Churros de Valladolid llegan a la cocina de Nueva York

M.B.
-

La empresa vallisoletana Industrias José Luis Blanco ha llevado la maquinaria y sus conocimientos sobre uno de los alimentos más conocidos de España al Mercado Little Spain de José Andrés y los hermanos Adriá

Churros de Valladolid llegan a la cocina de Nueva York

Nueva York cuenta desde la pasada semana con un nuevo espacio gastronómico con España como punto de referencia. Con el nombre de Mercado Little Spain (algo así como pequeño mercado de España), los cocineros José Andres, Albert y Ferran Adrià se han embarcado en un proyecto en el que la paella, las patatas bravas, las empanadas, las cocas o el jamón son parte fundamental del mismo. A su lado, en un food truck (un camión restaurante), se puede degustar uno de los productos más conocidos de la cocina nacional, los churros. Hasta allí han llegado de la mano de una empresa vallisoletana, Industrias José Luis Blanco, que el 1 de abril cumplirá 61 años. 

«El año pasado adquirieron los equipos. Sabíamos que eran para Estados Unidos pero no sabíamos mucho más. Ha sido en el momento de darnos a conocer que necesitaban formación cuando nos hemos enterado de qué se trataba», señala Belén Blanco, directora general e hija del fundador de la empresa. Y hasta la Gran Manzana se ha desplazado Jesús Muñoz, nieto de José Luis Blanco, para realizar los últimos cursos de entrenamiento y formación de todos los materiales que allí se usan y se usarán procedentes de sus instalaciones: freidora, amasadora, chocolatera, churrera, accesorios... 

El Mercado abrió el 15 de marzo. Desde ese día hay colas para entrar en el mismo y el espacio recibe centenares de visitas, ávidas de degustar los productos made in Spain, y por supuesto los churros, made in Valladolid.

Pero la empresa vallisoletana, líder en su sector (en el que se da la circunstancia de que también es muy pujante otra local, Inblan, de la misma familia Blanco), no es novata en exportar su maquinaria fuera de nuestras fronteras.

Un Mapa Mundi en una de las salas de Industrias José Luis Blanco y una foto en sus redes sociales recuerda que llegan a casi un centenar de países de todo el mundo. «Quizá los más raros sean algunos de África, como Guinea, Camerún, Sudáfrica o Nigeria... estamos en 20 estados de Estados Unidos; en Rusia, Israel, Arabia Saudí, Colombia...», apunta Belén Blanco, con el galardón en la categoría de Digitalización e Innovación del Premio Nacional a la Pyme del Año a su lado. «Hace un mes leíamos que una churrería estaba enseñando a hacer churros en Qatar. Nosotros llevamos 5 o 6 años vendiendo maquinaria allí», apunta sobre el momento que vive su industria a nivel global.

La empresa comenzó de la mano de José Luis Blanco a finales de los años 50 del pasado siglo: «Empezó en un pequeño taller en las Delicias». Compró un torno y pensó en un producto propio, fijándose en las churrerías, por entonces en auge pero muy precarias. A un amigo le hizo una caldera basculante y al poco tiempo realizó su primera máquina automática, con unos cambios de una bici -ya que llegó a ser ciclista profesional-. Las primeras máquinas las regalaba o prestaba. Fue creciendo sin parar. En los 90 entró su hija, Belén, en la empresa. Y apostaron por la internalización. Internet fue su siguiente aliado, teniendo página web desde 1998. 

Desde entonces su expansión no ha parado, con 25 trabajadores y llegando actualmente a esos 100 países. «La venta a través de internet es clave. Nuestro mérito es que hacemos una maquinaria específica y de alta calidad», añade la directora general.

the loop churro. «El churro aquí se asocia a invierno, pero en Argentina o Chile se toma en la playa». «Y en otros países ser un churro es ser guapo o bonito». Así alguna de sus máquinas están en ‘Soy Churro’ en Chile o en ‘The Loop Churro’ en California, una marca que se está haciendo viral gracias a sus combinaciones con colores. El churro está de moda.