El estado de alarma frena en seco la criminalidad

A. G. Mozo
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Los delitos se reducen a la mínima expresión, aunque se siguen dando robos en el interior de coches (en la capital) y algún asalto a segundas viviendas (en los pueblos), así como episodios puntuales de violencia en el ámbito familiar

Controles de la UIP de la Policía Nacional - Foto: Jonathan Tajes

El confinamiento social decretado a través de la declaración del estado de alarma no solo está resultando clave para minimizar la expansión de la pandemia del Covid-19, sino también está provocando una serie de efectos colaterales. En el ámbito económico todavía son difíciles de cuantificar pero ya se augura una gran crisis a resultas del obligado parón del país para tratar de frenar al coronavirus. Pero la cuarentena social también está dejando ciertas consecuencias positivas, como esa mejora medioambiental de todas las ciudades por la desaparición del tráfico y, en el caso de la seguridad, el frenazo en seco de la mayoría de la delincuencia. 

«La bajada es espectacular y hay días en que no hay ni un detenido en toda la provincia. Hablamos, por tanto, de una disminución muy muy importante», según reconoce a este periódico el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez Villazán, quien, pese a ello, pone el acento en la problemática de la violencia de género donde, en algún caso, las víctimas lo tienen más difícil ahora para denunciar y las horas de convivencia con sus parejas se multiplican: «Estamos muy pendientes de la situación de la violencia de género. Continúan activos todos los servicios de ayuda, el teléfono, etcétera... Ellas deben saber que las Fuerzas de Seguridad siguen estando ahí para proteger a las víctimas», advierte Álvarez Villazán.

VIOLENCIA EN LA PAREJA

Los pocos delitos que están saltando a la luz pública durante estos días de confinamiento son, precisamente, en el ámbito doméstico y de pareja. Así, el viernes 27 de marzo, por ejemplo, en la zona de Las Batallas, la Policía Nacional tenía que acudir a una vivienda a primera hora de la tarde porque una pareja había llegado a las manos después de una fuerte discusión entre ambos; una serie de agresiones mutuas (leves, por fortuna) y doble detención, a la mujer por un delito de violencia doméstica y a él, por un delito de violencia de género.

La madrugada del martes 31 la historia se repetía, aunque en un piso situado en las cercanías de la plaza de Zorrilla. Esta vez eran dos patrullas de la Policía Local la que se personaban en ese domicilio y acababan deteniendo a un joven de 25 años y a una chica de 23 después de que se agrediesen mutuamente y ambos presentasen arañazos y la cara enrojecida; igual que paso en el caso de la calle Corpus Christi, a él se le arrestaba por un delito de violencia de género y a ella por uno de violencia doméstica

Igual que en la noche siguiente, sobre las tres y media del martes al miércoles 1, cuando se arrestaba a un hombre de 76 años por dar un fuerte bofetón a su pareja.

a uno al día. No son los únicos casos que se están produciendo, aunque las fuentes consultadas por este periódico apuntan a una caída en picado de los arrestos y eso se nota en los pocos ‘inquilinos’ que tienen últimamente los calabozos de la Comisaría de Las Delicias y de la Comandancia de Valladolid de la Guardia Civil, con días sin siquiera arrestos, como apuntaba el propio subdelegado del Gobierno a este periódico. «A modo de ejemplo, con los datos de la demarcación de Guardia Civil, es decir, de todos los pueblos de la provincia: el día 30, ningún detenido; el 29, uno por un delito de violencia de género; el día 28, un arrestado por un robo de herramienta agrícola; el 27, otro por lo mismo;», detalla Álvarez, quien recuerda que, a cambio, las Fuerzas de Seguridad se tienen que afanar en garantizar que se cumpla el confinamiento del estado de alarma.

También en territorio rural, el de la Guardia Civil, se dio un caso de tres ladrones de casas a los que los agentes sorprendieron in fraganti durante un asalto. Fue en Tudela de Duero, durante los primeros días de confinamiento, y, al parecer, se aprovechaban de que las segundas viviendas estaban vacías para dar sus palos.

Mientras, en el territorio de la capital, por ejemplo se han dado casos de robos en el interior de vehículos, en oleadas nocturnas, aprovechando que la ciudad está completamente vacía a esas horas.