La revolución en 90 minutos

Cynthia de Benito (EFE)
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2019 se convierte en el año del éxito rotundo para el fútbol femenino, logrando altas cuotas de pantalla en el Mundial de Francia y consiguiendo el mayor hito de asistencia en un partido, el Atlético de Madrid-Barcelona

La revolución en 90 minutos

En los 90 minutos que dura un partido, las futbolistas se juegan mucho más que el resultado: visibilidad, apoyo de marcas, y modelos para la siguiente generación ruedan junto al balón por el césped, toda una revolución en directo que por fin cuenta con la atención de la industria.

El fenómeno llevaba meses gestándose y ha acabado por estallar esta temporada, que pasará a la historia según los expertos como "punto de inflexión" del fútbol femenino.

Así se han referido al 2019, año de éxito rotundo del Mundial de Fútbol femenino en Francia, en Soccerex, el evento más importante del fútbol mundial, que se celebra hasta este viernes en Oeiras, a las afueras de Lisboa.

La excelencia del deporte femenino se ha hecho un fuerte en una conferencia dedicada a explorar "el ascenso del fútbol femenino", que tanto ha sorprendido a la industria.

Sobre el escenario, Laura Georges, secretaria general y vicepresidenta de la Federación Francesa de Fútbol; Marzena Bogdanowicz, responsable de marketing y actividad comercial de fútbol femenino en la Asociación Inglesa de Fútbol y Rebecca Smith, directora ejecutiva de Women's Game en el medio COPA90.

Las tres han expuesto las claves de la atención conseguida por parte de marcas, medios de retransmisión y, en suma, el grueso de la industria, a la que todavía no se han acostumbrado.

 

Éxito mundial

Prueba de ello fue que Georges, embajadora del Mundial francés de este verano, comenzó agradeciendo la gran asistencia a la charla, que casi completa aforo. "No esperaba ver a toda esta gente", confesó esta exjugadora profesional, que ha descrito la preparación del Mundial como una suerte de laberinto para lograr la atención del público, capaz de hacer fila para ver una presentación masculina, pero poco consciente de que un evento global femenino se preparaba en Francia.

"Pensé: Tengo que asegurarme de que la gente en la calle sepa que existe", relató. Todo el marketing se cambió para ajustarse a esta circunstancia, incluyendo paquetes de entradas de varias selecciones para evitar estadios vacíos.

Lo que acabó ocurriendo es que el 75 por ciento de los recintos registraron lleno y que los partidos alcanzaban a una audiencia desconocida hasta entonces para el fútbol femenino, en gran parte gracias a la mayor retransmisión e implicación de medios, entre los cuales fue clave la BBC, ha destacado Bogdanowicz.

"Era una oportunidad para construir una audiencia", ha comentado la especialista en marketing, quien ha incidido en lo relevante que fueron campañas publicitarias para el evento con la participación de celebridades británicas e incluso el príncipe Guillermo.

 

Tras los pasos del fútbol masculino

Rebecca Smith, también exjugadora profesional, ha centrado su intervención en la visibilidad conseguida en los partidos del Mundial, cuya final fue seguida "por el 88 por ciento de Holanda".

 

"Es un punto sin retorno: todo el mundo ya ha visto lo que son. Avisé de que venían y ahora están todos en plan: oh dios mío, ya están aquí", apostilló Bogdanowicz, que nota que las marcas acuden a promocionar el fútbol femenino con igual interés que el masculino.

Aunque Smith remarca que son "mercados diferentes". "El fútbol masculino ha tenido la oportunidad de crecer, muchísima inversión, mucho apoyo, mientras que para las mujeres era: 'aquí hay un poco de efectivo, a ver qué haces con él', e inevitablemente con un poco de efectivo no se puede crear nada de calidad, así que se autocumplía la profecía de que el fútbol femenino era menos valioso", explicó.

Las cosas han cambiado ahora, y el fútbol femenino está listo para acoger la inversión necesaria. "Hay que invertir en todo y mucho más, y veremos donde llegamos", avisó.