Uno de cada diez vallisoletanos se niega a usar mascarilla

R.G.R
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Una encuesta del Ministerio de Sanidad pone de manifiesto que el 8.7 por ciento de los vallisoletanos no es partidario de usarlas en su vida diaria. La media en España se sitúa en el 7,3%. Ya son obligatorias en Castilla y León

Muchos vallisoletanos portan las mascarillas en el codo. - Foto: Jonathan Tajes

La Junta de Castilla y León ha impuesto el uso de las mascarillas es espacios abiertos y cerrados. Sin embargo, casi uno de cada diez vallisoletanos nunca la ha usado. Ni cuando sale a la calle, ni en espacios públicos, ni sencillamente cuando entra en un establecimiento hostelero. Al menos así se pone de manifiesto en una encuesta elaborada por el Ministerio de Sanidad. El 8,7 por ciento de los vallisoletanos reconoce abiertamente que no las ha usado para su día a día, con el consiguiente riego para prevenir posibles contagios. El ministerio que dirige Salvador Illa recoge en este estudio que la media nacional se sitúa en el 7,3 por ciento, un punto y cuatro décimas por debajo de la provincia de Valladolid. Así, se podría decir que el comportamiento de los vallisoletanos en este sentido es peor que en el resto del país.  

 El porcentaje de población que no utiliza la mascarilla en León es de 8,2%; en Palencia, 11,1%; en Burgos, 9,9%; en Zamora, 16%; en Segovia, 6,7%; en Salamanca, 5,3%, y en Ávila, 5,5%. A excepción de estas tres últimas provincias, en el resto al menos un habitante de cada diez no la usa. 

Ahora, es previsible que una vez que la Junta de Castilla y León ha impuesto su uso cambiará la actitud de este grupo de vallisoletanos. La Policía Local ha impuesto una media de nueve denuncias cada día a ciudadanos que no cumplían las medidas de seguridad y no llevaban puesta la mascarilla, independientemente del modelo. Unos datos que revelan que son muchos los vallisoletanos que no contemplan el uso de la mascarilla, bien sea porque consideran que no les protege o bien porque entienden que no era necesario llevarla en espacios abiertos. La sanción económica asciende a cien euros. 

Es típico ver las mascarillas en la barbilla. Es típico ver las mascarillas en la barbilla. - Foto: Jonathan TajesJaén y Cáceres son las provincias que más han cumplido con el hecho de llevarlas puestas, solo cuatro de cada 100 habitantes no lo hacía. Les siguen Almería, Cádiz y Madrid. En el extremo opuesto se encuentra Guipúzcoa, donde casi la mitad de los ciudadanos reconoce no usarla nunca. Tampoco lo hacen el 23,5% de los vizcaínos. Casualmente, en el País Vasco se ha registrado uno de los brotes más virulentos del territorio nacional. 

Los promotores de este estudio preguntaron lo mismo durante cuatro semanas consecutivas y se observó una evolución favorable hacia su uso, con una tendencia alcista en todas las provincias. Eso hace suponer que la ciudadanía cada vez está más concienciada en la necesidad de usar medidas de protección para luchar contra la covid-19. 

Otro asunto sería conocer si las personas que sí usan de forma cotidiana la mascarilla lo hacen de forma correcta. El Ministerio de Sanidad recuerda que hay que lavarse las manos, no tocarla mientras se tiene puesta y no llevarla por más tiempo de cuatro horas seguidas.   

Algunos vallisoletanos simplemente llevan la mascarilla de la mano. Algunos vallisoletanos simplemente llevan la mascarilla de la mano. - Foto: Jonathan TajesLos datos sobre el uso de las mascarillas llegan en pleno debate sobre la conveniencia o no de que las comunidades autonónomas obliguen al uso de mascarillas en todos los lugares públicos independientemente de las medidas de seguridad. Castilla y León ha sido la última en decantarse por su obligatoriedad, pero ya lo habían hecho otras como Aragón, Andalucía, Asturias y La Rioja. Canarias, Castilla-La Mancha, Madrid y la Comunidad Valenciana son las únicas que no han adoptado esta decisión. 

CONTRARIO A ESTA NORMA. Uno de los mayores expertos en epidemiología de Valladolid y en el panorama nacional, Raúl Ortiz de Lejarazu, se mostró contrario a que el Ejecutivo regional legisle en esta materia en vez de concienciar a los ciudadanos de la importancia de mantener la distancia de seguridad y las medidas de higiene. El doctor apuntó que las mascarillas dan una falsa sensación de seguridad a los ciudadanos que no se corresponde con la realidad, ya que no impiden que se produzcan los contagios si no se siguen otras pautas de comportamiento. «Ahora estamos viendo las reuniones familiares y si alguien con mascarilla abraza y besa a otra persona, tal vez no a la primera, pero acabará contagiándose».  

Lejarazu se mostró muy crítico con la situación que está viviendo el país con respecto los establecimientos hosteleros, tanto en las terrazas como en el interior. «No veo en ningún sitio un cartel alertando del aforo y veo con frecuencia a las personas en la terraza sin mascarillas y sin mantener la distancia de seguridad suficiente». 

Las mascarillas deben llevarse bien colocadas. Las mascarillas deben llevarse bien colocadas. - Foto: Jonathan Tajes«Parece que la mascarilla te protege de todo y no es así». Lejarazu recordó que cuando llegue el otoño y las temperaturas bajen y llegue la humedad no servirán «para nada». ¿Y entonces qué hacemos?».

Por eso, insistió en que lo primero debe ser la distancia social y lo segundo las medidas higiénicas lo que prime en la sociedad. Recordó que la mascarilla no protege de los contagios que se producen por ojos y manos y también afirmó que despistará de otras medidas. 

La vocal de Medicina Urbana del Colegio de Médicos de Valladolid y coordinadora del Grupo de Infecciosos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyl), Isabel Gutiérrez, sí se mostró partidaria de la implantación de la mascarilla en todos los espacios públicos, pero acompañada de campañas de concienciación en otros aspectos como las medidas de higiene y la distancia «física, que no social de un mínimo de dos metros» entre personas. Está médico de familia considera que se ha trasmitido la información de forma deficitaria a la población sobre la necesidad de respetar estas acciones para mitigar la propagación de los contagios y, por eso, solicitó a la Junta de Castilla y León que incida en hacer llegar esa información a la sociedad. «Con el fin del estado de alarma se ha trasmitido a la sociedad que todo estaba terminado y que se podía hacer vida normal y eso no es cierto». Así, se mostró partidaria de la obligatoriedad de la mascarilla, pero acompañada de medidas de promoción y concienciación sobre la importancia de la distancia social y el higiene.