Un local de Movember

M.B
-

José Luis Collazos, fundador de los Butcher Brothers, el grupo pionero de Movember en Valladolid, nos descubre sus diez lugares favoritos de Valladolid

Un local de Movember - Foto: Jonathan Tajes

Colegio San José (plaza Colegio de Santa Cruz, 9). José Luis Collazos estudió en este centro escolar la EGB (Educación General Básica), una etapa de su vida que le marcó. «Recientemente nos volvimos a encontrar los compañeros de clase y fue increíble», señala recordando que ya han pasado más de 20 años de aquello, pero asegurando que mantiene contacto con casi todos a través de las nuevas tecnologías y quedando de vez en cuando.

El bar del Instituto Politécnico Cristo Rey (avenida de Gijón, 7). «Esos bocadillos de bacon eran increíbles cuando estudiaba Electrónica -FP1 y luego EEC 1, siendo protagonista de la primera promoción de ello-», recuerda el fundador de los Butcher Brothers, uno de los impulsores de Movember en Valladolid, sobre otro de los centros escolares que marcaron su vida: «Tengo buenos amigos de aquella etapa». Dentro del instituto hay un bar bastante grande, donde en su época hacían bocadillos de media barra con unas lonchas de bacon: «Eran pocas pero sabían fantásticas».

Parque Ribera de Castilla. Se crió, vive y trabaja en el barrio de La Rondilla. Y no puede dejar de pensar en una de esas zonas ideales para pasar una tarde, pasear, estar con amigos, pensar..., donde hace años acudía cada día y ahora lo hace siempre que puede: «Vale para todo», apunta añadiendo que le gusta estar vinculado a su barrio.

Carnicería Rosa (calle Moradas con calle de Linares). Situada en plena La Rondilla, es su lugar de trabajo, de confidencias, de vida... «El trato con la gente... mi oficio, del que estoy enamorado, y en que, por suerte, lo puedo compaginar con mi labor de docente de Carnicería», se recrea hablando de su oficio y su forma de vida, ya que además de trabajar da clases en Academias de Carnicería.

La Piel del Oso (calle Empecinado, 21). El local. Así escrito. «Es, sin duda uno, de los que mas cariño tengo», empieza hablando de este bar, recordando como su dueño, el señor Hermosilla, fue uno de los primeros que les dio la posibilidad de empezar a hacer actividades de Movember en él. «Es alguien con el que poder compartir unas cervezas a la vez que escuchas buena música. Siempre nos facilitó todo mucho. Es un gran tipo», no duda Collazos en hablar del dueño de este local, donde acude siempre que puede. Además, dentro del movimiento de Movember apunta Anden 47, donde celebraron el año pasado la fiesta final de Movember con los Butcher Brothers. 

Calle Sevilla (sede Scouts). «Creo que soy la persona que soy gracias a los valores que me inculcaron en el Grupo Scout Amaranto», comienza a hablar. Y la primera sede de ese grupo estuvo en la calle Sevilla: «El local estaba allí, posteriormente se trasladaron a la calle Trabajo, luego calle Mirlo y ahora al antiguo colegio El Corro...». Y mientras relata las calle deja un pensamiento al aire: «Una espina que tengo un poco clavada es que me hubiese gustado colaborar en ASDE (Federación de Asociaciones de Scouts de España) y no pude hacerlo. Es un sitio por el que cuando paso siempre pienso lo mismo… ¿y si? ¿Creo que lo hubiese hecho bien, no crees?». 

La estación de trenes. Por todo lo que significa, por los viajes, las llegadas... estar en ella significa el inicio de un viaje o la finalización de otro. «Me encanta viajar», asegura. Él es aficionado a los trenes -hizo prácticas de Electrónica en la Renfe- y eso también le ha marcado. 

Bar El Dardos. Lo alquiló, junto a unos amigos, un par de años consecutivos para hacer cotillones. «Es un bar que estaba entre la esquina de la calle Rondilla de Santa Teresa y Paseo del renacimiento... ahora es una farmacia creo», explica sobre un lugar que le trae muchos recuerdos sentimentales: «Allí besé la primera vez a mi mujer, Virginia, compañera, amiga... sin duda es un sitio muy importante para mí». Además no se olvida de su amigo Pablo, que le molió a patadas para que se lanzase: «¡Gracias Pablo¡».

Bar A’Queimada (calle Moradas, 27). Uno de los lugares donde empezaron las rondilleras (quedadas de amigos de toda la vida, normalmente los miércoles, para mantener viva la amistad), «que tantas alegrías nos han dado».

Playa Moreras. Un sitio muy de Valladolid, donde ha acudido un sinfín de ocasiones con los amigos. «Lugar para unas cervezas y miles de confesiones, algunas que no se pueden contar», bromea.