Las fiestas de este año serán las primeras con la ‘nueva’ Plaza Mayor, prácticamente limpia y sin los obstáculos que venían suponiendo las rampas de acceso y salida del parking. Una novedad cuya importancia va más allá de la estética, para alcanzar la vertiente de la seguridad. «Este año, con esta nueva configuración de la Plaza Mayor, la cosa ha cambiado para bien», explica el concejal de Seguridad, José Antonio Otero, a El Día de Valladolid, «porque todos los protocolos se han simplificado, tanto los de seguridad dentro de la propia plaza, como los relativos a las evacuaciones, con la salvedad de la salida por la calle Manzana, que se ha estrechado».

Los cambios urbanísticos, con esa supresión de las dos rampas, también hacen que el aforo de la Plaza Mayor aumente en dos mil personas, hasta más allá de las 27.000. «La capacidad establecida no quiere decir que con las 27.000 se vaya a llenar absolutamente la plaza, ya que los expertos también tienen en cuenta las posibilidades de evacuación teniendo en cuenta variables como que, por ejemplo, la principial vía de salida, que es la calle Ferrari, no se pueda utilizar por lo que sea», detalla Otero, quien pidió «paciencia» a los ciudadanos si en algún momento se restringe el acceso porque el aforo se haya superado.

La otra gran novedad (desde el punto de vista de la seguridad) de estas fiestas es la falta de agentes con la que va a tener que lidiar la Policía Municipal, tras las ochenta prejubilaciones de 2019, para lo que la intendente-jefa tiene clara la receta: «Cuando falta personal se hacen más horas. No hay otra técnica», explicó el jueves Julia González tras la reunión de la Junta Local de Seguridad, en la que advirtió también que desde la Policía Local también se vigilarán las conductas sexistas «desagradables» porque «solo sí es sí».

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