La respuesta está en la naturaleza

Óscar Fraile
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Cartif estrena un laboratorio que investiga cómo resolver problemas de las ciudades con soluciones basadas en el medio ambiente. Varias de ellas se implantarán en Valladolid en los próximos meses

En este muro se mide la capacidad aislante de varias especies de plantas. - Foto: Jonathan Tajes

El progreso de las últimas décadas en los países desarrollados está convirtiendo las ciudades en mastodontes de cemento y cristal en las que los espacios verdes quedan reducidos a la mínima expresión. En este contexto, Cartif estrenó a finales del año pasado un laboratorio para desarrollar soluciones basadas en la naturaleza para problemas de los espacios urbanos.
Un proceso de investigación que ya ha empezado a dar resultados con algunas actuaciones visibles en Valladolid, como los techos verdes instalados en la marquesina de la plaza de España, que próximamente se replicarán en la parte superior del Mercado del Campillo.
Ocho personas trabajan en este laboratorio, con perfiles que van desde ingenieros forestales a biólogos y químicos, pasando por arquitectos y licenciados en Ciencias Ambientales.
Buena parte de sus investigaciones están incluidas en su proyecto estrella: Urban Green Up, que contempla hasta 42 soluciones basadas en la naturaleza para aplicar en Valladolid. Pero no se trata de un proyecto exclusivo para esta ciudad, porque también hay otras que demandan estos servicios, además de empresas privadas. Sin ir más lejos, Cartif desarrollará un proyecto en Madrid para mejorar la calidad del aire a través de la instalación de unos biofiltros capaces de absorber los contaminantes. Además, también ha participado en la instalación jardines flotantes en Liverpool. «Somos el primer centro tecnológico de España que ha establecido una estructura para manejar estas soluciones de forma global», explica su responsable, Raúl Sánchez.
En los próximos meses empezarán a ser visibles otras actuaciones. Por ejemplo, los más de diez módulos de polinizadores que se instalarán por la ciudad. Son estructuras naturales o compactas, fijas o móviles, que tienen un aspecto de jardinera y que están concebidas como un hábitat idóneo para ciertas especies de insectos, como las abejas, cuya población se está reduciendo drásticamente. También para las mariposas. De hecho, los módulos cuentan con ‘hoteles’ para estas especies, con orificios de distintos tamaños para que puedan instalarse, y con las plantas que más les atraen. Además, estas estructuras cuentan con una cámara para identificar y monitorizar las especies que se acercan y una pequeña fuente con piedras.
La calle Santa María será otro punto en el que habrá novedades. Allí se instalarán una serie de toldos naturales, con césped. Además de cumplir la función propia de un toldo, tienen otras funciones, como prevenir las heladas en invierno. El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con los comerciantes de la zona porque consideran que estos toldos pueden ser un atractivo más para la zona. Las estructuras irán ancladas a los edificios y tienen un sistema mediante el cual se riegan solas.
Otra actuación se llevará a cabo en el aparcamiento de Portugalete. Cartif probará allí un proyecto piloto que consiste en hacer pasar el humo de las chimeneas de las calderas por un sustrato que lo filtra y reduce la cantidad de dióxido de carbono y partículas nocivas que se expulsan a la atmósfera. Este ‘biofiltro’ está diseñado para aparcamiento y túneles subterráneos, es una solución relativamente barata y que no requiere mucho mantenimiento. Tan solo cambiar parte del sustrato una vez al año o removerlo. «Es muy fácil de instalar», señalan los responsables de Cartif. Dentro del sustrato también se colocan otros materiales, como lana de oveja.
Entre las investigaciones que se llevan a cabo en estas instalaciones también hay un ‘muro verde’, en el que hay plantadas varias especies de plantas para comprobar hasta qué punto pueden ser aislantes del frío o el calor en los edificio. La estructura dispone de dos sensores para captar una temperatura que se puede leer en una consola a distancia. «En el ahorro energético, un grado más o un grado menos es muy importante», explica Sánchez, quien añade que este tipo de soluciones son muy habituales en los países nórdicos.
Otra de las investigaciones es un ‘invernadero inteligente’ para averiguar cómo influyen los diferentes colores de las luces LED en el proceso de crecimiento de las plantas. Gracias al cual se ha descubierto, por ejemplo, que las luces rojas van mejor para la floración y las azules, para la germinación.
Todo está englobado dentro de un proyecto denominado ‘Investigación sobre el uso funcional de recursos naturales para resolver problemáticas ambientales derivadas del actual cambio del clima y del deterioro ecosistémico de las zonas urbanas y periurbanas’, que cuenta con un presupuesto de más de 600.000 euros y está financiado por el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE).

Los proyectos, uno a uno

Chimenea natural en el aparcamiento de Portugalete

Este proyecto piloto consiste en hacer pasar el humo de las chimeneas de las calderas por un sustrato para reducir el CO2 y las partículas contaminantes.Este proyecto piloto consiste en hacer pasar el humo de las chimeneas de las calderas por un sustrato para reducir el CO2 y las partículas contaminantes. - Foto: Jonathan Tajes

Este proyecto piloto consiste en hacer pasar el humo de las chimeneas de las calderas por un sustrato para reducir el CO2 y las partículas contaminantes que se expulsan a la atmófera. Está previsto que se pruebe en el aparcamiento de Portugalete.

Un muro verde para comprobar qué planta aisla más

En este ‘muro verde’ se prueban distintos tipos de vegetación para comprobar cuáles funcionan mejor como aislantes de frío y calor en los edificios. En la estructura hay sensores que permiten ver la temperatura en las distintas partes del muro.

Más de diez módulos de este tipo se colocarán en las calles de Valladolid como un hábitat idóneo para insectos muy necesarios para el ecosistema.Más de diez módulos de este tipo se colocarán en las calles de Valladolid como un hábitat idóneo para insectos muy necesarios para el ecosistema. - Foto: Jonathan Tajes

Los polinizadores que se instalarán en valladolid

Está previsto que se instalen más de diez módulos de polinizadores por las calles de Valladolid. Son estructuras móviles y fijas con determinada flora para favorecer el aumento de ejemplares de especies de insectos muy importantes para el ecosistema.

Invernadero inteligente con led de colores

Así serán los toldos verdes que se instalarán en la calle Santa María.Así serán los toldos verdes que se instalarán en la calle Santa María. - Foto: Jonathan Tajes

En este invenadero se analiza cómo afectan los colores de las diferentes luces LED al proceso de crecimiento de las plantas.Por ejemplo, las rojas son más convenientes para la floración, mientras que las azules vienen mejor para la germinación.

Toldos verdes para la calle Santa María

La calle Santa María contará en los próximos meses con toldos naturales que se riegan solos y que, aparte de cumplir la función habitual de un toldo en verano, en invierno ayudan a prevenir las heladas, además de oxigenar el ambiente. Los toldos se anclarán a las fachadas de los edificios.

En este invernadero se analiza cómo afectan los colores de las luces LED al crecimiento de las plantas.En este invernadero se analiza cómo afectan los colores de las luces LED al crecimiento de las plantas. - Foto: Jonathan Tajes