El nuevo cortijo de los manjares

R.G.R
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La Granja José Antonio está en condiciones buenas en su interior. Los silos de la entrada dan paso a dos grandes salones con suelos cerámicos. La segunda planta es un gran espacio diáfano con enormes vigas de madera

El nuevo cortijo de los manjares - Foto: Jonathan Tajes

Pertenece a mediados del siglo pasado. El Gobierno franquista, mediante el Instituto Nacional de Colonización, invirtió fondos para edificar varios inmuebles con el objetivo de que representaran un impulso del modelo social y económico de la tierra tras la devastación y pobreza generada durante la guerra civil. Ahora, lleva varios años en desuso como consecuencia de la falta de un proyecto que pueda dinamizar el inmueble, pero la Granja José Antonio, perteneciente a la Diputación de Valladolid, abrirá sus puertas de forma definitiva en 2021. 

La institución provincial aprobará en el pleno de este mes de noviembre una partida de 250.000 euros para terminar de acondicionar el interior del edificio para que se convierta en «un centro de referencia» para que las empresas productoras pertenecientes a la marca Alimentos de Valladolid puedan celebrar eventos y ferias para promocionar sus productos.

 La granja fue construida por los arquitectos Constantino Candeira Pérez y Jesús Ayuso Tejerizo junto con el ingeniero agrónomo Antonio Bermejo Zuazua entre 1946 y 1953. Solo se conserva el edificio principal, pero se levantaron varios con el objetivo de albergar la propia vivienda de los granjeros y varias dependencias para almacenaje y guarda de los animales. Fue en los años setenta cuando se perdió su uso y desde entonces no ha tenido una utilización clara. Con la creación del barrio de Villa del Prado, con su entorno desapareció también su recinto y la diputación, propietaria del inmueble, encargó al arquitecto Roberto Valle su rehabilitación con el objetivo de crear un centro cultural que albergase sus fondos artísticos. Este proyecto nunca se llevó a cabo y actualmente se conserva como un espacio continuo y diáfano a la espera del nuevo proyecto. 

Durante los últimos años, la Diputación ha tenido numerosas ofertas de entidades públicas y privadas para que la granja acogiera diferentes proyectos durante los últimos años, en los que ha permanecido cerrada. Incluso en ocasiones, estas iniciativas han estado muy avanzadas, pero finalmente no se concretaron. Una de estos proyectos su la instalación de Radio Televisión Española. También clubes deportivos han intentado que la granja se convirtiera en su sede, pero finalmente no ha sido posible.   

La Diputación no ha decidido de forma concretar qué hacer realmente con el inmueble hasta este mandato, cuando determinó que el inmueble se iba a rehabilitar con el objetivo de ponerlo a disposición de las marcas inmersas en Alimentos de Valladolid. Las obras estarán listas a finales del próximo año. 

La apariencia exterior del inmueble es claramente mejorable debido a las numerosas pintadas y grafitis existentes en las paredes de la entrada. La granja está custodiada por un explanada que utilizan muchos aficionados al patín. Y también por el edificio el Q-BO, también perteneciente a la Diputación. 

en buen estado. La Granja mantiene una veleta que aún funciona y el antiguo escudo de la Diputación. Se encuentra en muy buen estado en el interior. Su entrada está presidida por los dos silos que se usaban para el almacenaje de grano, de dimensiones considerables. Están en perfecto estado y se baraja la idea de que se utilicen a modo de recepcción una vez que el edificio esté en uso.  

El edificio se divide en dos plantas que están reformadas en su totalidad y que contienen espacios de grandes dimensiones y diáfanos. Las obras se acometieron al mismo momento que se construyó el edificio de el Q-BO y la apariencia de todas las instancias es muy buena. Las paredes son lisas, blancas y están adornadas por la iluminación existente a base de focos de luz blanca. Las canalizaciones eléctricas se ven a simple vista y la amplitud de los diferentes espacios llama la atención. 

La primera planta marca una especie de pasillo de columnas blancas sobre el suelo oscuro y ofrece una gran posibilidad de celebrar exposiciones o congresos. Tiene forma de cruz y existe una segunda sala más reducida, que podría acoger distintas actividades a la principal. 

La planta de arriba es más espectacular debido al tejado de madera en forma de tejado con enormes vigas de color anaranjado. Es completamente diáfana, sin ningún elemento en toda la planta. Los focos en lo más elevado del techo ayudan a clarear más el espacio, pero la luz natural sugiere luces y sombras en todo el espacio. La madera ofrece caldees y la sensación de obra acabada. 

Ambas plantas se utilizarán para acoger eventos de diversa índole y que los elaboradores de alimentos puedan celebrar ferias con el suficiente espacio para exponer sus productos. El edificio cuenta con las dimensiones suficientes para la celebración de mercados. El próximo año será una realidad.