«Hemos sabido responder, con nuestros errores y aciertos»

Alfonso G. Mozo
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Entrevista con la consejera de Sanidad, en el aniversario de la pandemia del coronavirus. Verónica Casado abre la puerta a un cierto optimismo: «Si alcanzamos los objetivos de vacunación es probable que tengamos un verano medio normal»

Verónica Casado, consejera de Sanidad. - Foto: Jonathan Tajes

Cuando en el verano de 2019 aceptó aquella oferta de Ciudadanos para ser la nueva consejera de Sanidad de Castilla y León, la doctora Verónica Casado ni podía imaginar lo que, apenas unos meses después, se le vendría encima. Es, junto a su valedor, el vicepresidente y portavoz Francisco Igea, la cara de la compleja gestión de la pandemia del coronavirus en la comunidad más extensa y con más provincias de España. Son las dos personas que en el imaginario colectivo echan el cierre de bares, gimnasios y centros comerciales cada vez que la cosa se pone fea y los contagios se desbocan. «Nosotros hemos intentado tomar siempre la mejor decisión con la información con la que contábamos en cada momento», asevera en esta misma entrevista.

La consejera lo asume con total estoicismo, en el convencimiento de hacer «siempre» lo que toca, lo que exige la realidad de un virus que no conoce de colores políticos ni votos ni mociones ni elecciones, por más que una parte de la sociedad se haya acostumbrado a recriminarles cada decisión; ya sea por coercitivos o permisivos, casi por igual. Porque, como repite siempre, la respuesta está en «los datos» y solo si mejoran las cifras de incidencia y ocupación de las UCI se podrá dejar atrás este nivel 4 de alerta (el máximo que hay en el ‘semáforo’ del Ministerio) con el que se llega al primer aniversario del coronavirus, en el que Casado, la consejera, se muestra escéptica con la capacidad de abastecimiento de las vacunas, pero convencida de que este verano podría ser ya «medio normal».

¿Qué balance hace de este primer año de pandemia?    

Desde que se inició la pandemia se ha tensionado al sistema sanitario como nunca antes en la historia reciente, pero hemos sabido responder, con nuestros errores y aciertos, a pesar de las dificultades iniciales con el abastecimiento de materiales de protección y las que han ido surgiendo en cada momento. Ha sido un año muy largo y difícil para todos, porque nadie estaba preparado al principio para afrontar las consecuencias de una enfermedad tan agresiva. Este virus nos ha obligado a reaccionar en todo lo relacionado con la gestión y con el soporte a las diferentes estructuras asistenciales, adaptando los recursos del sistema a todo lo que supone una pandemia global.

¿Qué nota le pondría a la gestión de la Junta de Castilla y León de esta crisis? ¿Y al trabajo de los profesionales sanitarios?

Nos hemos esforzado al máximo para conseguir que nuestros sistemas de trabajo funcionaran lo mejor posible ante una situación nunca antes vivida, con una respuesta increíble de todos los profesionales, a todos los niveles. Mi agradecimiento infinito es algo que no se puede cuantificar en una nota, porque no es cuestión de números, sino de valorar los retos y las dificultades increíbles a los que se han tenido que enfrentar cada uno de ellos en su día a día, tanto en los servicios centrales de la Junta, con todo el operativo logístico, de compras o de salud pública, como en la atención primaria, las emergencias y la atención hospitalaria.

¿Echa de menos su día a día en la consulta, la relación cercana con el paciente... o esta vida de tensión diaria, de seguimiento de los datos, de decisiones, de comparecencias públicas... puede terminar por ‘enganchar’?

Echo de menos la consulta, la docencia, pero también es cierto, que la planificación y la gestión en situaciones de máxima tensión terminan siendo un reto de alta dimensión que te ocupa más allá de las 24 horas del día.

¿De qué decisión adoptada en este año se siente más orgullosa?

Gestionar la pandemia en unión con la ciencia. Hemos sido capaces de aunar ciencia y política, ir de la mano de los profesionales, trabajar con nuestros expertos, creando los grupos de covid y no-covid.

¿Y de qué decisión se arrepiente más durante este último año?

A priori con la información que tenemos en la actualidad, pues posiblemente actuaciones que realizamos ante el desconocimiento de la enfermedad, ahora las hubiéramos solventado de forma distinta. Pero en el momento en que sucedía, no se podía hacer de otra forma. Hemos intentado tomar siempre la mejor decisión con la información con la que contábamos en cada momento.

Por sus palabras en estas últimas semanas, da la sensación de que han encontrado más afinidad y puntos de encuentro con la nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, que con el anterior equipo, el de Illa, ¿se está consiguiendo al fin ese objetivo de que el Gobierno marque unas directrices comunes para dar una respuesta similar en todas las comunidades?

La Comunidad de Castilla y León ha peleado mucho y lo sigue haciendo, buscando la unidad y el consenso. Solicitando criterios, umbrales, estándares iguales para todos, de manera que dependiendo eso sí de los datos epidemiológicos de cada comunidad autónoma, las decisiones que se tomen sean iguales en todo el territorio nacional. 

¿Y la relación es mejor o peor que con Illa?

La comunicación con el Ministerio ha sido muy fluida y seguimos con la nueva ministra manteniendo una buena y rápida comunicación. 

¿Qué la parece la gestión que se está llevando a cabo con las vacunas? 

La gestión de la estrategia de vacunación no debe verse como una cuestión de convencimiento personal. Estamos hablando de una de las mayores operaciones logísticas desde la Segunda Guerra Mundial, que implica multitud de factores como la fabricación en diversos países, distribución compleja, almacenamiento con muchas limitaciones –al menos de momento– y una citación masiva de pacientes, en la mayoría de los casos con dos dosis, con lo que eso implica de seguimiento y control para los equipos de vacunación, que están haciendo un trabajo espectacular que hay que reconocer.

¿Está convencida de que a partir del mes de abril llegarán tantas como se anuncian y que en tres meses se habrá completado la vacunación en Castilla y León?

El Ministerio de Sanidad confía en que durante este verano alcancemos el 70% de inmunidad, aunque todos tenemos dudas dados los antecedentes de las empresas suministradoras. Me gustaría compartir cierto optimismo, pero hay que ser muy prudentes con los plazos. Si tuviéramos 150.000 dosis semanales sería otra cosa, porque podríamos terminar en menos de un mes con un tercio de la población.

¿Y mientras tanto, hasta dónde se conseguirá bajar la incidencia, porque los datos apuntan a que se está ya en meseta y no va a descender lo suficiente como para poder llegar a ese nivel 1 que permitiría dar por controlada la pandemia?

Para poder responder a estas cuestiones hay que tener en cuenta que la evolución de los datos va a depender mucho del control de la movilidad, del contacto social y de la capacidad de vacunar lo más rápido posible al mayor número de personas posible. Haber alcanzado esa meseta, según apuntan los indicadores, nos anima, pero no debemos bajar la guardia porque las unidades de críticos siguen llenas y no vemos una bajada clara en los porcentajes de ocupación, incluso hay un estancamiento con ligeras subidas. Por eso seguimos en nivel 4 de alerta, hay que tenerlo muy claro, no podemos relajarnos que nos jugamos mucho en las próximas semanas.

¿Confía en evitar la cuarta ola?

No sabemos si la cuarta ola está por llegar o hemos conseguido reducir por fin la capacidad de contagio del virus gracias a las vacunas y al resto de medidas. Que la haya o no depende de cómo hagamos todos las cosas, de la movilidad y los contactos sociales, que son las que generan la mayoría de contagios, y de momento no tenemos suficiente porcentaje de población inmunizada. Es muy pronto para hacer predicciones de este tipo. Desde luego, antes de hablar de volver al nivel 1 –recuerdo que seguimos en el 4 en toda la Comunidad– tenemos que alcanzar de nuevo el 3 y luego el 2, con 14 días entre cada uno. Y eso dependerá, como ya sabe, de los datos.

Hay voces que ponen en duda la efectividad de ciertas restricciones, personas que dicen que las olas del coronavirus siguen su curso casi de igual forma en comunidades con medidas de contención severas y en otras donde se apuesta por ser algo más laxos, ¿ustedes siguen convencidos de que la única hoja de ruta para contener la expansión del virus pasa por las restricciones sociales?

Nosotros seguimos al pie de la letra lo que nuestros expertos y las publicaciones científicas nos indican y nos marcan cada semana, porque a lo que tenemos que atender, y no me cansaré de repetirlo, es a nuestros indicadores epidemiológicos y de situación asistencial, no a las opiniones de las personas, que siendo muy respetables deben tener en cuenta multitud de parámetros que se adoptan –y son públicos– en la toma de decisiones sobre medidas de contención más o menos severas.

¿Cree justo que se diga que Castilla y León está siendo una comunidad restrictiva?

Ocupamos la décima posición dentro de las comunidades autónomas, por lo que a restricciones se refiere.  El toque de queda, la perimetración, las restricciones en lugares de mayor riesgo (intrafamiliar y otros lugares de ámbito social), tienen alto nivel de evidencia en las publicaciones científicas y en organismos oficiales. No podemos tener un rebrote en estos momentos, en plena campaña de vacunación. Tenemos que escuchar a nuestros profesionales y tenemos que tomar las decisiones de manera muy cautelosa, mientras el sistema sanitario sigue tensionado. Por eso hemos decidido que la desescalada se inicie con un porcentaje aproximado de pacientes en unidades de críticos, y que las decisiones de desescalada –no las contrarias, si llegara el caso– se modifiquen cada 14 días. Unos criterios que están consensuados en el Consejo Interterritorial de Sanidad.

¿Siente decepción cuando ve a la gente por la calle desoyendo las recomendaciones que tantas veces repite en sus comparecencias?

La gran mayoría sigue las recomendaciones y hay que aplaudir el inmenso esfuerzo por cumplir las normas que se está realizando en cada casa, en cada familia, en cada empresa, en cada grupo de amigos. Como todo en la vida, siempre hay grupos que no son conscientes de la situación, y siento una gran preocupación por esa ‘fatiga pandémica’ de la que tanto hemos hablado y que puede estar en el fondo de esas actitudes que no ayudan precisamente. En esta tercera ola hemos tenido familias enteras ingresadas, comentado por los profesionales, que muchos dicen vivir dos mundos paralelos, el del trabajo por salvar vidas y el de la calle.

¿Se puede imaginar un verano medio normal, incluso algo mejor que el pasado? 

Si alcanzamos los objetivos de vacunación e inmunización comentados es probable que tengamos un verano medio normal, como indica, pero todo estará supeditado a la evolución de las variantes del virus, a la eficacia de las vacunas a medio plazo, etcétera.

Usted es prudente. Esto no quiere decir que sea el punto y final del coronavirus...

Como dice la prestigiosa viróloga Margarita del Val, podríamos llegar a una situación endémica del coronavirus, como ha sucedido con otras enfermedades, un ejemplo muy conocido por todos es la gripe.

¿Los colegios y universidades se han revelado como unos entornos seguros pese a que en la primera ola se cerraron a cal y canto?

Los colegios y las universidades han sido lugares seguros, los datos reflejan que los contagios han sido mínimos dentro del entorno educativo. Doy las gracias a todos los docentes, por el trabajo que han llevado acabo para mantener los recintos escolares, como centros seguros.

Ya se ha dado un primer paso con la vuelta de las competiciones de una parte del deporte base, aunque con la obligatoriedad de utilizar siempre mascarilla, al aire libre y sin contacto extremo, ¿cuándo se podría avanzar con el resto de deportes de interior?

La vuelta a las competiciones deportivas, como todo lo demás relacionado con el deporte y el ocio, la marcará la evolución de los datos y los niveles en los que nos encontremos. No podemos equivocarnos y acelerar con ese tipo de medidas mientras el sistema sanitario siga tan tensionado. De momento, como ya saben, hemos autorizado el deporte y las actividades extraescolares al aire libre, con medidas de seguridad y mascarilla si hay contacto intenso.