Amable discurrir junto al Pisuerga

Jesús Anta
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Paseo de Juan de Austria

Amable discurrir junto al Pisuerga - Foto: Jonathan Tajes

Por la espalda del  barrio Cuatro de Marzo y asomado al Pisuerga, discurre el paseo Juan de Austria. Una calle apacible que invita a un recorrido sosegado.

Parte junto a la pasarela peatonal que salva el río para acceder al Museo de la Ciencia, y en la misma puerta de la Casa del Río: un espacio dependiente del museo en el que se pueden conocer los ecosistemas fluviales, especialmente el del Pisuerga.

Nada más comenzar el recorrido hay  una estatua que recuerda el paso de Santa Teresa por Valladolid. Está realizada por Carme Tablada,  y su ubicación contribuye a señalar el lugar donde tuvo lugar la fundación del convento de Carmelitas Descalzos que en esta ciudad llevó a cabo la santa, donde coincidió con Fray Juan de la Cruz. Aquello ocurrió en 1568, pero por razones de insalubridad (humedad extrema sobre todo), el convento se trasladó a su actual emplazamiento, en la avenida de Santa Teresa.

En la escultura, instalada en 2009,  destaca la mano alzada de la santa, en la que se representa su pluma guiada por el Espíritu Santo.

Este punto es un buen lugar para observar la pasarela peatonal, que se hizo siguiendo el diseño del afamado arquitecto Rafael Moneo y su socio Enrique de Teresa, que a su vez son los responsables del Museo de la Ciencia. Tiene una longitud total de 234 metros.  En sus cimientos de hormigón se han pintado algunos murales representando escenas de actividades asociadas al Pisuerga.

En calle hay  un cartel que anuncia que en el edificio que dejamos a nuestra mano izquierda se ubica le Escuela de Danza de Valladolid, fundada en 1974 por la prestigiosa bailarina Mariemma. 

Por la misma orilla de río transcurre una senda que tras recorrer unos 350 metros termina junto a una fuente escondida (prácticamente ya en el puente de Arturo Eyríes) que en realidad es lo que queda del antiguo río Olmos. En este punto, una gran cruz blanca contribuye a señalar el lugar donde parece que en el siglo XIII se fundó el convento franciscano, que más tarde se levantó en la actual plaza Mayor.

Mas, antes de llegar a este lugar, habremos observado las construcciones de cinco ascensores que se han hecho ocupando parte de la calle. Esta iniciativa municipal, que también se ha llevado a cabo en otros barrios,  ha permitido dar una nueva vida a diversos edificios del Cuatro de marzo que se levantaron hacia 1959. De esta manera sus habitantes han conseguido adquirir una aceptable calidad de vida. 

Antes de cruzar el puente de Arturo Eyríes está la plaza del Doctor Quemada, afamado médico que regentaba el ya desaparecido sanatorio con el mismo nombre sito en esta zona de Valladolid y que abrió sus puertas en el año 1943. Alguna crónica destaca de este sanatorio la pericia del Dr. Quemada en la cirugía de urgencia.

Habremos de atravesar el puente para continuar caminando por el paseo Juan de Austria. Se inauguró en 1972 y su construcción corrió a cargo de los promotores del plan parcial el Palero que dio origen al barrio Arturo Eyríes, al otro lado del Pisuerga. 

Llegamos a un punto en el que terminan los edificios residenciales que jalonan el paseo, y este se convierte en un carril bici y paseo peatonal que concluye  su trazado junto a una  pasarela peatonal. Alguna plataforma voladiza sobre el río facilita la observación placentera del mismo.

Si nos fijamos en el río que en todo momento nos acompaña, en este tramo va adquiriendo un aspecto más naturalizado. El Pisuerga, por cierto, a pesar de su aspecto turbio es, sin embargo, un río de aguas relativamente salobres debido a la ausencia de restos químicos y las sucesivas plantas depuradoras de aguas residuales que se han ido construyendo. Valladolid bien puede presumir de río.

Como hemos dicho, la pasarela peatonal es el punto donde finaliza el paseo Juan de Austria. Lleva el nombre del entrañable médico Pedro Gómez Bosque, que falleció en junio de 2008.

Y nos despedimos de la calle cuyo nombre recuerda al hijo ilegitimo de Carlos I al que su hermanastro Felipe II le reconoció como hermano y que alcanzó fama y honores por sus habilidades militares y diplomáticas.