El Delibes acogió ayer el mitin más multitudinario de lo que va de campaña en Valladolid. Más de 3.000 personas hacían cola desde casi dos horas antes para ver al líder de Vox, Santiago Abascal, que llegó a Valladolid con su mensaje de la España unida y de defensa de las tradiciones. El acto comenzó casi media hora más tarde porque el aforo del auditorio no podía acoger a todos los seguidores, que incluso ocuparon el hall principal donde se instalaron pantallas para seguir el acto. Pero el candidato a la Presidencia del Gobierno, como viene siendo habitual en todos sus actos, no quiso privar de su presencia a las decenas de personas que se quedaron a las puertas del Delibes y salió a dirigirles unas palabras.Todo se sucedía en una escenografía festiva, con música patria sonando continuamente en los altavoces y centenares de mano agitando banderas de España para hacer la espera más amena.

AUDITORIO ENFERVORECIDO

Mitín de Santiago Abascal en Valladolid - Foto: J.T.

El momento cumbre, de exaltación del líder se produjo con la entrada de Abascal en un auditorio enfervorecido. Previamente el público había entonado el himno de la Legión, 'El novio de la muerte', o el 'Viva España' de Manolo Escobar, pero la presencia del político despertó la locura colectiva. Un estruendoso aplauso, vivas a España y los gritos continuados de 'presidente, presidente' arroparon a Abascal hasta el escenario.  comenzó su discurso culpando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del clima de "violencia" que se vive en la campaña. En esta ocasión se solidarizó con PP y Ciudadanos por los ataques sufridos en sus actos y recalcó que su partido los sufre "continuamente" pero incidió en que nadie se solidariza con ellos.

ESPAÑA

Mitín de Santiago Abascal en Valladolid - Foto: J.T.

Abascal dedicó gran parte de su discurso a criticar a los "enemigos" de España, interrumpido constantemente por el público, que reafirmaba sus palabras e incluso pedían más. Y estando en Valladolid aprovechó para tildar de "cristanofobia" los incidentes entre los manifestantes que celebraban el aniversario de la República y los cofrades de la procesión del Domingo de Ramos.

También reiteró su discurso de que en estos comicios se juega el "futuro" de España por los efectos de Gobierno "progre" de Sánchez. Y pidió el voto de los españoles para la "bandera del sentido común" y defendió las tradiciones. Unas tradiciones como la caza o los toros que considera que son básicas para la pervivencia de la España rural y  para frenar la despoblación, que aseguró que se defiende con "sentido común". Y precisamente el "sentido común" fue la receta general para todos los males del país porque el candidato no desgranó ninguna medida concreta, ni memoria económica, para afrontar el cambio que su partido propone. Unas ausencias que no echó en falta el auditorio repleto de familias, jóvenes y mayores. Un perfil heterogéneo que hace que incluso Abascal se atreviera a pedir el voto a "la buena gente de izquierda" decepcionada con Sánchez.

Mitín de Santiago Abascal en Valladolid - Foto: J.T.

MANIPULACIÓN 

El líder de Vox, cuyo discurso no superó la media hora, también rogó a sus simpatizantes que "no se crean" las mentiras, que aseguró, se dicen y se dirán sobre ellos durante esta campaña. Habló de "manipulación" de los medios de comunicación y de "distorsión" en las encuestas. "Se ríen mucho de nosotros porque tienen miedo", aseguró. Y pidió "serenidad" y el voto no para conseguir representación en el Congreso sino que para conseguir gobernar España.

Mitín de Santiago Abascal en Valladolid - Foto: J.T.

VALLADOLID

España fue la palabra más repetida en un acto en el que también intervinieron la presidenta de Vox Valladolid, que explicó que hace unos meses no eran ni cien militantes y ahora superan los 750. Un mensaje secundado por el candidato de Vox Valladolid al Congreso, Pablo Sáez, que definió el proyecto como transformador de la España "viva" y se mostró orgulloso de pertenecer a un partido en el que milita Ortega Lara, presente en el auditorio y que recibió un aplauso atronador.

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