De la huerta de Tudela a la mesa

M.B.
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Lo lleva haciendo en Tudela de Duero desde 1982, primero con Santiago Fernández y Angelines Pastor, y desde febrero de 2018, con la jubilación de ambos, con Carlos Sánchez y Ana Belén García

Cocina del restaurante 2,39. - Foto: Jonathan Tajes

De la huerta a la mesa. Y en esta ocasión no es una frase hecha. Es real como la vida misma. El Mesón Castellano 2,39 es el responsable de hacerlo posible. Lo lleva haciendo en Tudela de Duero desde 1982, primero con Santiago Fernández y Angelines Pastor, y desde febrero de 2018, con la jubilación de ambos, con Carlos Sánchez y Ana Belén García. «Estuve ocho años en cocina con los antiguos dueños y cuando se fueron a jubilar nos lo plantearon y nos decidimos a ello», señala Carlos.

«Desde 1982 ofrecemos a nuestros clientes productos y sabores de toda la vida. Nuestro objetivo es fomentar la alimentación saludable con el consumo de productos naturales, de temporada y de agricultores y ganaderos de la zona», señalan en su web. Y uno de sus secretos es precisamente la huerta, la de Tudela, la de siempre. «Compramos a hortelanos de la localidad, a gente que lleva años cultivando para ellos mismos y que no usan ni abonos no químicos», apunta Sánchez como una de las razones del éxito de un establecimiento con mucho tirón en la capital, no solo de Valladolid sino de España: «Tenemos muchos clientes, sobre todo en la época del espárrago, que vienen expresamente a probar nuestros productos».

Y el producto es otra de las claves. Ahora con el tomate y el calabacín. Dentro de un par de semanas o tres con el puerro; luego con los níscalos y los boletus; para continuar con la alcachofa, los espárragos y los guisantes. «Cambiamos la carta cada tres meses, y luego vamos variando platos. Ahora por ejemplo hemos sustituido el revuelto de calabacín por milhojas», narra Carlos, tudelano de nacimiento que, junto a su mujer, Ana (zaragozana pero ya asentada en la localidad vallisoletana), llevan con mimo el local.

El espárrago es uno de sus motores. La temporada comienza la semana del Día del Padre y acaba tres meses más tarde. Este año han visto como la covid se ha cruzado en su camino: «Pudimos abrir una semana y luego llegó el estado de alarma. Tras el mismo, hemos podido disfrutar unos 10-12 días más del espárrago. Pero es que nuestro verano es esa época. Esperemos que el año que viene sea mejor».

Entonces, ¿qué se puede encontrar un cliente en el 2,39? «Se encontrará platos de temporada y sobre todo de la zona de Tudela, de la huerta», responde sin dudas Carlos.

El establecimiento, para 54 comensales cuando se podía estar al cien por cien del aforo («aunque yo prefería siempre tener 42-44 para que estuviesen más cómodos»), abre todos los días (en julio y agosto, y las dos primeras semanas de septiembre cierra los lunes) y oferta un menú, con dos primeros y dos segundos, un postre, café, bebida y pan de Tudela por 13 euros, aunque como suele funcionar es con la carta. Para las cenas solo está abierto viernes y sábados, «a no ser que nos venga un grupo específico».

«Vamos haciendo lo que nos da la huerta. La mayoría de platos son verdura, quitando la patata (el resto con verdura). Siempre que sea de la huerta», reitera. Y en la patata nos paramos. Los antiguos dueños, Santiago y Angelines, son tíos del entrenador de balonmano Juan Carlos Pastor. Y la patata y Pastor es su plato referencia: «Lo tenemos todo el año y tiene mucho éxito».

Ahora, como dicen ellos, que está de moda lo ecológico, en Tudela siempre ha sido así. «Buscamos que los clientes sientan la tierra, que coman los platos que comían nuestros abuelos», señalan. Y en esta localidad, la huerta de Valladolid, el éxito está asegurado, por su tierra, porque está bañada por el meandro del Duero y porque las huertas muy bien cuidadas, sin abonos ni químicos: «Son de familias, tradición. Es muy natural». Como el 2,39 y sus dueños. Naturales. De la huerta a la mesa. ¡Qué aproveche!