«Ya estamos produciendo la vacuna en una empresa de Porriño»

Óscar Fraile
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Mariano Esteban, natural de Villalón de Campos, lleva décadas luchando contra virus como el ébola, la malaria y el sida, y ahora lidera uno de los equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que busca una vacuna para el coronavirus

Mariano Esteban forma parte del equipo del CSIC que busca la vacuna para el coronavirus. - Foto: Consejo Superior de Investigaciones Científicas

Cuando Mariano Esteban habla de su edad, 76 años, se apresura a matizar que está en plena forma, que sigue trabajando y que realiza ejercicio regularmente. «Soy de Villalón de Campos, y en Tierra de Campos estamos curtidos en todas las batallas», dice con orgullo. Y la batalla que libra en la actualidad es la de encontrar una vacuna para la covid-19 en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este doctor en Farmacia y licenciado en Ciencias Biológicas tiene una vasta experiencia en este campo. No en vano, ha publicado más de 300 trabajos, tiene patentes sobre vacunas para el sida, la leishmaniasis, la malaria, la hepatitis C y la chikungunya y ha trabajado durante más de 20 años en centros como el National Institute for Medical Research de Londres, el Rutgers Medical School de New Jersey,  en EE.UU., el Molecular Biology Institute de Ghent, en Bélgica, y el Downstate Medical Center, en Brooklyn (EE.UU.).

¿En qué consiste el trabajo que desempeña en el CSIC?

Actualmente soy profesor de investigación  ad honorem. Llevo 30 años en el CSIC y 50 trabajando en virología. En el Centro Nacional de Biotecnología hemos desarrollado una plataforma de vacunas con la cual llevo trabajando muchos años. Fundamentalmente, contra enfermedades emergentes, como el VIH, para el cual hemos desarrollado candidatos de vacunas y llevado a cabo ensayos clínicos, además de desarrollar vacunas de alta eficacia, entre el 80 y el cien por cien, en modelo experimental animal, frente a ébola, chikungunya y virus zika. Actualmente estamos desarrollando un candidato vacunal para el coronavirus.

¿En qué punto se encuentra esta búsqueda?

Hemos desarrollado un candidato vacunal que produce la proteína de la estícula, y hemos demostrado en modelo animal una alta eficacia de inducción de anticuerpos neutralizantes y activación de los linfocitos C, que son las células encargadas de destruir a la célula infectada. Consideramos que tiene todos los parabienes para producir protección frente al virus en humanos. La vacuna ya se está produciendo en una empresa española, de Porriño, para poder iniciar las fases clínicas en el primer trimestre de 2021. Estamos elaborando el dossier conjuntamente con la Agencia Española del Medicamento y ya hemos diseñado lo que serían las fases clínicas uno y dos, con la finalidad de seguir avanzando en 2021 y poder llegar a la fase tres sobre eficacia y seguridad, con miles de voluntarios.

¿Cómo han ido las pruebas con animales?

Hemos obtenido muy buenos resultados en modelo de ratón. Lo estamos completando con hámster y con macacos.

¿La vacuna podría estar disponible a mediados del año que viene?

La producción de la vacuna estaría en función de la eficacia que se demuestre en la fase tres. Estamos hablando de 20.000 o 30.000 personas vacunadas, y eso llevaría su tiempo a lo largo de 2021.

Pfizer ha asegurado en los últimos días que su vacuna tiene una eficacia de más del 90 por ciento. ¿Ha ganado esta farmacéutica la carrera por conseguir la vacuna?

En absoluto. Es una más dentro de las que se están desarrollando y están en fase clínica tres. Es una vacuna basada en un ARN mensajero que produce la proteína S una vez que penetra en la célula y activa una respuesta inmune. No creo que sea muy diferente a otras vacunas que también están avanzadas. A lo largo de los próximos meses veremos informes de otras empresas diciendo que también obtienen una eficacia de ese orden. Pero no va a haber un ganador. Los ganadores somos todos.

España ya ha anunciado que cerrará un acuerdo para comprar 20 millones de dosis...

Eso ya son decisiones del Ministerio. Creo que es positivo que tengamos vacunas cuanto antes para la población.

¿Hay coordinación internacional entre todos los países que trabajan para encontrar la vacuna?

Los científicos somos muy competitivos entre nosotros, pero también colaboramos muchísimo. Por ejemplo, mi laboratorio lo hace con centros de investigación de Europa y Estados Unidos. Tenemos videoconferencias con grupos que son muy relevantes en la materia. Pero es cierto que, en el ámbito empresarial, cada  compañía va por su lado y se alía con quien considera para conseguir el objetivo, que es tener un producto que se pueda distribuir a la población mundial. Así funciona el mercado libre.

Estamos en un momento en el que los laboratorios están llegando a la última fase de elaboración de sus vacunas antes de empezar a probarlas. ¿Está justificado el temor que tiene parte de la población a ser de los primeros en ser vacunados?

Como investigador, conozco lo que hacen los demás. Al menos a nivel europeo y americano, hay unas agencias reguladoras que hacen un seguimiento a los centros de investigación y empresas productoras para que la vacuna cumpla con los requisitos de seguridad y eficacia. Cuando una se aprueba, yo tengo la seguridad de que ha pasado los controles exigibles de forma muy rigurosa. De hecho, entre los productos farmacéuticos, las vacunas son las que están más controladas.

¿Qué opinión le merecen los grupos de antivacunas?

Son muy desafortunados, porque las vacunas son el mayor logro de la humanidad a nivel global después del control de la contaminación de las aguas. Han salvado miles de millones de vidas, mayoritariamente de niños. Y eso está más que comprobado. No entiendo eso de ‘ir en contra de’ porque es el sistema más eficaz de control de enfermedades.

¿El hecho de que hayan muerto centenares de miles de personas en todo el mundo por esta enfermedad, y lo sigan haciendo, supone una presión añadida a su trabajo?

La presión añadida es tratar de tenerlo de una forma segura y eficaz. Es una presión lógica. Soy un científico que trata de aportar sus conocimientos para el bienestar común, que es la salud frente a la enfermedad. Yo llevo muchísimos años en el campo de la virología y siempre trabajamos para entender al virus y poder controlarlo. También estamos trabajando en vacunas de segunda generación, con mayor rango de amplitud en la respuesta inmune, para controlar las mutaciones que se están produciendo.

¿Hasta qué punto es importante para España desarrollar una vacuna propia y no depender de otros países?

Es importante desde varios puntos de vista. España es un país tecnológicamente avanzado y, por lo tanto, no puede eludir esa responsabilidad. Además, tenemos científicos y un sistema sanitario robusto que puede contribuir a ese desarrollo. Y tenemos el 'know how', el conocimiento. Nosotros competimos a nivel global desde el punto de vista científico, y el modelo de vacuna que hemos desarrollado, y que otros colegas españoles están desarrollando, es muy competitivo. Es decir, tenemos una responsabilidad para contribuir como país en la lucha contra esta pandemia. No podemos quedar al margen con la capacidad que tenemos. Además, en el caso de que tengamos déficit de otras vacunas, podemos considerar las propias, que tienen una demostrada capacidad para prevenir la infección por coronavirus.

En los últimos años los científicos e investigadores se han quejado de forma repetida de la escasez de fondos destinados a este ámbito. ¿Comparte esta crítica?

Estamos viendo algunas cadenas de televisión que están promoviendo que se destine en España el dos por ciento del PIB a I+D. Yo creo que es absolutamente necesario. Ahora estamos en el 1,23 por ciento, muy por debajo de la media europea, que está en torno a ese dos por ciento. Es un problema que arrastramos desde hace mucho tiempo. Es importante creer en nosotros mismos. España tiene una capacidad muy alta de innovación y desarrollo de ideas, pero, si no se facilitan los medios, es imposible generar nada. No se puede construir una casa sin ladrillos ni maquinaria. En España hemos descuidado la investigación, la ciencia y el conocimiento. El capital más importante que tenemos son las personas y no lo estamos utilizando adecuadamente. Los jóvenes se nos van fuera, y está bien que salgan, pero siempre que retornen. Estamos perdiendo gran cantidad de posibilidades de desarrollar un país altamente competitivo en todas las áreas. Tenemos que tomar otra dirección.