, los españoles ha protagonizado  multitud de estampas inolvidables, desde el acopio de alimentos y papel higiénico, a los aplausos a los sanitarios cada día a las ocho de la tarde.
La epidemia nos dejará para el recuerdo muchas imágenes trágicas, calamitosas y funestas, pero también otras tiernas, solidarias o anecdóticas. Estas son algunas de las estampas de la pandemia desde todos los ángulos.

 

El acopio de papel higiénico

La reacción de la ciudadanía fue inmediata al anuncio del decreto de estado de alarma: las estanterías de los grandes supermercados se quedaron sin algunos productos básicos, pero sobre todo sin papel higiénico, que fue acaparado de forma excepcional. 

 

Respiradores

Cuando la epidemia avanzó, las UCI de los hospitales se vieron sobrepasadas, las muertes crecían a centenares a diario y los médicos alertaron de que les faltaban máquinas para auxiliar la respiración de los afectados por neumonías graves. Surgieron decenas de iniciativas de ingenieros y empresas para diseñar y fabricar respiradores de campaña, como el proyecto participado por Seat, que utilizó un motor de limpiaparabrisas para bombear el aire.

 

Hospitales de campaña

La extensión y gravedad de la epidemia hizo que también faltaran camas, lo que obligó a improvisar hospitales de campaña con miles de estancias en pabellones deportivos, recintos feriales y hoteles, sobre todo en las grandes capitales, anexos hospitalarios que fueron portada en todos los diarios.

 

Balcones y terrazas

Muchas personas han hecho vida en balcones y terrazas, espacios que se convirtieron en válvulas de escape de los confinados. Las azoteas sirvieron para hacer deporte y los balcones para ofrecer espectáculos a los vecinos o aplaudir cada día a las 8 de la tarde el esfuerzo titánico del personal sanitario, en una iniciativa acompañada por la melodía de la canción Resistiré

 

Desinfecciones

Otra estampa que refleja la gravedad de la epidemia es la de la Unidad Militar de Emergencia (UME) desinfectando aeropuertos, estaciones ferroviarias o residencias. También los Bomberos hicieron desinfecciones y voluntarios de Médicos sin Fronteras auxiliaron a 500 geriátricos en toda España.

 

Ciudades vacías

Insólitas fueron las imágenes de animales salvajes campando por las calles vacías en numerosos pueblos y ciudades de toda España. Jabalíes, ciervos, zorros, patos... se dejaron ver más que nunca ante la ausencia de las personas.

 

Primeras altas

De alegría estremecedora son los recuerdos de los primeros enfermos dados de alta de las UCI que salían encamados y arropados por los aplausos de todos los sanitarios que habían estado luchando durante días por salvarles la vida. 

 

Disputas políticas

Ni siquiera con 28.000 muertos y decenas de miles de enfermos se aparcaron las disputas partidistas, que también han dejado para la hemeroteca momentos tensos, agrios y de una confrontación política inusitada, áspera e incomprensible para parte de la ciudadanía.

 

Residencias

De las dramáticas situaciones en las residencias de mayores quedan escenas dantescas, pero también las tiernas imágenes de reencuentros con familiares en la desescalada.

 

Doctor Simón

El epidemiólogo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, se ha convertido en un icono de la pandemia. Su voz ronco-afónica, su naturalidad al explicar la tragedia, al dar datos que no siempre eran comprensibles, al responder a los periodistas diariamente todo tipo de preguntas, incluso personales, sin perder un ápice de aplomo, le ha convertido no solo en el portavoz oficial sino en el médico de cabecera de la epidemia para muchos.