Zorrilla: adiós al último gran foso del fútbol español

M.B
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El José Zorrilla es el único estadio de Primera que mantiene esa separación con la afición. El Coliseum Alfonso Pérez lo tiene enrejado

Adiós al último gran foso del fútbol español - Foto: Jonatan Tajes

En el Camp Nou se eliminó en 1994. En Balaídos se echó cemento en 2012. En Mendizorra hay unas rejas que impiden que se repita la imagen de 2007, cuando un grupo de aficionados cayó en él al celebrar un gol. Las recientes obras en Anoeta han acabado con la pista de atletismo, que hacía las veces de la misma separación. El Ramón Sánchez Pizjuán lo eliminó, como muchos otros, cuando en cumplimiento de la nueva normativa de UEFA y FIFA se obligaba a tener todas las localidades de asiento para todo el aforo... Y así todos y cada uno de los estadios de Primera -los que lo tuvieran- han ido eliminando el famoso foso de seguridad... como en su día fueron quitando las vallas. Todo menos dos, el Coliseum Alfonso Pérez, que lo tiene enrejado aunque se sigue viendo a la luz -es normal ver a los recogepelotas con una especie de recogehojas para llegar a los balones- y que ha anunciado su eliminación en una futura remodelación; y el José Zorrilla, el último gran coliseo futbolístico que realmente aún cuenta con un foso y que, si sale adelante el proyecto de reforma del mismo, también acabará eliminándose.

Ambas, fosos y vallas, surgieron en la década de los 70 del pasado siglos, concretamente en 1976 y 1977. La Federación Española ordenó, por entonces, «la instalación de vallas o fosos o cualquier elemento de separación entre sus campos de juego y el lugar destinado al público» tras una serie de incidentes. 

A partir del nuevo siglo se fueron quitando, quedando muy pocos con el mismo, como el propio José Zorrilla, el Coliseum, Balaídos, el Colombino, el Arcángel, Anoeta, el Estadio de Gran Canaria y La Romareda. Este último, el del Real Zaragoza, ha sido uno de los últimos en prescindir del elemento separador de la afición. Lo hizo el pasado verano con ayuda del Ayuntamiento y una inversión de 130.000 euros, cubriéndolo por una rejilla metálica.

Ahora es el turno del José Zorrilla, realmente el único que mantiene ese foso al aire. Tiene 4 metros de altura o profundidad, catalogado como es el más hondo de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) durante muchos años.

Actualmente, como ha ocurrido en otros muchos lugares, es un lugar que va acumulando restos de suciedad de los aficionados -bolsas, periódicos, comida...- debido a esa profundidad y a la complejidad en los accesos.

Ahora tiene los días contados. El Real Valladolid anunció la semana pasada una gran remodelación de su estadio, con un par de detalles ya públicos, como el cierre de la Grada Sur y la eliminación de este foso, lo que hará que se baje el terreno de juego unos metros y se ganan localidades, pasando de las 26.500 actuales a superar las 31.000.

Con esa obra se dirá adiós al último gran foso del fútbol español que, durante muchos años, tuvo en estos pozos no solo elementos de seguridad sino también imágenes para el recuerdo, con los balones engullidos en ellos y las consiguientes pérdidas de tiempo para volver a colocarlos en el terreno de juego.

grupo de trabajo. Por otro lado, el Real Valladolid anunció esta semana la formación de un grupo de trabajo para participar en las negociaciones con las distintas instituciones y entidades para la reforma del estadio y el proyecto de construcción de las nuevas instalaciones de Ciudad Deportiva. 

Además de anunciarlo, hizo públicos los nombres de sus miembros, que son el director del Gabinete de Presidencia y mano derecha de Ronaldo Nazário, David Espinar; una de las caras nuevas del club, el director del Área de Desarrollo de Negocio, Matthieu Fenaert; y un ‘veterano’, el director del Área Operativa, Jorge Santiago.

Hay que recordar que el club anunció esos dos grandes proyectos la semana pasada en Madrid. 

El grupo de trabajo formado trabajará también en ese borrador de convenio que pretende presentar el Ayuntamiento alrededor del 8 de marzo.