Si el Brexit es un proceso de ‘divorcio’ que ha sumido en la incertidumbre a la Unión Europea durante los últimos años, las empresas se encuentran en una situación muy similar. Para arrojar un poco de luz, el Banco de España ha hecho público esta semana el informe Brexit, balance de situación y perspectivas, en el que analiza qué efectos podría tener este proceso en la economía española.
La entidad dibuja varios escenarios, en función de si esta separación se produce con acuerdo, y con el desarrollo de los correspondientes tratados comerciales, o sin él, es decir, con la obligada aplicación de barreras arancelarias.
En el peor de los casos, que es del ‘divorcio’ sin acuerdo, el crecimiento económico se resentiría en 0,82 puntos en los siguientes cinco años. Pero el informe asegura que el aspecto que más lo notaría serían las exportaciones, con una pérdida del 2,6 por ciento.
Según la base de datos de comercio exterior de las cámaras de comercio, las empresas vallisoletanas realizaron el año pasado 22.901 operaciones de venta con destino al Reino Unido, por un valor de 536,8 millones de euros. Es decir, que ese 2,6 por ciento del que habla el Banco de España podría suponer casi 14 millones en la provincia de Valladolid. El informe también asegura que la pérdida de empleo asociada a este proceso podría llegar al 0,77 por ciento en cinco años. Según los datos de la Encuesta de Población Activa del último trimestre del año pasado, el número de ocupados en Valladolid asciende a 229.200, de modo que ese 0,77 por ciento representa poco más de 1.700 puestos de trabajo.
Bien es cierto que el propio informe asegura que estas predicciones hay que tomarlas «con cautela», aunque concluye que los costes globales para la economía «podrían ser significativos, pero, probablemente, no desmesurados».
Más allá de lo que pueda deparar el futuro, lo cierto es que desde que los británicos decidieron salir de la unión Europea, en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016, las relaciones comerciales entre Valladolid y el Reino Unido han ido a menos. De hecho, las exportaciones han pasado de 692,5 millones en 2016 a 536,8 el año pasado, un 22,5 por ciento menos. Una caída que se produjo después de que entre 2012 y 2016 las ventas llegaran casi a duplicarse.
También se han resentido, aunque en menor medida, las importaciones. Según los datos de las Cámaras de Comercio, las empresas vallisoletanas compraron a las del Reino Unido en 2016 por valor de 286,1 millones, una cifra que se redujo a 240,9 millones el año pasado. Un 15,8 por ciento menos. Además, el país británico era hace tres años la séptima economía que más exportaba a Valladolid, y ahora es la octava, al ser adelantada por Rumanía. En las exportaciones no hay cambios. Reino Unido sigue siendo el segundo país al que más se vende, por detrás de Francia. El informe también hace referencia a la posibilidad de que se pierda el 1,78 por ciento de las importaciones con un Brexit sin acuerdo, que en el caso de Valladolid equivalen a 4,2 millones.
sectores. El análisis de las exportaciones al país británico vuelve a poner de manifiesto el peso que tiene la automoción en Valladolid, un sector que concentra 234,3 de los 536,8 millones de exportaciones. Otros 263,2 millones pertenecen al capítulo de maquinaria. Por detrás, a mucha distancia, están el caucho y sus manufacturas (15,9 millones), las manufacturas de fundición de hierro y acero (5,8 millones) y las bebidas alcohólicas, fundamentalmente vino, con 4,9 millones.