La falta de secretarios 'bloquea' los ayuntamientos rurales

R. Gris
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Los consistorios se ven incapacitados incluso para hacer plenos ante la falta de estos funcionarios

El alcalde de Montemayor de Pililla, Iván Velasco, junto a la secretaria del Ayuntamiento y un auxiliar. - Foto: Jonatan Tajes

Los alcaldes y los secretarios-intervendores con plaza fija están en una situación límite. La carencia de oposiciones para este grupo de funcionarios por parte del Estado durante los últimos años ha ocasionado que muchos ayuntamientos no tengan más remedio que ralentizar su burocracia ocasionado problemas «graves» en el funcionamiento diario de las administraciones locales.  

La presidenta del Colegio de Secretarios, Intervendores y Tesoreros de Administración de Valladolid, Cristina García, manifiesta que la situación no es nueva y que Valladolid es una de las provincias de la Comunidad que «mejor se encuentra» en este sentido. Sin embargo, indicó que es un problema que está comenzando a afectar a la mayor parte de los ayuntamientos. «Con las cien plazas que se convocan al año es imposible cubrir todas las jubilaciones y bajas a nivel nacional». 

El trabajo de los secretarios en los municipios se multiplica y son muchos los ayuntamientos que tienen que hacer «malabares» para poder sacar el trabajo adelante. Incluso alguno ha tenido que retrasar los presupuestos de 2019 debido a que no tenía medios de aprobarlo al no contar con secretario. Los municipios de menor población son los que se encuentran en peor situación, ya que los alcaldes no disponen de ningún tipo de medios cuando no está el secretario. «Afecta al día a día de los ayuntamientos. Ya no hay ni un cuerpo de opositores, ya que hace tanto tiempo que no se convocan nuevas plazas que la gente ha dejado de estudiar. Es un problema que le hemos trasladado muchas ocasiones al Gobierno, pero no hay forma de solventarlo». 

Cristina García manifiesta abiertamente tanto los propios secretarios como los alcaldes no quieren que lleguen funcionarios interinos, sino que prefieren cubrirse entre los compañeros para tapar las carencias existentes. «Cuando un compañero se va de vacaciones y va a estar fuera unos días nosotros nos repartimos su trabajo antes de que tenga que venir un funcionario interino que nunca ha visto un ayuntamiento». 

La mayoría de los secretarios-interventores no trabaja únicamente para un ayuntamiento, sino que se reparten las jornadas laborales entre dos o tres consistorios. Incluso muchos de ellos solo van un único día a la semana un pueblo. Los vecinos lo saben y acuden a las casas consistoriales cuando está presente el secretario. Los alcaldes tratan los asuntos en una única jornada que suele ser suficiente. Son 113 los secretarios colegiados que están trabajando en la actualidad en la provincia, lo que significa que al menos la mitad de los municipios de Valladolid (225) no cuenta con un funcionario propio. «La gente no lo sabe, pero un ayuntamiento pequeño tiene prácticamente las mismas exigencias que uno de mayor tamaño y lleva mucho trabajo». 

Existe un caso muy llamativo en la provincia. Los seis pueblos de  Puras, Bocigas, Almenara, Fuente Olmedo, Llano de Olmedo y Aguasal comparten una sola secretaria.  El alcalde de Puras, Teófilo Arroyo, indica que el tiempo se reparte entre los municipios teniendo en cuenta la población. En su caso, le tocan cuatro horas a la semana. «No lo lleva mal. Es muy trabajadora y más o menos está al día, pero cuando llega el momento de las subvenciones o algunos trabajos se tiene que llevar trabajo a casa. Anda muy apretada». 

Los alcaldes tienen que intentar  adaptarse a las horas en las que cuentan con el secretario. «Ya que alguien viene solo unas horas pues se intenta que todo quede solucionado», comenta el alcalde.  

Diputación. Desde la Diputación de Valladolid son perfectamente conscientes de la situación de muchos de los municipios. «Es un  queja que nos trasmiten los alcaldes», reconoce el diputado de Cooperación, Alberto Collantes. Es más, desde la institución provincial se proporciona «en casos excepcionales» algún funcionario a los consistorios para sacar adelante algún asunto concreto como la celebración de un pleno cuando resulta necesario. 

Aunque también es cierto que este personal tiene «un trabajo diario» en la institución y cuando acuden a los consistorios «queda sin hacer» su labor en la Diputación. «Nosotros no nos podemos permitir el hecho de tener a un funcionario solo por si acaso y cuando se marcha alguno a un pueblo el trabajo que realiza día a día no se hace con el consiguiente retraso».