El equipo de la Universidad de Valladolid, compuesto por 17 jugadores -ninguno de ellos profesional-, buscará el próximo fin de semana el ascenso a Superliga 2, la segunda categoría del voleibol nacional. El conjunto que entrenan Nacho Soto y César Alonso, con una media de edad de 23 años, ha completado la temporada como líder de su grupo A de Primera Nacional en una doble fase regular, con un balance de tan sólo tres derrotas, y ahora se medirá en Utrera (Sevilla) a otros cinco conjuntos clasificados.

Enfrente tendrá a rivales de entidad como los equipos catalanes de Roquetes y Sabadell, los murcianos de Molina, los madrileños de Recuerdo o los andaluces de Utrera, pero los vallisoletanos saben que están ante una oportunidad única después de un año tan complicado. No en vano, alguno de los jugadores ya ha estado en Superliga 2 y se ha proclamado campeón de España Universitario en el año 2019, y ahora quiere repetir un éxito de esta envergadura.

Al frente del grupo vallisoletano están Nacho Soto y César Alonso, técnicos con dilatada y brillante experiencia en el voleibol regional y nacional. Ambos ya han logrado importantes triunfos con la Uva en épocas anteriores y ahora intentan repetir la gesta con este grupo de jóvenes, en su mayoría estudiantes universitarios.

La fase de ascenso en Utrera (Sevilla) se ha dividido en dos fases. En la primera fase se han establecido dos grupos de tres equipos en formato de liga regular, donde la Universidad de Valladolid debutará el viernes 23 a las 12 horas frente a los catalanes de Roquetes y el sábado a las 11 horas ante los anfitriones de Utrera. De ahí saldrán los dos equipos que lucharán en semifinales con los dos clasificados del otro grupo (CN Sabadell, Molina Vóley y SAD Recuerdo).

Los dos equipos que ganen en semifinales tendrán el premio de luchar por el título de Primera, pero, sobre todo, tendrán las dos plazas de ascenso para militar en Superliga-2 la próxima temporada. Los vallisoletanos han demostrado ser un equipo muy regular a lo largo de esta temporada tan atípica y complicada, marcada por las consecuencias de la Covid 19, y ahora se han ganado con creces el derecho a soñar con el ascenso a la categoría de plata del voleibol nacional.