«Sabemos que nuestro papel es temporal»

M.B
-

M. A. lleva más de seis años acogiendo a menores: «Cuando te despides de ellos sabes que van a algo mejor»

«Sabemos que nuestro papel es temporal» - Foto: Jonatan Tajes

«Cuando nos llaman para decirnos que hay un caso, es imposible decir que no». M. A. (prefiere reservar su identidad) lleva seis años acogiendo junto a su marido a niños de 0 a 3 años en Valladolid. Vio un día el programa en un anuncio en la prensa, pidió información y se lanzó «al vacío», como ella misma dice. 

Desde entonces ha acogido a siete niños. Menores de 3 años. «El primero fue un bebé. Nos trastocó toda la vida familiar, con la cuna, los biberones... pero fue una experiencia bonita», reconoce. Y repitieron. Ellos tienen hijos e, incluso, nietos, pero asegura que no es imprescindible para acoger, solo «tener sentido común».

«Al principio asusta porque desconoces, no sabes lo que te vas a encontrar y no sabes si dominarás la situación», señala. Pero en ese inicio, cuando se decidieron a dar el paso, desde Cruz Roja les informaron de todo, con un curso y con experiencias de otros padres acogedores. 

Mientras narra su historia, sujeta las manos de su último acogido, de catorce meses. Hay complicidad. Hay cariño. «Ahora mismo hay necesidad de familias, lo vemos», añade y apunta que «es muy difícil rechazar cuando te ofrecen».

M.A. ha vivido mil y una experiencias -ninguna mala-. Ha tenido que ir al Centro de Acogida El Carmen a buscar a alguno de los acogidos; al hospital e incluso a Segovia: «Fuimos en AVE a por un recién nacido; con todo lo que conlleva llevar una silla de bebé, bajarte en la estación, ir hasta el hospital en taxi y volver». También ha tenido algún caso de niño prematuro, teniendo que acudir al hospital a dar un biberón: «Era curioso porque el resto de padres nos miraban al darse cuenta de que tenían la mitad de edad que nosotros». De hecho, en este punto, esta vallisoletana quiere agradecer a la gente que dona al Banco de Leche Materna del Hospital Universitario Río Hortega: «Es fundamental para esos prematuros que no tienen lactancia materna».

M.A. es consciente de que su papel es «temporal». Que esos niños luego volverán a su familia o pasarán al régimen de adopción. Por eso, su labor es fundamental. «Hay mucho cariño de todo el mundo», persiste. De ellos a los niños, de los niños a ellos. 

Para ella la despedida es dura, aunque sabe que tiene que llegar. «Es duro por todo lo que vives con ellos pero sabes que van a mejor. Cuando ves las caras de las familias que reciben al niño... esa emoción... es lo más intenso que he sentido en mi vida», con lo que esa amargura se convierte en satisfacción: «Se me pone un nudo en la garganta al recordarlo». En su caso, la mayoría han pasado a ser adoptados y, salvo con uno, mantiene contacto con el resto: «Suelo pedir fotos para ver cómo van creciendo y si se puede, incluso, quedamos en alguna ocasión».

centros o familias. En Valladolid hay treinta familias dispuestas a acoger a menores de edad; por diez centros de acogimiento, con una capacidad para 143 niños. «En los Centros están muy bien tratados, aunque es verdad que mejor que con una familia en ningún sitio», añade M.A., que seguirá acogiendo: «Sin duda».