El independentismo logra mayoría absoluta pese al triunfo del PSC

Leticia Ortiz (SPC)
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Illa se presentará a la investidura al ganar en votos, aunque ERC consigue los mismos escaños. Vox irrumpe con 11 asientos y pone en riesgo el liderazgo de Casado al superar al PP. Cs se deja 30 diputados y achaca su debacle a la baja participación

El independentismo logra mayoría absoluta pese al triunfo del PSC - Foto: Toni Albir

Noches de vencedores y vencidos, aunque nadie -salvo excepciones- asuma la derrota y todos se den por ganadores. Al menos, en unas insólitas elecciones debido a la pandemia de coronavirus, hay tradiciones como esa que no cambian. Sin embargo, un análisis a vuela pluma, a brocha gorda, de titulares, deja al independentismo como triunfador de los comicios celebrados ayer en Cataluña, ya que las fuerzas que defienden la independencia (ERC, Junts per Catalunya y la CUP) sumaron 74 escaños, muy por encima de los 68 en los que está fijada la mayoría absoluta en el Parlament. 

En el lado del éxito también aparece el PSC liderado por Salvador Illa, con un triunfo amargo, ya que ganó en papeletas y porcentaje de votación, además de aumentar en 16 su número de diputados -hasta alcanzar los 33, los mismos que ERC-, pero su victoria podría no servirle para gobernar, aunque el tripartito de izquierdas del que tanto se habló en campaña (formado por los socialistas, ERC y En Comú Podem) sí suma los escaños suficientes para alcanzar el poder, con 74 asientos en el Parlament. Falta por ver si la formación de Oriol Junqueras, con Pere Aragonès como cabeza de lista, rompe el pacto al que llegó con las otras fuerzas secesionistas y negocia la formación del Govern con el PSC. 

De momento, lo único que está claro es que el exministro de Sanidad se presentará a la votación de investidura, pues él mismo lo anunció tras conocerse los resultados, en una comparecencia en la que llegó a emocionarse al dedicar el triunfo a su familia. La duda, por tanto, serán los posibles apoyos con los que contará para superar con éxito ese trámite. 

El PSC gana en votos y empata en escaños con ERCEl PSC gana en votos y empata en escaños con ERC - Foto: Toni AlbirPuede que no sea el único que se someta al juicio del Parlament, ya que Aragonès se postuló también para presidir la Generalitat en su comparecencia, marcando una hoja de ruta secesionista con el referéndum de autodeterminación como gran objetivo. Eso sí, en principio, será una consulta pactada con el Gobierno central, una vía que siempre han rechazado sus posibles socios separatistas, Junts per Catalunya y la CUP, partidarios de una independencia unilateral

Celebraron el resultado, asimismo, en la sede de Vox, la gran sorpresa de los comicios. A pesar de que algunas encuestas previas al 14-F ya auguraban su entrada en la Cámara catalana, los de Santiago Abascal, con Ignacio Garriga al frente, alcanzaron el punto máximo de las horquillas de los sondeos, con 11 diputados, lo que les convierte en la cuarta fuerza en la región.

 

Desplome histórico

La cara opuesta de la moneda fue Ciudadanos con un descalabro sin paliativos, al pasar de los 30 escaños de los comicios de 2017 a apenas seis, al borde de quedarse sin grupo parlamentario propio. Una caída sin precedentes en la Cámara regional que se explica por la crisis del partido a nivel nacional, el distinto contexto político respecto a las anteriores elecciones, que se celebraron tras el 1-O y las activación del artículo 155 de la Constitución que conllevó la intervención de Cataluña por parte del Gobierno central, y la diferencia de participación con aquella cita, entre otros factores. Precisamente, la líder nacional de los naranjas, Inés Arrimadas, evitó la autocrítica ante el desplome de votos y escaños y achacó la amplia derrota a la escasa movilización de los electores con una participación del 53,53 por ciento, la cifra más baja en unas elecciones en esta Comunidad desde la recuperación de la democracia.

Tampoco se vieron sonrisas en el cuartel general del PP, que perdió un escaño respecto a los últimos comicios, quedándose con tres , lejos de poder conseguir uno de los sus grandes objetivos, conformar grupo parlamentario propio. Una derrota ampliada, además, por la irrupción de Vox con 11 diputados (con escaños en las cuatro provincias catalanas), lo que provoca que los populares encabezados por Alejandro Fernández pierdan también el liderazgo de la derecha en la región.

Un resultado que, en clave nacional, puede hacer mucho daño a Pablo Casado, que rompió cualquier tipo de vínculos con la formación de Abascal en la moción de censura presentada contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Aquel divorcio de la derecha ha vivido en este 14-F su primer plebiscito ciudadano y las cifras son claras: éxito de Vox y fracaso del PP. Eso sí, en Génova tampoco hubo atisbo de autocrítica, pues se justificó la caída de apoyos con el «juego sucio» de los últimos días de campaña, cuando salieron a luz nuevas informaciones de la presunta caja b de los populares.

Por cierto, aunque es utópico, por los vetos ya anunciados entre ellos, la unión de los llamados partidos constitucionalistas -aquellos que reniegan tanto de la independencia como del referéndum- se queda a mucha distancia de la mayoría absoluta, ya que entre PSC, PP, Cs y Vox solo suman 53 escaños.

No hubo celebración, asimismo, en el PDeCAT de Artur Mas que no logró representación parlamentaria después de la traumática separación de Junts per Catalunya.

En esta formación, mientras, su cabeza de lista, Laura Borràs, vendió los resultados como «una victoria del independentismo», si bien su partido se dejó por el camino dos escaños con respecto a 2017 (logró 32), perdiendo así el liderazgo del separatismo, que pasa a ERC, que le aventajó en algo más de 30.000 votos.

Solo hubo un partido que no varió su representación en la Cámara autonómica, En Comú Podem, lo cual se puede considerar una buena noticia para los morados, que sufrieron un descalabro en las dos últimas citas autonómicas, las de Galicia y País Vasco, celebradas el pasado año, ya con la formación de Pablo Iglesias como socio del PSOE en el Gobierno.

Tras una jornada sin incidencias, más allá de la escasa participación y de las insólitas imágenes marcada por la pandemia, se abre ahora un tiempo de negociación. De las posibles alianzas dependerá el nombre del futuro president o la repetición de las elecciones.