Valladolid pierde 50 millones por la suspensión de congresos

Óscar Fraile
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El retorno económico de esta actividad ascendió el año pasado a 55,4 millones, según un informe municipal, pero desde marzo es prácticamente inexistente

Valladolid pierde 50 millones por la suspensión de congresos - Foto: Jonathan Tajes

Cancelado. Esa es la palabra maldita que persigue a los organizadores de eventos desde hace meses. Las restricciones sanitarias desde el pasado mes de marzo han puesto especial atención en evitar las reuniones masivas para evitar contagios, de modo que casi todo lo que estaba programado desde entonces se ha suspendido, con el perjuicio económico que eso supone tanto para los organizadores como para algunos sectores económicos de la ciudad, especialmente el hotelero.

El Ayuntamiento publicó el pasado mes de septiembre el estudio Turismo de reuniones en la ciudad de Valladolid 2019, un informe anual que recoge el buen momento por el que pasaba este sector el año pasado, y que nada tiene que ver con la situación actual. Sirvan como ejemplo los 55,4 millones de retorno que supusieron para la ciudad esta actividad, 13,6 más que en el año previo y 18,4 más que en 2018. Es decir, el turismo de congresos mantenía, hasta este año, una clara tendencia alcista.

La Feria de Valladolid es una de las grandes damnificadas. No en vano, el año pasado estas instalaciones fueron las que acogieron un mayor número de turistas de este tipo. Concretamente, unos 39.000 de los 69.768 que llegaron a la ciudad. Y no es porque en la Feria se celebre la mayoría de congresos, que son mucho más frecuentes en los hoteles de tres y cuatro estrellas, sino porque allí se organizan los que suelen tener mayor afluencia de público. 

Pues bien, este año ya hay 21 citas de la Feria que se han cancelado o, en el mejor de los casos, se han pospuesto para más adelante. Desde ferias como la del vehículo de ocasión, DeBoda, la de Muestras, ViveEco y Mercantes; a congresos sobre riesgos laborales, banca ética y el de la asociación de cerveceros, entre otros. Tampoco se han podido celebrar allí los conciertos de La Polla Records, Estopa y Manuel Carrasco ni exposiciones como la de ‘Yo fui a EGB’.

Y eso es solo una pequeña parte, si se tiene en cuenta que el año pasado se celebraron 555 congresos en Valladolid con una duración media de 1,6 días. Muchas pernoctaciones perdidas para un sector, el hotelero, que ha estado al borde del precipicio en los últimos meses y que sigue en una situación muy delicada.

El informe elaborado por la Oficina de Congresos del Ayuntamiento de Valladolid revela la importancia que tienen estas reuniones para los hoteles. El 50 por ciento de los visitantes que llegaron el año pasado se alojaron en uno de tres estrellas, el 29 por ciento lo hizo en uno de cuatro y el dos por ciento lo hizo en uno de una o dos estrellas. Es decir, si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de los asistentes eligen estos alojamientos, se puede deducir que el sector se juega casi 56.000 pernoctaciones al año.

Pero estas cancelaciones no afectan solo a los hoteles. El gasto medio que hicieron el año pasado los organizadores por asistente se elevó a 137,7 euros, de los que 31,6 fueron para alojamientos, 61,3 para catering e invitaciones, 19,8 para alquiler de salas y equipos, 13,2 para transporte y 4,9 para actividades sociales.

Un dinero por el que aún se pelea, puesto que fuentes del Ayuntamiento confirman que desde la Oficina de Congresos se trabaja en una reprogramación de cara al año que viene para recuperar la mayor parte de lo que se ha perdido y se perderá en 2020, porque, aparte de las cancelaciones de citas que estaban cerradas antes de marzo, ahora mismo prácticamente no se programa nada nuevo.

También en la Feria de Valladolid se han pospuesto algunas citas que no se han podido celebrar este año. Por ejemplo, ViveEco, un salón que se presentó solo días antes de que se decretara el estado de alarma, se ha trasladado a mayo del año que viene, mientras que Mercartes, que estaba previsto que tuviese lugar del 3 al 5 de noviembre, no se celebrará hasta enero del año que viene. Eso, en el mejor de los casos, porque la incertidumbre actual no permite garantizar nada. Todo dependerá de la evolución de la pandemia y las medidas sanitarias que se tomen para atajarla. Un buen ejemplo es el de la Feria de Muestras, cuyos organizadores llevaban meses preparando, con estrictas medidas de seguridad, pero que al final no se pudo celebrar en septiembre.

Perfil y gasto

El estudio de la Oficina de Congresos detalla que la mayor parte de los turistas de congresos son hombres (seis de cada diez), de entre 45 y 54 años, asalariados y con formación superior, lo cual también tiene cierta vinculación con su poder adquisitivo. El año pasado se gastaron, de media, 159 euros en la inscripción al correspondiente congreso o evento. El desembolso medio diario fue de 261 euros con una estancia media de 2,5 días, muy superior a la del resto de turistas, que no llegan a dos días. Así, el gasto total que hicieron en 2019 fue de 45,9 millones, a los que hay que sumar otros 9,6 de los organizadores. La mitad de su gasto diario fue para la inscripción y alojamiento y la otra mitad se reparte en alimentación (13,7 por ciento), ocio (11,9 por ciento), compras (7,8 por ciento), transporte interno (5,3 por ciento) y otros gastos (9,7 por ciento).

Otro dato que revela la importancia de este sector para el turismo es el ámbito geográfico de los congresos. El 10,5 por ciento fue internacional y otro 33,5 por ciento, nacional. Y, por sectores, los congresos sobre temas económicos y sociales fueron los más frecuentes, con el 22,8 por ciento de los celebrados, mientras que los sanitarios acapararon el 19,3 por ciento.