El aumento de jornada bloquea el convenio de Michelin

Óscar Fraile
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La empresa quiere que los empleados del sistema 5x8 trabajen dos días más al año y el resto de la plantilla, una jornada más, con congelación salarial en 2019 y 2020 y subidas del 0,5% en 2021 y 2022

El aumento de jornada bloquea el convenio de Michelin

La Dirección de Michelin y los sindicatos mantienen posturas muy alejadas en las negociaciones del nuevo convenio colectivo de Michelin, que afecta a unas 7.000 personas en toda España, 1.700 de ellas empleadas de la factoría de Michelin, según las cifras facilitadas por UGT. La jornada laboral y el salario son los dos principales puntos de desacuerdo para un convenio que, en principio y a falta de un acuerdo definitivo, estará en vigor hasta finales de 2022.

Los sindicatos consideran «inaceptable» la propuesta de la empresa, tanto la inicial como la que ha ido modificando con el paso de las reuniones. En un principio Michelin planteó aumentar la jornada un dos por ciento en 2020 y un uno por ciento en 2022, lo que, según UGT, se traducía en seis jornadas más de trabajo al año. No obstante, Michelin rebajó sus pretensiones hasta proponer tres jornadas más al año, dos a partir de 2020 y otra más en 2022. Una propuesta que los sindicatos siguen considerando «inadmisible». En la última reunión la empresa rebajó sus pretensiones y propuso un incremento de jornada de dos días al año para los sistemas de 5x8 y una jornada para el resto de la plantilla, a aplicar desde el año que viene.

«Lo que proponen respecto a la jornada laboral es una barbaridad», opina el representante de UGT Fernando Fuentes. Según él, este incremento supondría «rozar el máximo permitido por el Estatuto de los Trabajadores» en algunos sistemas de trabajo de la fábrica.

Las mismas discrepancias existen en materia salarial. La última propuesta de la empresa pasa por la congelación los años 2019 y 2020 y por incremento del 0,50 por ciento desligado del IPC en los dos ejercicios siguientes. Un ofrecimiento que está muy alejado de las aspiraciones de la plataforma de negociación formada por los sindicatos, que pide una subida del cuatro por ciento para cada uno de los cuatro años, además de una reducción de la jornada anual de 24 horas de trabajo. Precisamente uno de los reproches que ha hecho la empresa a los sindicatos es que no se han movido de su postura inicial, pese a las once reuniones mantenidas. Además, les recordó que las subidas salariales de los últimos años han sido del 1,5 por ciento en 2015 y 2016 y del dos por ciento en 2017 y 2018.

Javier Samaniego, representante de CSIF, también se muestra crítico con la oferta de la empresa, a la que califica de «variopinta». Su sindicato dice echar de menos «más concesiones en el ámbito de la conciliación familiar» y considera «escasa» la subida salarial ofrecida por la empresa. «Hay un malestar general en la plantilla de todos los centros», asegura.

Entre los aspectos sociales que propone Michelin está, por ejemplo, la posibilidad de que las personas que se queden viudas y tengan hijos menores de seis años a su cargo puedan reducir la jornada un 50 por ciento y cobrar un 75 por ciento del salario, un préstamo de hasta 28.000 euros para la adquisición o reforma de la vivienda y la posibilidad de suspender seis meses el contrato a las víctimas de violencia de género, con una ayuda para el alquiler de vivienda de hasta 800 euros al mes durante un año. También ofrece la puesta en marcha de un plan de retribución flexible, voluntario para toda la plantilla, permisos para acompañar al médico a los hijos menores de 14 años y la posibilidad de acogerse a una licencia sin sueldo de cuatro meses cuando se lleven cuatro años en la empresa.

Actualmente sigue en vigor, por ultraactividad, el convenio cuyo periodo de aplicación acabó el 31 de octubre. De hecho, la primera de las reuniones para el nuevo no tuvo lugar hasta junio.

Mejorar la competencia como estrategia

La propuesta de Michelin tiene como objetivo mejorar la competitividad de las cuatro fábricas que tiene en España (Valladolid, Lasarte, Aranda y Vitoria), si bien los trabajadores de Lasarte no están afectados por el nuevo convenio. Se trata de una forma de hacer frente a la creciente competencia de Asia, que en tan solo un lustro ha pasado de copar el cinco al 30 por ciento del mercado, tal y como reconoció recientemente en una entrevista a este periódico la directora general de la compañía en España y Portugal, la vallisoletana María de la Paz Robina. Estas negociaciones se producen después del cierre de varias fábricas de Michelin en Europa en los últimos años. Por ejemplo, algunas situadas en Francia, Alemania y Escocia y, aunque la multinacional gala sostiene que las fábricas españolas son competitivas, la propia Robina reconoció en esa entrevista que «ninguna planta europea ni del mundo tiene su perennidad asegurada», por lo que instó por seguir trabajando en mejorar la competitividad. El representante de UGT reconoce que esos mismos argumentos son los que les ha trasladado la empresa en las reuniones. «Nos dicen que hay incertidumbre en el sector del automóvil y una sobrecapacidad de neumáticos en Europa», señala. De hecho, la producción de Michelin este año en Valladolid y en el resto de fábricas está por debajo de las previsiones que manejaba la empresa a principio de año. Esto ha hecho, por ejemplo, que haya que suprimir uno de los cinco equipos de trabajo que había en el neumático agrícola, aunque los afectados siguen dentro de la empresa.