Un relato de circo y esperanza

EFE
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La obra 'Mil novecientos setenta sombreros' reivindica el legado del desaparecido Price y de todas las personas que lo hicieron posible. El espectáculo incluye magia, música, números de trapecistas y de 'clown'

Un relato de circo y esperanza - Foto: FERNANDO VILLAR

El circo clásico resurge de sus cenizas con la obra Mil novecientos setenta sombreros, un espectáculo que recuerda la desaparición en 1970 del antiguo Price y que, en palabras de su director Hernán Gené, es «un canto de esperanza y de agradecimiento a las personas que hacían posible el circo». Una idea original de Aránzazu Riosalido, que ha contado con la ayuda durante su guionización del actor Pepe Viyuela y la dirección de Gené para un montaje que reúne a artistas del circo, el teatro, la magia y la música, y que incluye desde las greguerías de Ramón Gómez de la Serna al aullido de Charlie Rivel, números de trapecistas o de clown.

«El espectáculo es una sinergia entre el teatro y el circo clásico y contemporáneo. Ese híbrido de géneros es lo que hace que la obra tenga, en parte, una dificultad añadida, pero que a su vez sea asombrosa. Está llena de luz, de magia, de música en directo, de poesía y de mucho cariño. Es una obra que va a sorprender», señaló ayer en su presentación el responsable de este proyecto escénico.

Mil novecientos setenta sombreros habla de un año: 1970, cuando se demolió el Circo Price de la Plaza del Rey (y que durante casi un siglo había sido uno de los mayores espacios españoles para el circo y la música), y de un payaso (Viyuela), que quiere dejar el circo porque ha perdido la ilusión.

«Esa idea, de cómo una persona pierde la ilusión -que no solamente se da en los payasos, sino en general- y cómo la recupera a través de un viaje, de un sueño hacia el pasado, es lo que explica la obra», relató el propio Viyuela.

Moraleja. Conforme avanza la historia, esa depresión inicial que tiene el protagonista «se va transformando gracias al aporte de la compañía y dejando todos esos fantasmas atrás», añadió el actor.

«La función habla del pasado y del presente, de nuestros limites y nuestros miedos, del amor y la belleza. Cinco décadas más tarde estamos aquí sentados, en un circo con su mismo nombre que evoca de dónde venimos y muestra a dónde vamos, un lugar de encuentro entre generaciones de artistas», afirmó María Folguera, directora artística del Price.

De esta manera, por la pista central del show pasarán grandes glorias del circo: Charlie Rivel, Pinito del Oro, Arturo Castilla, Gómez de la Serna, Matilde de Fassi o Daja Tanto. Todo un plantel de artistas que con sus números forjaron soñadores, reforzaron la capacidad de sorpresa e hicieron frente al más difícil todavía.

«El circo es un espectáculo que transmite la pasión y la constancia de sus artistas por conseguir ilusionar al público y obtener un reconocimiento social», apuntó Riosalido.

La obra, en la que participan un total de 30 personas entre actores, técnicos y músicos, y que, cuenta, además, con Juanjo Cucalón, Marta Larralde, Jaime Figueroa y Miguel Uribe en el reparto, es un trabajo que ha costado varios meses de esfuerzo y preparación.

Un período que, según declararon los artistas, no ha sido nada sencillo, pero «la ilusión es lo que te hace seguir adelante».

En la presentación de Mil novecientos setenta sombreros, la delegada municipal de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, Andrea Levy, señaló que «este espectáculo servirá para realzar este espacio, que fue un lugar de referencia para la vida cultural de los madrileños».

Opinión que también comparte Viyuela, que recalcó que ahora es momento de «revitalizar la cultura y que si esta función sirve para poner luz donde haya oscuridad y primaveras donde solo hay inviernos, bienvenida sea».