El balonmano mundial se escribe desde Valladolid

Manuel Belver
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Juan Carlos Pastor, Raúl González y David Pisonero, este año en Hungría, Francia y Macedonia, explican el porqué del éxito del técnico pucelano en el balonmano

Juan Carlos Pastor, Raúl González y David Pisonero en la pista de Huerta del Rey - Foto: Jonathan Tajes

El Paris Saint-Germain Handball, el Vardar y el Pick Szeged son tres de los clubes más potentes del balonmano europeo y, por ende, del mundial -este deporte está dominado por el Viejo Continente desde sus orígenes: todos los campeones del mundo desde el primer Campeonato del Mundo, en 1938, son europeos-. Esos tres clubes parten con la vitola de favoritos, junto a Barcelona, Kiel, Vészprem, Kielce y alguno más, en la máxima competición por clubes de Europa, la conocida como Champions League. Y este año, por primera vez en la historia, los tres estarán dirigidos por entrenadores vallisoletanos, Juan Carlos Pastor, Raúl González y David Pisonero. Tres técnicos de la factoria de Huerta del Rey. Tres entrenadores con un sistema parecido, con sus matices, con sus ideas, pero con la misma raíz, el mismo tronco, el que lleva años ya dominando el balonmano mundial. Ellos son el exponente de lo que también hacen Jota González, David Davis, Roberto García Parrondo, Nacho González y otros muchos nombres, algunos de aquí y otros con las mismas ideas que aquí.

«A la gente le gusta lo que funciona; le gusta el orden y le gusta ganar. Y con esto se gana», se arranca el veterano, Juan Carlos Pastor. «El carácter, el sistema y la forma de entrenar. Eso es lo que nos une a todos», añade Raúl González. «Y aquel Campeonato del Mundo de 2005. La clave fue esa, se demostró que esto podía funcionar fuera», profundiza Raúl Pisonero.

Los tres, hoy técnicos de los mejores clubes del mundo, se han sentado juntos esta semana en la pista de Huerta del Rey, donde tantas alegrías dieron juntos a la afición del extinto BM Valladolid a hablar de balonmano, de por qué funciona y del éxito del entrenador vallisoletano y español; de sus equipos, de su deporte, del balonmano local... 

Pastor arrancará este lunes, 22 de julio, su séptima temporada al frente del Pick Szeged de Hungría. Hasta allá se fue de su Valladolid natal, de su ciudad, para seguir haciendo lo que más le gusta, entrenar. El vallisoletano, claro precursor del estilo que hoy es garantía de éxito en Europa, llevó al ‘modesto’ club de Szeged a ganar una Copa EHF el primer año y luego han ido llegando una Copa de Hungría -este 2019- y una Liga -en 2018-. Pero él quiere más: «Y la gente también, pero no es fácil. Hicimos una buena última temporada y la ‘cagamos’ en dos partidos o mejor dicho, en unos minutos de uno de esos dos encuentros». Ganador nato, hizo que el BM Valladolid se alzase con dos Copas del Rey y una Recopa; y llevó a la selección a su primer Mundial, además de una medalla en el Europeo y otra en los Juegos Olímpicos. «Este año es muy importante para muchos equipos, entre ellos nosotros. Lo que buscamos es competir y llegar vivos a todo en mayo», analiza.

González afronta desde el próximo jueves, 25 de julio, su segunda campaña al frente del poderoso Paris Saint-Germain. A su lado estará otro de la escuela vallisoletana, Jesús Javier González, Jota: «Aparte de amigo, su calidad como entrenador es muy grande y hace sentir arropado». Raúl estuvo bajo las órdenes de Pastor en aquel BM Valladolid que empezaba a deslumbrar con todo jugadores nacionales. En 2005, tras su retirada, se fue a Ciudad Real como segundo de Talant Dujshebaev, al que acompañó hasta enero de 2014, cuando un Vardar sin rumbo llamó a su puerta. En el club macedonio, el vallisoletano hizo historia, logrando la Champions en 2017, como momento álgido -les recibieron unas 100.000 personas en las calles de Skopje tras aquel hito-. Su forma de ser, el hecho de aprender rápidamente el idioma, le hizo acoplarse al club y a la ciudad, llegando a ser nombrado seleccionador macedonio. La pasada temporada aceptó la oferta del PSG, con el que ganó la Liga y se quedó a las puertas de la Final Four de la Champions: «Todo el mundo tiene las exigencias de aspirar a todo. El año pasado no quedamos contentos, porque París debe jugar la Final a 4, aunque fuimos muy regulares en la Liga, casi perfectos». En su caso, se centra en cada partido, «porque hacer cuentas antes no está bien».

Pisonero ha pasado de entrenar en las categorías inferiores del Atlético Valladolid en diciembre de 2017 a comenzar el jueves su andadura en el Vardar macedonio, actual campeón de la Champions. Tras 12 temporadas como jugador profesional, algunas al lado de Raúl y bajo la batuta de Pastor, se retiró joven por una lesión y el tren de los banquillos pasó por delante de él hace poco más de un año y medio. «Ni entraba en mis planes ni en ese momento lo deseaba. Pero la ruleta no sabes dónde te puede llevar y ahora estoy con toda la ilusión del mundo», señala. Toma el relevo en el Vardar, tras su paso por el Recoletas Atlético Valladolid de la Asobal, de Roberto García Parrondo. «¿Miedo? Nunca. Mi trabajo es mi hobby;y estoy deseando aportar todo lo que puedo y dar el máximo de mí. El primer objetivo es acoplarme yo al equipo y ellos a mí», asegura.

Los tres tienen contrato con sus equipos hasta 2021. Aunque los tres son conscientes de que la lupa está diariamente sobre ellos. La exigencia es máxima, los retos y objetivos los más altos, pero lo afrontan con la misma naturalidad que cuando saltaban a la pista de Huerta del Rey, uno como entrenador de los otros dos... y ganaban... al Barça, al Ciudad Real, en Europa... Ahora, el balonmano se escribe desde Valladolid.