El Patio Herreriano se rinde a la "pasión" de Pablo y Mayaya

Ical
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El museo acoge hasta el próximo 26 de mayo la exposición 'Los lenguajes del sombreros. Identidad, idiosincrasia y estilo. Creaciones de Pablo y Mayaya', que reúne 76 piezas realizadas por los prestigiosos sombrereros vallisoletanos

El Patio Herreriano se rinde a la “pasión” de Pablo y Mayaya

El Museo Patio Herreriano de Valladolid acoge hasta el próximo 26 de mayo la exposición ‘Los lenguajes del sombreros. Identidad, idiosincrasia y estilo. Creaciones de Pablo y Mayaya’, que reúne 76 piezas realizadas por los prestigiosos sombrereros vallisoletanos, principalmente en la última década, que dan testimonio de la “pasión” que nunca ha abandonado a estos emprendedores que en 1990 apostaron por recuperar un oficio que estaba en serio riesgo de desaparecer.

La muestra toma el relevo de ‘Los sombreros de Pablo y Mayaya, cada idea cobra sentido en la cabeza’, otra exposición que pudo verse en la Sala Municipal de Exposiciones de Las Franceses hace casi una década, y si en aquella se centraban en mostrar piezas de sus inicios para mostrar su recorrido en sus primeros veinte años de existencia, en esta ocasión son las creaciones de los últimos diez años las que adquieren protagonismo.

En la presentación, Pablo Merino resaltó que los dos son “artesanos” y conocedores de un “oficio” que, cuando comenzaron su trayectoria “se había perdido”. “Había una ruptura generacional y apenas quedaban dos o tres sombrereros, y empezamos a trabajar en un desierto yermo y vacío, con el convencimiento de que queríamos dedicarnos a ello de forma artesanal, trayendo este arte a nuestro siglo para hacerlo actual y moderno””, explicó. Su entrega y esfuerzo, según recordó, les valió en 2009 el Premio Nacional de Artesanía en la primera ocasión en que ese galardón se concedió a sombrereros, a alguien relacionado con el mundo de la moda o a algún castellano y leonés.

Por su parte, Mayaya Cebrián reivindicó “la importancia del sombrero como lenguaje, como vehículo de conocimiento sobre las personas y sobre su personalidad”. “Un sombrero es muy importante, es lo primero que vemos de alguien porque está a la altura de nuestros ojos, y nos aporta mucha información sobre la idiosincrasia, la identidad o el contexto en que vive quien lo lleva”, argumentó.

La sombrerera señaló que tras cada una de las piezas que ahora pueden contemplarse en el Museo se encierra “una historia individual sobre su posible portador o sobre la utilidad o finalidad de la propia pieza”, además de esconder el “vínculo emocional entre los propios materiales, los colores y las texturas”.

Pablo Merino explicó el porqué del montaje de las obras, con los sombreros y tocados suspendidos en el aire, levitando ante las miradas curiosas de los visitantes, y recalcó que obedece a un deseo manifiesto de recalcar el protagonismo de cada pieza, eliminando a las modelos o maniquíes y resaltando el aspecto tridimensional y la esencia de las obras”.

Las creaciones de Pablo y Mayaya que pueden verse en la muestra incluyen ‘Los dioscuros’, una obra creada ex profeso para la ocasión que está inspirada en el mito de Cástor y Pólux, los hijos de Zeus y Leda. En ella, aparecen dos hojas gemelas de sinamay, que representan en diferentes tonalidades la mortalidad y la inmortalidad, fundiéndose en su parte superior imitando la estilizada forma de un cisne.

Además, la exposición recoge cuatro textos sobre el trabajo de los sombrereros vallisoletanos, escritos por Carlos Aganzo, Pedro Piedras Monroy, Enrique Gavilán y María Concepción Porras.

El arte del vestido

La exposición, que puede visitarse en lasa 7 en la tercera planta del Museo, se complementa con la muestra ‘El arte del vestido’, en la sala 6, contigua. En ella, la coordinadora de la Colección Arte Contemporáneo, Beatriz Pastrana, ha seleccionado 26 obras de 17 artistas de la CAC y de la Colección de Arte Contemporáneo Español de Naturgy, relacionadas de forma directa o indirecta con el mundo de la moda.

Así, pueden contemplarse lienzos de Ángeles Santos, junto a dibujos de Ángel Ferrant, esculturas de Gargallo, creaciones de Joan Brossa o delicadas y sugerentes piezas levitantes de Elena del Rivero, que ponen de manifiesto las conexiones entre moda y estética, la sociedad, el diseño y los métodos de producción.