Las restricciones apenas consiguen contener la pandemia

A. G. Mozo
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La mortalidad de dispara, la media de contagios diarios sigue muy por encima de los 300 en Valladolid y la incidencia continúa cuadruplicando la tasa máxima del Ministerio. Las autoridades sanitarias quieren dar más tiempo a las medidas de contención

Legada de un contagiado al Hospital Río Hortega en octubre de 2020. - Foto: Efe

La curva, la famosa curva, no acaba de entrar en esa ansiada zona de meseta que indique que la cosa va a empezar a mejorar. Ya no tiene la vertical que tuvo en la eclosión de esta segunda ola, tras el puente del Pilar, pero ni hablar de descensos todavía, claro. Valladolid continúa esta semana por encima de los 300 casos diarios (de media), lo mismo que en las dos anteriores, esas en las que se fue decretando sucesivamente el toque de queda, el cierre perimetral de Castilla y León, y el de hostelería, el gran comercio y los gimnasios. Una batería de medidas que se ha ido implementando durante este mes y medio de total descontrol de una pandemia que, primero, obligó al cierre de las barras y a establecer un máximo de seis personas en cualquier tipo de reunión –calle, casas y terrazas cuando las había– y luego derivó en todo lo demás.

Pero la triste realidad es que el coronavirus sigue avanzando casi sin inmutarse por ninguna de esas restricciones sociales tendentes a animar a la ciudadanía a quedarse en casa el mayor tiempo posible, a practicar eso que la consejera de Sanidad viene denominando como el ‘confinamiento inteligente’, para tratar de evitar a toda costa el que sería de verdad, el confinamiento domiciliario que lleva semanas en la recámara de la Junta.

La provincia de Valladolid está en fase de «contención» en estos momentos, según la consejera de Sanidad. Igual ocurre en el grueso de la Comunidad, a excepción de Burgos, donde las restricciones se han endurecido todavía más (allí las reuniones ya son solo de tres personas, por ejemplo). Pero pese a la aparente mejoría de los datos gracias a todas esas medidas de contención decretadas en este mes y medio, Verónica Casado continúa apelando a la prudencia: «Hay que mantener la cautela, pues no sería la primera vez que tenemos dientes de sierra (en la curva), como pasó en la semana 40, cuando bajó para luego coger impulso».

14 días claves

La consejera es tímidamente optimista y apunta a que los frutos podrían llegar en un par de semanas, algo que implicaría que estos 14 días de cierre hostelero deberían convertirse, al menos en 21, sino en 28, completando el más que probable segundo ciclo que se anunciará en los próximos días. Casado destacó el buen dato que reporta ya el denominado Rt o índice de reproducción del virus, que está ahora en el 0,93, «lo que quiere decir que puede que en 14 días se registren ya descensos de casos», si bien advirtió que se avecinan «dos semanas muy muy complicadas». Son, por tanto, 14 días claves para el futuro inmediato, para volver a unas ratios de incidencia asumibles que permitan aliviar las restricciones.

Por el momento, Valladolid se encuentra muy por encima de las tasas de incidencia máximas que ha fijado el Ministerio de Sanidad, cuadruplicando los 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días que establecen la barrera entre el nivel 3 (alto) y el 4 (muy alto); el último dato hecho público está ya en 1.067. Peores todavía son las ratios de incidencia que va reportando la capital vallisoletana, que acumula ya dos semanas por encima de los mil y ahora reporta una incidencia de 1.143 de casos.

Pese a todo, la capital parece que va mejorando algo más rápido que el resto de la provincia. Si hace un par de semanas, aglutinaba el 63% de los casos de la provincia, ahora son ya el 56%, pero aún así, no logra bajar de los 200 positivos diarios.

En la provincia ocurre lo mismo pero con la franja de los 300 casos diarios, esa a la que saltó la última semana de octubre pese a llevar ya siete días en marcha la primera de las restricciones, la que clausuró las barras de bares y restringió a seis el número de personas en reuniones. Era 17 de octubre y la Junta movía su primera ficha ante el cariz de unos acontecimientos que apuntaban claramente hacia ese repunte que, en efecto, llegó en días posteriores. Valladolid pasaba de declarar 1.201 positivos (171 al día, de media) entre el 10 y el 16 de octubre, a 1.890 entre el 17 y el 23 (270 diarios, un 57% más). En esa semana, también crecían de un modo llamativo las personas ingresadas en planta, pero, en cambio aún se contenía la situación en las UCI y en las morgues.

Las perspectivas no mejoraban y la Junta ponía en marcha el día 24 una nueva medida de contención: el toque de queda. Sanidad asumía que el coronavirus estaba ya en fase de transmisión comunitaria e intentaba llegar a tiempo de evitar el colapso sanitario que se situaba justo en este 15 de noviembre; algo que parece que sí se ha logrado. Pese a ello, los positivos semanales volvían a subir entre el 24 y el 30 de octubre, hasta los 2.508 (358 casos diarios, un 32% más).

Y el cierre hostelero...

El día 30 se activaba ya el cierre perimetral de Castilla y León, sin apenas incidencia en Valladolid, para el 6 de noviembre dar el paso del cierre de la hostelería, el gran comercio y los gimnasios. Valladolid declaraba en esa semana 2.729 (389 diarios), pero la leve contención no era suficiente y la presión empezaba a instalarse ya en las UCI, con 16 ingresados más en una semana.

Había que doblegar la curva con ese cierre hostelero que alejase a los vallisoletanos de la vida pública, pero, por ahora, la primera semana sin bares y terrazas tampoco ha surtido un efecto definitivo, aunque emite señales hacia la esperanza, con la provincia vivienda sus mejores jornadas desde finales de octubre. Ayer sábado (datos del viernes) se declararon 386 casos, que son 35 menos que los 421 notificados el viernes por Sanidad, 204 menos que el jueves (590), 183 que el miércoles (569) y prácticamente la mitad de los 723 del martes, fecha en que se agrupa el grueso de contagios acumulados durante el fin de semana. Datos esperanzadores pero que aún mantienen la media diaria de positivos de esta semana en 399.

Datos que deben seguir bajando para que tengan su reflejo sobre la situación de los hospitales y poder eludir ese colapso. Mientras parece que se contiene algo la situación en planta, con el número de hospitalizados más bajo del mes (338), tras dar más de cien altas en el inicio de este fin de semana, las unidades de cuidados intensivos se encuentran en sus peores cifras de la segunda ola, con 69 pacientes covid (39 en el Clínico y 30 en el Río Hortega) y porcentajes de ocupación superiores al 80% a pesar de haber activado ya las denominadas UCI 'extendidas'.

Once muertos al día

Y lo peor de todo, el dato más dramático, es el relativo al repunte de la mortalidad que se ha declarado esta semana, con una media de once decesos diarios. Ésta, según los expertos, es la última consecuencia de los repuntes de la pandemia, que empieza incrementando los positivos, sigue con la subida de los ingresos, continúa con el repunte de pacientes que necesitan un puesto UCI y acaba disparando la mortalidad. En los últimos siete diás se han comunicado 90 decesos por coronavirus, tantos como en todo junio y julio, por ejemplo.