Valladolid vuelve a reinar en el Campeonato Nacional de Pinchos y Tapas. Lo hizo en 2010 con el ‘Tigretostón’ de Los Zagales; repitió en 2015 con el ‘Lechazo Taj Mahal’ de Don Bacalao, con Isabel González al frente, siendo aún la única mujer ganadora en las 16 ediciones de este certamen; y se ha vuelto a encumbrar este 2020 con el ‘Corchifrito’ del Suite 22 de Emilio Martín. El ganador, un corcho de guiso de cochinillo con tempranillo, sauvignon blanc y albillo envuelto en una lámina de patata, quiso homenajear a Valladolid «como referente nacional y mundial, una ciudad amiga de la gastronomía».

‘El mejor compañero de viaje de lo que hago es el vino. El mejor compañero de viaje del vino es lo que hago’ se puede leer en la simulación de una barrica en la que se presenta el premiado. «El pincho es un homenaje a un matrimonio perfecto que es la gastronomía y el vino, una forma de expresar esa sinergia», señala su creador Emilio Martín. Junto a su equipo, formado por Sheila García y Carlos Adeva, comenzó a pergeñar la tapa hace más de doce meses: «En Ferias del año pasado me regalaron una botella doble magnum. Nos la bebimos y el corcho, que normalmente acaba en el cubo de la basura, apareció primero en la barra, luego en la cocina, luego en el coche... hasta que un día al verlo –es más grande que el de otras botellas– pensamos en que tenía el tamaño perfecto de una tapa». Así se inicio el camino hasta encontrar el ‘Corchifrito’, elegido esta semana como el mejor entre los 46 participantes del Campeonato Nacional de Pinchos y Tapas: «No ha sido fácil, hubo mucha prueba error hasta llegar a él ya que se trata de un pincho simétrico para que entre en el cuello de la botella».

Suite 22 lleva ya un mes vendiendo el Corchifrito en su local. Desde que se alzase con el Pincho de Bronce en el Provincial. «Yo creo que habremos vendido más de mil», apunta Martín. Por entonces recordaba que participar en el Nacional, «dada la situación sanitaria y empresarial actual», era «una inyección de moral y adrenalina muy interesante que nos anima a seguir peleando, haciendo lo que más nos gusta que es sorprender al cliente y darles momentos de felicidad tan necesarios en estos momentos».

«Lo veía como un sueño muy lejano», se sinceraba solo un día después de alzarse con ese primer premio el vallisoletano, que ya había participado en las ediciones del certamen nacional de 2013 y 2019. «En el mismo momento que acabó el Campeonato del año pasado nos dijimos hay que ir a por el del año que viene», añade.

Emilio Martín anunció que los 10.000 euros que lleva aparejado el galardón iban a ser donados a los comedores sociales de Valladolid para que nadie pase hambre. «Nadie se puede quedar atrás», afirmó, repitiendo una de las frases que van con él desde el inicio de la pandemia: «La ilusión no se puede confinar».

La receta

Es un corcho de guiso de cochinillo con tempranillo, sauvignon blanc y albillo envuelto en una lámina de patata. Ésta es la explicación básica que hace Emilio Martín de un pincho cuya elaboración lleva siete horas, desde el guiso «a fuego lento» con esos vinos, el cochinillo marcado y una bresa de zanahoria, cebolla y puerro. Lleva, entre otras cosas, una lámina de patada, salsa sriracha(picante de origen tailandés) y hojas de lima kaffir... Se presenta en una simulación de una barrica, con una navaja para romper la cápsula y un abridor de láminas para sacar el corcho y degustarlo.

Puerto Chico y el Mundial.

El otro local vallisoletano premiado en el certamen gastronómico de la Cúpula del Milenio fue el Puerto Chico. En su caso por ser el que ha preparado el ganador del Concurso Mundial. María Isabel González fue la encargada de realizar el Al compás del Tango’, de Gabriel Pedreira y el restaurante Danny Bramson Cocina de Argentina. «Hablamos con él por WhatsApp, con mensajes y audios para realizar el pincho. La verdad es que estamos muy contentas y él nos trasmitió esas felicitaciones. Se alegró por su victoria y por el hecho de ser dos mujeres en Puerto Chico».