El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, defendió ayer los beneficios de la fusión con Bankia, un «proyecto único» que ha de permitir a la entidad afrontar el futuro «desde una posición inicial privilegiada». En su primera junta como máximo responsable, Goirigolzarri recordó que la fusión es una «respuesta estratégica» a los «enormes desafíos» que debe afrontar el sector y ha de permitir mejorar la eficiencia del grupo, dotándolo de mayor robustez financiera y una rentabilidad sostenible. Asimismo, apuntó que la operación ha convertido a CaixaBank en el primer grupo financiero del país y «con una clara vocación de liderazgo ibérico», con más de 21 millones de clientes en España y Portugal.

El directivo subrayó que, tras la integración, CaixaBank cuenta «con una excelente plataforma» y puede «afrontar el futuro desde una posición inicial privilegiada». «Pero este es un punto de partida. Nuestra labor como gestores es asegurar la sostenibilidad del proyecto en el futuro», remarcó Goirigolzarri.

El nuevo presidente, que elogió el trabajo de su antecesor, Jordi Gual, aseguró que CaixaBank cuenta con un consejo de administración «excelente, con currículos brillantes, con una enorme experiencia y con una representación del 60% de consejeros independientes». Además, sostuvo, de igual forma, que el 40% del consejo está formado por mujeres, cumpliendo así el objetivo fijado en las recomendaciones del código del buen gobierno para 2022.

Goirigolzarri defendió que el banco debe ser una «organización enormemente flexible capaz de responder con gran rapidez a un entorno cambiante». Y, para alcanzar este objetivo, recalcó la importancia del equipo: «No tengo duda de que en un mundo crecientemente digitalizado, las personas seguirán siendo el factor más importante para el éxito».

Dotaciones

Por otro lado, la junta aprobó por mayoría la distribución de un dividendo en efectivo, con cargo a 2020, de 0,0268 euros por acción, el 24 de mayo -en total, se destinarán a dividendos 216,09 millones-. Así, la remuneración al accionista con cargo al ejercicio 2020 ascenderá al 15% del resultado consolidado proforma de CaixaBank y Bankia, en línea con las recomendaciones del BCE. Además, se dio luz verde a la nueva política de remuneraciones del banco, con el voto en contra del FROB.

También se aprobó la dotación de una reserva legal con un importe de 415,84 millones, con cargo a reservas voluntarias, lo que permite que la reserva legal alcance el 20% del nuevo capital social tras la reciente ampliación en 2.079,2 millones mediante la emisión de acciones para atender el canje de los títulos de Bankia en el marco de la fusión por absorción.

Mientras, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, recalcó que 2020 ha sido un año excepcional condicionado por la pandemia, pero también ha sido el año de la fusión, «que supone un paso adelante decisivo en el alcance, capacidad competitiva y sostenibilidad del proyecto del Grupo».

Pese al actual contexto de incertidumbre por la pandemia, el objetivo de CaixaBank, apuntó Gortázar, es seguir apoyando a la economía, a las familias y a la sociedad, y para ello la entidad cuenta «con los elementos fundamentales: un modelo comercial efectivo, una posición financiera fuerte y un equipo altamente preparado y comprometido».

«A todo ello se une ahora el proyecto de integración con Bankia, que nos dota de mayor alcance, capacidad y sostenibilidad», explicó el primer ejecutivo de CaixaBank, que puntualizó que otra de las prioridades para este ejercicio es «realizar con éxito la integración de negocio, empleados y sistemas, así como continuar con la mejor calidad de servicio para los clientes».

La integración tecnológica con Bankia se llevará a cabo, previsiblemente, en el último trimestre del año.