Los responsables de las cuatro Rutas del Vino de la provincia de Valladolid -Ribera de Duero, Rueda, Cigales y Toro- auguran “una capacidad de crecimiento indudable” para el sector del vino en la provincia, lo que se traduce en “un largo recorrido” para el enoturismo en la provincia. Así se puso este jueves de manifiesto en la reunión que mantuvieron con el presidente de la Diptuación de Valladolid, Conrado Iscar, con quien se trasladó en la importancia de coordinación entre todas ellas para seguir impulsando el sector.

A juicio del presidente de la institución provincial, el encuentro celebrado en el castillo de Fuensaldaña ha sido “muy positivo” en una provincia que “es vino” y en la que existe una colaboración “estrecha y fluida” entre la Diputación Provincial y las rutas del vino. La intención que se baraja es la de “seguir creciendo” gracias al vino, que constituye “un motor económico” de importancia en la provincia.

“Vamos a luchar para que esto vaya a más”, reconoció Conrado Iscar, quien apuntó a un mercado como Madrid, en especial con la celebración de la próxima edición de Fitur, como el principal mercado para “visibilizar y potenciar los vinos y las rutas”, sin olvidar otros territorios limítrofes. “Fitur para nosotros es un reto” después de que el año pasado se hiciera una presentación que alcanzó “un éxito rotundo”, de ahí que sea “nuestro primer reto”.

Dado que existen programas que “están funcionando muy bien”, Conrado Iscar avanzó que se trabajará para mejorarlos y “visibilizar y potenciar” los vinos y las rutas, en un principio en un mercado como es Madrid. Muestra del buen trabajo que se está desarrollando son los 100.000 visitantes que ha recibido el Museo del Vino, situado en el castillo de Peñafiel, lo que evidencia que “lo que se está haciendo, se está haciendo bien”.

Los representantes de las rutas del vino valoraron el encuentro, en especial en relación a la importancia de la coordinación para que muchos de los aspectos en los que se está trabajando y se publicitan para suscitar el interés de los visitantes estén “ordenados” en el tiempo. Para Calvo, el sector del enoturismo tiene “una capacidad de crecimiento indudable” en una provincia en la que el vino “es una realidad”.

De hecho, según Calvo, los números hablan por sí mismos y la Ruta del Vino de Rueda recibió el año pasado 40.000 visitantes. “Todos los años los números de las visitas se incrementan” y ahora lo que habría que hacer es “concienciar” a mayor número de actores sociales para dar “más recorrido” a estas iniciativas. Aunque las visitas a las bodegas son “lo más recurrido”, las ofertas en las bodegas son “muy distintas” e incluyen desde las propias visitas a otras que están asociadas a la gastronomía o a la naturaleza, además de rutas ecuestres.

Para la presidenta de la Ruta del Vino de Cigales, Inés Salas, una ruta que cuenta con 16.000 visitantes, el turista busca “algo distinto”, en especial “familiaridad”, algo que es posible encontrar en Cigales. “El cliente es el que va a poner sus normas y el que manda” pero de un tiempo a esta parte la cercanía es el principal atractivo y sentirse “libre”.

Con 380.000 visitantes a bodegas y a museos del vino, la Ruta del Vino Ribera de Duero es la que cuenta con mayor afluencia para conocer, en especial, el proyecto en origen, así como “pisar campo” y tener experiencias naturales y turismo de naturaleza y gastronomía. Para su gerente, Sara García, el enoturismo es “un gran regalo que le ha caído a Castilla y León” pero que no ha tocado techo sino que “tienen un largo recorrido y mucho que demostrar”.

La última en incorporarse ha sido la Ruta del Vino de Toro, que está “recién certificada”, según explicó su presidenta, Beatriz Fernández, quien destacó la “estrecha relación” existente con el resto de zonas para el desarrollo de muchos eventos “coordinados entre todos”. Por el momento, la Ruta del Vino de Toro está diseñando sus paquetes de márketing y estrategias para “salir a la palestra”.