De convento a apartamentos

Óscar Fraile
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La agencia Agcinmo adquiere parte del convento de San Quirce y Santa Julita para construir 73 apartamentos para personas mayores en régimen de cooperativa.

Las monjas cistercienses han conseguido vender parte del convento de San Quirce y Santa Julita por algo más de diez millones a la inmobiliara Acginmo. La empresa está pendiente de la licencia municipal para empezar a construir en el edificio de la calle San Quirce 73 apartamentos que irán destinados a personas mayores, un proyecto muy casi idéntico al que ya desarrollaron en la plaza del Ejército.

La operación excluye la Iglesia, sede de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, y se ha cerrado después de que el año pasado las monjas cistercienses abandonaran el convento para irse al Monasterio de las Huelgas. Una decisión forzada por la escasez de vocaciones. Las religiosas pusieron el edificio en venta poco después del traslado y decidieron aceptar la oferta de Acginmo entre todas las que recibieron.

El nuevo proyecto, bautizado como Allegra Magna Residencial, contempla la construcción de 73 apartamentos, todos con dos habitaciones, cocina y baño, con una superficie que va desde los 52 hasta los 65 metros cuadrados, más una pequeña terraza.

El proceso de transformación del inmueble respetará ciertos elementos, como el coro, de estilo barroco, con bóveda de cañón y sillería de nogal que data del siglo XVII.

En apenas dos meses de comercialización, la inmobiliaria ya tiene reservados 48 de los 73 apartamentos. Los más baratos tienen un coste que ronda los 140.000 euros más IVA. El régimen elegido para la promoción es el de cooperativa, con la particularidad de que los socios tienen garantizado que solo tendrán que afrontar los gastos de sus propiedades. «Es decir, que, por ejemplo, si no se vendieran el 30 por ciento de los apartamentos, el grupo gestor se haría cargo de ellos y los gastos que generen», explica el responsable comercial de la inmobiliaria, Julio Muñoz.

para mayores. Las viviendas están destinadas a personas mayores. De hecho, aunque cualquiera puede adquirirlas, los residentes deben tener más de 59 años, si bien pueden vivir allí con algún acompañante de cualquier edad. El complejo ofrecerá una serie de servicios asistenciales adaptados a la edad de los inquilinos. Los propietarios tendrán que asumir un coste para el mantenimiento de las zonas comunes de 190 euros al mes. Un dinero que incluye, por ejemplo, servicio de teleasistencia las 24 horas, sistema de videovigilancia, la gestión del complejo, un conserje ocho horas al día y la limpieza de las zonas comunes y los apartamentos una vez al mes. Además, tendrán a su alcance otros servicios optativos, como la limpieza diaria de la estancia (o con otra frecuencia), la alimentación, rehabilitación, fisioterapia y la adhesión a programas de dinamización en las zonas comunes. El complejo contará con una piscina climatizada, una zona de juego, un gimnasio y un comedor. También dispondrá de zonas verdes en el patio interior de unos 4.000 metros cuadrados. 

Los promotores tienen intención de obtener la licencia municipal para el inicio de las obras en torno a los meses de octubre o noviembre. El plazo de ejecución de la reforma es de dos años, más otros tres meses que tardarán en conseguir, según sus previsiones, las licencias de primera ocupación. Es decir, si se cumplen sus cáculos, los primeros inquilinos podrán entrar antes del verano del año 2021.

Los promotores destacan que esta fórmula es una «buena» alternativa a los «elevados costes» de las residencias públicas y privadas. «El modelo reúne la necesidad de recuperar valores de cooperación en la que desde el respeto a la independencia, la intimidad y privacidad, se fomenta el bien común como parte de una comunidad en la que se ayuda y se colabora», señalan desde Agcinmo.

Muñoz destaca también el valor de la ubicación del inmueble, en plena calle San Quirce, junto a la plaza de la Trinidad y enfrente de la Biblioteca de Castilla y León. También está muy próximo al convento de Santa Catalina de Siena, que el Ayuntamiento está a punto de comprar a las Madres Dominicas para dotarlo de equipaciones culturales y deportivas.