Este paso ha recorrido las calles de María de Molina, Héroes de Alcántara, Zúñiga y plaza de Santa Ana, donde se ha realizado, junto al pueblo fiel, un acto de reflexión y oración.
La procesión ha proseguido a partir de ahí de forma privada en el interior del Monasterio con la devolución de la imagen a las religiosas del convento de San Joaquín y Santa Ana.
Esta talla, de gran dramatismo ya que es un cuerpo desnudo, salvado por su paño de pureza, maltratado, con la cabeza con llagas y con la marca de la corona de espina y con la sangre brotando de las marcas de los clavos, inicialmente no tuvo un uso procesional, pues formó parte del altar de la sala Capitular del Monasterio.
La jornada de este Sábado Santo concluirá con una Vigilia Pascual en la Catedral.