La cantera continúa parada

M.B
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Los jugadores de base de los clubes vallisoletanos siguen sin comenzar sus entrenamientos

Imagen de la base del Atlético Valladolid. - Foto: Atlético Valladolid

Mientras sus principales equipos llevan entrenando algunas semanas –incluso, como en el caso del Aula Alimentos de Valladolid, compitiendo ya en la Copa de la Reina–, las categorías inferiores de los clubes vallisoletanos siguen esperando a comenzar a trabajar en las pistas y campos de la ciudad y provincia. Sin fecha de comienzo, salvo en el VRAC, que ha tenido que aplazarla, los clubes han visto como, además, la entrada en vigor de las nuevas restricciones impuestas desde la Junta a la capital les impedían cualquier intento de inicio de sus entrenamientos. 

«Llevábamos trabajando en distintos escenarios, consciente de la situación y de que hay que intentar retomar la normalidad», señala el presidente del VRAC, José María Valentín-Gamazo. En su caso, ya había fechas de inicio de los entrenamientos de su base, con casi 500 niños de sub 6 a sub 18 (unos el 7 de septiembre y otros con el arranque del curso escolar). «Se ha mandado un comunicado deteniendo el arranque», confirma el presidente, añadiendo que estos iban a comenzar con un máximo de 10 jugadores por grupo, en formatos burbuja e incidiendo en el tema físico, al no permitirse contacto.

Su compañero en el mundo del rugby, ElSalvador, no tiene fecha para comenzar. Con cerca de 600 jugadores, emitió un comunicado a finales de agosto, asegurando que no arrancaría «hasta el momento en que este punto haya sido consensuado con la Fundación Municipal de Deportes, propietaria y responsable de la instalación deportiva donde realizamos los entrenamientos, así como con el resto de clubes usuarios de las mismas».

Los 400 jugadores de base del CPLV, a la espera.Los 400 jugadores de base del CPLV, a la espera. - Foto: D.V.Los dos principales clubes de balonmano de la ciudad, Atlético Valladolid y Aula, tampoco tienen a su base en las pistas. En su caso, sin permiso federativo para ello, se mantienen a la espera de la evolución de la pandemia. En ambas entidades cuentan con más de 200 chavales en la base. Antes del nuevo decreto de esta semana, que afecta a la capital, podían entrenar en grupo pero sin contacto físico. Ahora, tras él, los dos ven inviable comenzar a trabajar en grupos de máximo 5 jugadores.

En el CPLV, con 400 chavales en su base, están en la misma situación que en los otros clubes. «Todo está muy complicado por protocolos, incluso los padres están inseguros a la hora de apuntar al niño. Nuestra lucha es intentar garantizar un ambiente que cumpla todos los requisitos», señala su presidente, Ángel Ruiz, que en verano ha conseguido sacar adelante, con todos los protocolos, algunos de sus campus. Su idea era comenzar ya con los entrenamientos, algo que las nuevas medidas se lo han evitado: «El problema es que a nivel regional no puede haber competiciones porque no se permite el contacto».

El mundo del fútbol tampoco es ajeno a esta problemática. 

Incluso algunos clubes habían comenzado a entrenar pero se han visto obligados a parar esta misma semana. «Nosotros no habíamos arrancado. Estábamos esperando a hacerlo a mediados de mes, después de los centros escolares», señala Jacinto Santos, presidente del Parquesol, uno de los clubes con mayor número de jugadores en la base –este año unos 650–.