Los partidos se activan para luchar contra la abstención

M.Rodríguez
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La convocatoria electoral del 10 de noviembre obliga a las formaciones políticas a diseñar nuevas estrategias para conseguir el respaldo ciudadano. Aunque las listas no están definidas se esperan pocos cambios en Valladolid

Los partidos se activan para luchar con la abstención

Los vallisoletanos, al igual que el resto de los españoles, volverán a las urnas por cuarta vez en cuatro años el próximo 10 de noviembre. La imposibilidad de que Pedro Sánchez formara Gobierno vuelve a motivar un proceso electoral para el que los partidos ya están activando su maquinaria interna, sobre todo para luchar contra el fantasma de la abstención. 

Un efecto que ya se notó en el único precedente de repetición electoral en menos de doce meses, en julio de 2016, generado por una situación muy parecida a la actual. En aquel momento Mariano Rajoy, el candidato del partido más votado en diciembre de 2015, no consiguió tampoco formar gobierno. En esas generales 113.776 vallisoletanos, de un censo de 433.06, decidieron abstenerse y no ejercieron su derecho al voto. Un porcentaje muy superior al de la convocatoria de 2015, cuando con un censo muy similar, el número de vallisoletanos que no fue a votar bajó hasta los 102.036. Eso implica que el porcentaje de participación pasó del 78,38% de 2015 al 75,56% de 2016. 

Unas cifras muy alejadas del alto nivel de participación que se registró en abril de este año cuando la cifra de participación subió hasta el 80,87%, y la abstención bajó al 19,13%. Unos niveles que ningún partido es muy optimista de que se vuelvan a repetir por la desafección y la desmovilización que avanzan las encuestas. 

Los partidos se activan para luchar con la abstenciónLos partidos se activan para luchar con la abstenciónEsa posible pasividad ciudadana no preocupan por igual en todos los partidos, como advierten varios responsables políticos provinciales, que pronostican que su efecto será desigual y que se «castigará» al partido que los ciudadanos más responsabilicen de esta nueva convocatoria. Y esta será una de las claves de la campaña electoral. De hecho, el alcalde de Valladolid y portavoz federal del PSOE, Óscar Puente, defiende desde hace días la necesidad de esta nueva convocatoria porque el país necesita «estabilidad» y pronostica que las urnas arrojarán una «variación no muy grande», pero suficiente para garantizar la gobernabilidad del país, «sin apoyarse en partidos independentistas».

Aunque en esta convocatoria habrá un nuevo partido, el de Íñigo Errejón, que puede cambiar el posible reparto de escaños en los partidos de izquierdas. En principio, parece totalmente descartado que la formación Más País presente candidatura por la provincia de Valladolid, aunque Puente ya se ha apresurado a apuntar que en la candidatura de Errejón «hay más ruido que nueces». Aunque el PSOE de Valladolid llega a estos comicios en una situación interna compleja, ya que acaba de convocar un congreso extraordinario para elegir un nuevo secretario provincial tras el anuncio de renuncia de Teresa López por discrepancias internas. Esta semana se han presentado dos candidatos, aunque quien parece concitar todos los apoyos es Manuel Escarda, que en abril fue elegido senador. «Lo previsible es que se repitan las listas», explica Pedro Pablo Santamaría, secretario de organización del PSOE.

Por su parte, los ‘populares’ no atraviesan tampoco su mejor momento tras los malos resultados de las generales y las municipales, además de la confrontación de la dirección provincial con Génova para decidir quién debía ser el presidente de la Diputación. Aunque los sondeos, incluido el recién publicado por el CIS, también apuntan que el PP se beneficiará de esta nueva convocatoria. El partido ya ha elegido como presidente del Comité de Campaña a Conrado Íscar, presidente de la institución provincial, y ha constituido el Comité Electoral, que será el encargo de aprobar las nuevas candidaturas. Los previsible es que repitan la mayoría de los candidatos, aunque en este caso habrá que esperar porque algunos de los que no consiguieron escaño se han recolocado en otras instituciones.

Una situación compleja también se vive en Vox Valladolid tras la dimisión de su presidenta Sofía Muñoz y el nombramiento de una gestora, que se encargará de pilotar el proceso electoral, donde parece previsible que su actual diputado Pablo Saéz repita como cabeza lista. Algo que no está tan claro en Unidas Podemos, que en abril perdió la representación que tenía en el Congreso, lo que abrió la caja de los truenos y destapó las diferencias con sus socios locales sobre la elección de Juan Manuel del Olmo como candidato. Además, el partido no atraviesa tampoco por su mejor momento por los malos resultado cosechados tanto en las generales como en las autonómicas y municipales. 

Una situación más estable se vive en Ciudadanos, que todavía no ha puesto en marcha sus órganos electorales, pero donde parece segura que Soraya Mayo repetirá como candidata.

balance. De hecho, el balance que presentarán estos diputados y senadores en la legislatura más breve es muy desigual. Los parlamentarios del PSOE no han tenido actividad parlamentaria, salvo Javier Izquierdo, que presidió la comisión de Infraestructuras y ahora forma parte de la Diputación Permanente. Por su parte, los parlamentarios de la oposición han aprovechado este tiempo para bombardear al Gobierno en funciones con preguntas y propuestas. En este caso, se lleva la palma el diputado de Vox, Pablo Sáez con 44 preguntas escritas, seguido de la ‘popular’ Isabel García Tejerina con 20 iniciativas y la diputada de Ciudadanos, Soraya Mayo, con 20.

Aunque cuando realmente volverán a echar el resto será en la próxima campaña electora, que conforme a las modificaciones incluidas en la reforma electoral de 2016 sólo durará ocho días, en lugar de los quince habituales. Por tanto, comenzará a las cero horas del viernes 1 de noviembre y concluirá a las 24 horas del viernes 8 de noviembre.