El periodista vallisoletano Ángel Cuaresma animó hoy a visitar Medina del Campo, “la villa ideal para disfrutar de la Navidad”, durante su pregón de estas fiestas en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen. Tras agradecer a la villa el “honor” de anunciar la Navidad, “de pregonar el Nacimiento del Niño Dios”, Cuaresma insistió en que la Villa de las Ferias es el lugar “para dejar pasar este tiempo de Adviento hasta la llegada de los reyes masticando, veintiún siglos después, una historia sobre la que se han escrito cuentos, villancicos, romances, prosa y poesía”.
A su juicio, literatura escrita y tradición oral que “se ha transmitido durante siglos, pero cuya dulzura y buenas intenciones no superan a la historia original, la que sucedió en Belén y en otras ciudades y cuyos protagonistas son actores de primer nivel, actores de los buenos, porque interpretan su papel con naturalidad, casi improvisando, sin tiempo para ensayar, sólo para decir ‘Sí’ al mensajero de Dios”. “Actores, artistas, protagonistas humanos y divinos con nombres, sin apellidos, descritos por su generosidad, por su entrega, por eso que hoy llamaríamos valores humanos. Y otros, claro está, que desempeñan un papel diferente”, sostuvo durante su alocución.
Así, recordó que Medina del Campo tendrá este año también su Belén viviente, protagonizado por personas anónimas, que “emplean su tiempo, que se dedican con esmero, que restan horas al ocio en estos días de tanta tarea, de tanto afán, de tanto ir y venir, para que su ciudad luzca aún más hermosa”. “Todo ello para que la Navidad medinense sea de carne y hueso, de amor y trabajo, de esfuerzo y dedicación, siquiera sea por unas horas, siquiera sea, que no es poco, para adornar las calles y ensanchar los corazones”, apeló.
Cuaresma subrayó que “hay tantas cosas por hacer en Medina estos días que se nos van a escapar entre suspiros como agua cristalina entre nuestros dedos”. Se refirió a los numerosos nacimientos “por admirar, tantas iglesias por recorrer, tantos familiares por visitar, tantos amigos para quedar y tantas y tantas actividades”.
En este sentido, animó a los niños a “poner el Belén”, momento en que “se justifica dónde hay que colocar una figurita, por qué aquí sí y allí no o por qué ningún año las cambiamos de sitio”.
También explicó que el Belén “no es incompatible con cualquier otro adorno y se complementa a la perfección con el árbol, también fruto de la tradición cristiana”. En conjunto es “toda una clase de religión, de historia y de arte”. “De cómo los reyes han de colocarse viniendo del Este, de Oriente; de cómo, casi siempre, María tiene a su Hijo en brazos y la colocamos a nuestra izquierda, y José, callado y con la cayada, observando la tierna escena, a la derecha según miramos. Un Belén en el que no faltan, aunque cada casa es un mundo, esos personajes”, sentenció.