Cinco personas han perdido la vida en accidentes laborales

Ical
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En la provincia, de enero a septiembre, ha habido 4.048 accidentes leves y 34 graves, en total 82 más que el año pasado. UGT exige adoptar un plan de choque para mejorar las condiciones de trabajo y recuperar las inversiones en prevención

Cinco personas han perdido la vida en accidentes laborales

La seguridad y la salud de los trabajadores deberían estar entre las prioridades de inversión de todas las empresas de la Comunidad y sin embargo, los obreros fallecidos no cesan y los siniestros siguen avanzando de forma imparable.

Así, entre enero y septiembre de este año, 5 trabajadores perdieron la vida en Valladolid, los mismos que en 2018. Datos que llegan a los 32 en toda la Comunidad, donde sí ha descendido la mortalidad en jornada de trabajo, siendo especialmente intenso el descenso en los accidentes de trabajo in tinere mortales con una reducción del 80 por ciento.

Los datos que facilita el Ejecutivo autonómico revelan que en los nueve primeros meses del año cinco personas perdieron la vida en su puesto laboral en Valladolid, un dato para la reflexión, que supone, sin embargo, el mismo del año pasado. Sin embargo, los siniestros graves ascendieron a 34, cinco más de los ocurridos el pasado curso.

Cinco personas han perdido la vida en accidentes laborales Cinco personas han perdido la vida en accidentes laborales

Asimismo, los accidentes leves sumaron un total de 4.048, con un aumento en 77, en cifras relativas.

El informe, al que tuvo acceso Ical, indica que los siniestros laborales se elevaron en la Comunidad en todos los sectores, excepto en los servicios, donde mermaron un 1,3 por ciento, hasta los 9.866 accidentes. La construcción tiró de la siniestralidad en los meses de análisis, con un total de 2.721 accidentes, que representan un importante aumento del 27,2 por ciento. Asimismo, la siniestralidad se elevó un 14,4 por ciento en el sector primario, hasta registrar la actividad agraria 1.526 sucesos. Por último, en la industria se contabilizaron 5.753 accidentes, un 2,6 por ciento más que en 2018.

Otro dato para la esperanza está en los accidentes in itinere, ya que se produjeron entre enero y septiembre, un total de 559 en Valladolid, con una merma en 32.

Plan de choque

Con estos datos de la mano, desde la Secretaría de Salud Laboral de UGTCyL exigieron adoptar un plan de choque centrado en la mejora de las condiciones de trabajo y empleo, y en la recuperación de las inversiones en prevención de riesgos laborales en Castilla y León. La organización constató que los trabajadores temporales sufren actualmente más del doble de accidentes que los trabajadores fijos; y casi la mitad de los siniestros (47 por ciento) se registran en centros de trabajo de menos de 25 empleados.

La central sindical lamentó que tras unos años de control y descenso de la siniestralidad laboral, desde el 2013 “volvemos a estar en una paulatina y gradual línea de ascenso en Castilla y León”. “Ascenso que no viene explicado únicamente por el incremento de la actividad económica, sino que responde a otros factores asociados a la calidad del empleo y a las condiciones en que se presta el trabajo”, destacaron.

Para UGT, detrás de buena parte de los accidentes de trabajo se esconde la precariedad laboral y la inestabilidad en el empleo, por lo que apostó por puestos “indefinidos, cualificados y bien remunerados, en definitiva, empleos de calidad”.

Además de la calidad en el empleo, la ausencia de inversiones en prevención de riesgos laborales explica para el sindicato muchos de los accidentes de trabajo acaecidos en Castilla y León. Y es que, como denunció, “desde que comenzó la crisis, las empresas han reducido extraodinariamente las inversiones en prevención de riesgos laborales, reduciendo los contratos con los servicios de prevención a mínimos”.

En este sentido, la organización reclamó intensificar la función de control y vigilancia de la Inspección de Trabajo; mayor control de la Administración para que aquellas empresas que han sido sancionadas con carácter grave; crear la figura del delegado territorial en Castilla y León, que cubra el vacío de representación específica que en estos momentos hay en el 95 por ciento de las empresas; y acabar con el sistema Bonus, que sólo sirve para vaciar la caja de la seguridad Social sin la menor contraprestación en términos de mejora preventiva.