CyL propone un único ecoesquema con 28 medidas ambientales

SPC
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La Junta presentará ante el Ministerio una alternativa «sencilla y atractiva» que ha sido consensuada con las organizaciones agrarias y cooperativas

Juan Carlos Suárez-Quiñones (c), junto a los representes de opas y cooperativas antes de la reunión. - Foto: Ical

Castilla y León  propone un modelo alternativo e integral «más sencillo, atractivo e incentivador» al planteamiento de los nueve ecoesquemas que ha realizado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que parte del concepto de la explotación como un único ecoesquema por explotación con un total de 28 prácticas agroambientales elegibles para acogerse a las ayudas del primer pilar de la PAC. La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural remitió ayer al Ministerio su propuesta de cara la reforma de la PAC que debe entrar en vigor en enero de 2023 y a la elaboración del Plan Estratégico Nacional, que, según explicó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha sido consensuada entre la Junta, las organizaciones agrarias y las cooperativas y pretender ser un punto de partida en la negociación con el Ministerio de Agricultura.

El nuevo modelo de ecoesquemas se enmarca en el primer pilar de la PAC, el cual supone para Castilla y León unas ayudas de entre 200 y 300 millones anuales, cantidad en el conjunto de España se sitúa entre los 1.000 y los 1.500 millones. Por este motivo, Suaréz-Quiñones indicó que el objetivo de esta propuesta es lograr poner en marcha un modelo «atractivo y sencillo» para que los agricultores y ganaderos de la Comunidad, que ya vienen realizando muchas de las prácticas ambientales propuestas, no vean recortadas sus ayudas.

En este sentido, el consejero criticó el actual planteamiento del Ministerio, donde se establece un pago único por hectárea y en el que cada uno de los nueve ecoesquemas tiene una asignación de fondos específicos. Además, aseguró que es «muy complejo», tanto para la administración como para el agricultor o ganadero, y que «garantiza el fracaso, ya que exige más y no incentiva». Además, Suárez-Quiñones advirtió que si no hay un cambio de modelo se podría producir, a partir de 2025, una pérdida de renta entre los agricultores, «algo que el campo de Castilla y León no se puede permitir».

A su vez, recalcó que el modelo consensuado en Castilla y León por Asaja, la Alianza UPA-COAG,  UCCL y Urcacyl es más sencillo, adaptado a las distintas realidades productivas españolas, más atractivo para el agricultor y contempla un componente incentivador necesario para atraer al máximo número de agricultores al modelo.

Entre las 28 prácticas de carácter ambiental que se pueden desarrollar destacan el aprovechamiento a diente de los pastos por la ganadería; la regeneración y protección de sistemas adehesados; la rotación espacial de los cultivos de especies diferentes; la inclusión de cultivos mejorantes; el establecimiento de elementos del paisaje; la creación de hábitats seminaturales; la siembra directa y mínimo laboreo; el mantenimiento de las cubiertas vegetales o el uso de la fertilización orgánica.