Ingeniería electrónica y Medicina son garantía de empleo

Óscar Fraile
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Siete de cada diez licenciados de la UVa encuentran trabajo en el plazo de un año. Frente a las titulaciones con mejor salida laboral, Historia del Arte y Filología Hispánica se encuentran en el lado opuesto

El 70% de los graduados de la UVa encuentra empleo en un año - Foto: J.Tajes

Hace muchos años que en España tener un título universitario no es ninguna garantía para encontrar un puesto de trabajo. La crisis económica sacó del mercado laboral a muchos trabajadores que fueron despedidos, al mismo tiempo que cerraba las puertas a los recién graduados. Un informe del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades revela que el 30 por ciento de los universitarios no encuentra trabajo cuatro años después de terminar sus estudios. Sin embargo, la Universidad de Valladolid (UVa) maneja informes que dejan en mejor lugar a sus alumnos. Según la última Encuesta de Inserción Laboral de los Graduados, el 69,7 por ciento de los mismo encuentra un trabajo en menos de un año, si bien es cierto que casi el 70 por ciento se tienen que ir de Valladolid para empezar a trabajar. Evidentemente, este último porcentaje está condicionado por la cantidad de alumnos de fuera que estudian en la UVa y vuelven a sus localidades de origen cuando se gradúan.

El informe de la UVa refleja que el 26,4 por ciento de los estudiantes encuentra un empleo en menos de un mes, el 21,8 por ciento lo hace entre uno y tres meses, el 10,8 por ciento tarda entre cuatro y seis meses y el 10,7 por ciento, entre siete meses y un año. 

Bien es cierto que la carrera que cada uno estudie determina gran parte de las posibilidades de encontrar trabajo. Por ejemplo, el cien por cien de estudiantes de Ingeniería Electrónica que se graduaron en la UVa en el curso 2009/10 estaban dados de alta en la Seguridad Social en el año 2014, según el informe más actualizado que maneja el Ministerio. Una situación que no tiene nada que ver, por ejemplo, con los graduados en Historia del Arte, cuyo porcentaje de afiliados a los tres años de acabar la carrera solo es del 26 por ciento.

Las cinco carreras con mayor tasa de afiliados a los tres años de acabar son Ingeniería Electrónica (100%), Medicina (94%), Ingeniería en Organización Industrial (92 por ciento), Óptica y Optometría (91 por ciento) e Ingeniería en Electrónica Industrial y Automática (90 por ciento). Los que más difícil tienen incorporarse al mercado laboral son los graduados en Historia del Arte (26 por ciento), Filología Hispánica (38 por ciento), Derecho (41 por ciento) e Ingeniería Técnica Agrícola e Ingeniería Forestal, ambas con un 43 por ciento.

Es evidente que el mercado no puede absorber a todos los titulados superiores que salen cada año de las universidades, pero también hay otro factor a tener en cuenta: no siempre la formación recibida tiene que ver con las necesidades de las empresas. La evolución del mercado laboral es mucho más dinámica que la de los planes de estudio, hasta el punto de que hoy en día hay profesiones que hace unos años no existían y que no aparecen en los planes formativos de las universidades.

Puestos sin cubrir. La presidenta de la Confederación Vallisoletana de Empresarios (CVE), Ángela de Miguel, reconoce que los departamentos de recursos humanos de las empresas tienen «verdaderos problemas» para cubrir determinados puestos de trabajo. «De hecho, hay muchos que se quedan sin cubrir», añade. Es una situación que tiene mucho que ver con el desarrollo de las nuevas tecnologías. «El mercado evoluciona muy rápido, mientras que es casi imposible modificar los planes de estudio, por toda la burocracia que supone, de modo que no pueden adaptarse a la realidad de lo que se exige», se queja la presidenta de la patronal.

De Miguel apuesta por imitar otros modelos educativos en los que la FP dual y la universidad dual tienen mucho más peso. «El problema es que en Castilla y León no las tenemos bien reguladas, de tal forma que a veces es muy complicado poder implementar este tipo de programas», señala. Estos sistemas trasladan buena parte de la formación de los alumnos a las propias empresas «para que conozcan cómo se trabaja en el momento actual y salgan mucho mejor preparados».

La presidenta de la CVE lamenta que las empresas y la universidad no tengan una relación más fluida, con alguna excepción, como la Facutad de Comercio. «Nosotros siempre nos ofrecemos a la universidad para colaborar porque es una lásmita que tengamos las cifras de desempleo juvenil que tenemos», asegura.

Las cifras del Ministerio también permiten ver la diferencia de la tasa de empleo de algunas carreras de la UVa respecto al mismo grado a nivel nacional. Y en algunos hay variaciones significativas. Por ejemplo, destaca el buen comportamiento de los licenciados en Filología Alemana. El 71 por ciento de graduados de la UVa estaban dados de alta en la Seguridad Social a los tres años de acabar, un porcentaje que solo es del 44 por ciento en el resto de España. Sucede lo contrario con Historia del Arte. El 26 por ciento de la UVa contrasta con el 48 por ciento del resto de universidades. 

Estos porcentajes se refieren a exalumnos dados de alta en la Seguridad Social, pero hay que tener en cuenta que otros optan por el autoempleo, con un volumen que es bastante elevado en algunas carreras. Por ejemplo, entre los arquitectos llega al 47 por ciento a los tres años de acabar el grado, si bien este tipo de opción es minoritaria en la mayor parte de las carreras.

Otro de los problemas que se encuentran los alumnos es el de tener que aceptar un trabajo que está por debajo de su formación y, por ende, peor remunerado. Es algo que no pasa, por ejemplo, en Medicina, donde el cien por cien de los estudiantes trabajan en algo relacionado con su nivel formativo, el mismo porcentaje que entre los ingenieros técnicos agrícolas. Los graduados que más se tienen que resignar a esta situación son los de Turismo, donde el 83 por ciento acaba trabajando en otro campo a los tres años. En Empresariales y Relaciones Laborales llegan al 80 por ciento. También hay mucha diferencia por grados a la hora de conseguir un contrato indefinido. Según el informe del Ministerio, a los tres años de acabar, los que más consiguen un contrato fijo son los titulados en Enología (92 por ciento), los ingenieros en electrónica industrial y automática (89), los ingenieros técnicos agrícolas (86) y los ingenieros de telecomunicaciones (85). En cambio, los titulados con menos estabilidad laboral a los tres años de acabar son los de Filología Hispánica (ninguno de ellos tenía contrato indefinido a los tres años), los maestros de educación musical (3 por ciento), los químicos (10 por ciento) y los médicos (tres por ciento).

La expectativa de encontrar un empleo no es un factor decisivo para elegir carrera

Decía Confucio que el que elija un trabajo que le guste no tendrá que trabajar ni un solo día de su vida. Y parece que los jóvenes siguen esa máxima, toda vez que solo el 15,1 por ciento elige una carrera en función de las expectativas de trabajo y desarrollo profesional que le ofrezca, según la última Encuesta de Inserción Laboral de la UVa. El 38,6 por ciento se decanta por un grado porque le gusta esa profesión y por los contenidos que va a poder estudiar en ella y el 36 por ciento reconoce que es una «clara vocación». Hay un grupo muy pequeño, el 1,7 por ciento, que elige carrera en función de sugerencias de familiares o «por tradición», mientras que el 1,4 por ciento lo hace porque la nota de la EBAU no le alcanzaba para lo que quería y el 1,3 por ciento reconocer que «no sabe qué otra cosa hacer». Otro de los aspectos que revela esta encuesta es un alto grado de satisfacción de los alumnos que hacen prácticas en empresas. El 65,8 por ciento da este paso y, entre ellos, el 87,2 por ciento reconoce que le ayudaron en su formación. Eso sí, solo el 15,6 por ciento consiguió un contrato de trabajo en el mismo sitio en el que hicieron prácticas. Por otro lado, tener contactos personales o familiares sigue siendo el factor más decisivo para encontrar el primer trabajo. Esa fue la vía del 27,8 por ciento de los encuestados por la UVa. Internet se sitúa en segundo lugar, con el 22 por ciento y la realización de prácticas, el tercero, con el 11,4 por ciento. Hay otros métodos que antes se utilizaban más y ahora son prácticamente residuales, como los anuncios en prensa (3,6 por ciento), las agencias de empleo público (2,2 por ciento), las bolsas de trabajo institucionales o de colegios profesionales (4,2 por ciento) o los servicios de empleo de la Universidad (2,5 por ciento).

Medicina, el grado más demandado

Medicina ha vuelto a ser el grado más demandado en la UVa, con 1.500 preinscripciones, tal y como recoge el primer listado publicado esta semana. La nota de corte más alta es la del doble grado de Física y Matemáticas con un 13,476 e Ingeniería Biomédica se estrena con 144 solicitudes para las 40 plazas disponibles.